¿Pasó lo peor? Críticas cifras hablan de un mercado laboral aún a la deriva
David Bravo ve margen para una desocupación de hasta 28% en medio de pérdida de empleos, baja en horas trabajadas y mujeres sin trabajo, entre otros.
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Caídas inéditas en la generación de empleos y las horas trabajadas son solo dos síntomas del desastre que está generando la pandemia en el mundo y en Chile. Así quedó en evidencia en el seminario online que reunió representantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), del Gobierno y expertos locales para comentar el desalentador informe sobre el tema que presentó el organismo.
El punto de partida marcó lo sombrío de la conversación. Tras la presentación del embajador chileno ante la OCDE, Felipe Morandé, el economista de la División de Empleo de la entidad, Horacio Levy, dijo que en mayo hubo más de 54 millones desocupados en los países del bloque, lo que significó un aumento de la tasa de desempleo de 8,4%, frente al 5,3% registrado solo 90 días antes.
En un escenario de un solo brote, precisó que que este año se pederían 31 millones de puestos, mientras que para fines de 2021 todavía habría 15 millones menos que antes de la crisis.
En un cuadro más pesimista, que contempla un nuevo brote de Covid-19 durante el último trimestre del año, se eliminarían 53 millones de puestos.
En consecuencia, “la recuperación sería más lenta”, señaló Levy, lo que implicaría que el próximo año cerraría con una baja de 25 millones de empleos.
Para Chile, el experto proyectó que el desempleo terminaría en torno a 9,5% este año y cerca de 8,7% el próximo de no deteriorse el cuadro actuall, pero con una segunda tanda de infecciones, la tasa subiría a 10% y 11% en 2020 y 2021, respectivamente.
Números nucho más tenues que los anticipados por el director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, David Bravo, quien cree que hoy podríamos tener una tasa de desocupación de entre 25% y 28%. “Esa es la magnitud del shock que tenemos”, subrayó junto con destacar que el impacto podría ser aún más intenso en los próximos meses.
Según Bravo, la pérdida de cerca de dos millones de ocupados es el dato “que refleja de mejor modo la magnitud de la crisis, esta tasa se desploma en hombres y en mujeres (...) se observa una fuerte caída en todas las categorías, pero en términos porcentuales el servicio doméstico es el que ha tenido una caída gigante en términos porcentuales, de 50%”.
Otro dato que a juicio del economista también es preocupante, es la caída de la participación laboral: un millón 700 mil personas menos en términos de búsqueda de trabajo.
A su vez, las horas efectivas y las horas usualmente trabajadas, muestran una caída de 45 a 30 horas semanales, o sea, 33% menos.
Sin embargo, dicho dato solo considera a las personas que están trabajando hoy. “Si tomo a los 2 millones de personas que antes estaban trabajando y ahora trabajan cero horas, y las meto dentro de este grupo, estamos hablando de una caída del orden de 48% en horas trabajadas desde antes de la crisis a actualmente”, agregó Bravo.
El experto planteó que “la gran preocupación que deberíamos tener todos es la enorme caída en el empleo (...) todavía no tocamos piso, y eso va a ocurrir probablemente en los datos que se presenten este mes o el siguiente, y va a depender por cierto de la crisis sanitaria”.
Teletrabajo y el reto de que sea una modalidad no solo para la elite
En el marco del seminario, el subsecretario del Trabajo, Fernando Arab, se abordó la implementación del teletrabajo a raíz de la emergencia sanitaria.
"Es importante destacar y distinguir lo que es el teletrabajo en tiempos de pandemia de lo que va a ser post coronavirus (...) tuvimos una transición muy abrupta desde las empresas a los hogares, es complejo, pero sin duda ha demostrado ser una buena herramienta", dijo Arab.
Sin embargo, para lograr que sea una modalidad que efectivamente beneficie a las personas, Arab reiteró que es clave que se respete la norma y lo establecido en ella.
"La Ley es bien clara y lo hemos repetido majaderamente durante estas semanas, los costos del teletrabajo deben ser asumidos por el empleador, es el empleador el que tiene que pactar los costos de internet", expuso Arab, recalcando que aspectos como este son clave si se quiere democratizar el teletrabajo. "Es importante que esto se cumpla, porque de lo contrario va a ocurrir lo que ocurria sin ley, y es que el teletrabajo era un tipo de empleo de elite", agregó.
En su intervención, el subsecretario reiteró la importancia que han tomado otros aspectos laborales a raíz de la emergencia, como la capacitación. "Es la principal herramienta que va a permitir a nuestros trabajadores acceder a mejores condiciones laborales y salariales", afirmó.