Huelgas caen a menor nivel en cuatro años en medio de reforma y desaceleración económica
El cuadro lo completa un aumento de la cesantía, baja creación de empleo y una mayor preocupación de las empresas por las negociaciones colectivas.
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En medio de una reforma laboral que completó más de un año y medio de compleja tramitación y que aún no logra convertirse en ley, las huelgas aprobadas -votadas por los sindicatos- registraron su nivel más bajo en los últimos cuatro años.
Según cifras entregadas por la Dirección del Trabajo (DT), entre enero y junio pasados se aprobaron 381 huelgas legales que involucraron a más de 43.157 trabajadores. Dichas cifras son las más bajas desde igual período de 2012, cuando se registraron 423 paros con 39.157 empleados involucrados (ver gráficos).
Los sectores de la economía donde se registraron los mayores movimientos no variaron mucho respecto de los años anteriores: la industria manufacturera fue donde se registraron más huelgas aprobadas, con 18,9% del total. Le siguió el comercio, con 16,3% y el tercer lugar fue compartido por el área de intermediación financiera y actividades inmobiliarias, ambas con 13,6%. Pese a la baja que registraron las huelgas aprobadas, los paros que fueron votados por los trabajadores y que efectivamente fueron realizados hasta julio de este año aumentaron en relación a 2015. Así, de las 381 huelgas votadas en el período 102 se materializaron, es decir, 26,8% del total. El porcentaje es el mayor desde el 27,9% anotado en 2011 y en los años siguientes se mantuvo en torno al 22%.
Complejo escenario
Partiendo de la base que el número de huelgas es variable debido a que los instrumentos colectivos no se negocian todos los años sino en general cada 3 ó 4 años, los expertos explican que el menor nivel responde a una serie de factores, por ejemplo, a una mayor tasa de desempleo y la baja en la creación de empleo a raíz de la desaceleración por la que atraviesa la economía.
El ex subsecretario del Trabajo, Zarko Luksic, indica que la “menguada” situación productiva se traduce en evitar el conflicto, a lo que se suma una mayor preocupación de las empresas por preparar las negociaciones colectivas, “ya sea anticipándolas o generando un ambiente de diálogo y acuerdo previo”.
Una visión similar tiene el experto laboral Huberto Berg, quien expone que en contextos de débil actividad los trabajadores entienden que no tiene ningún sentido ejercer la presión de la huelga cuando las empresas “no pueden dar más”.
“Considerando la situación económica, el trabajador tiene más cuidado al momento de presionar con paralizaciones que pueden llevar a despidos o insolvencia de empresas”, señala el investigador de Libertad y Desarrollo, Sergio Morales, quien también destaca la labor de la Dirección del Trabajo (DT) en materia de buenos oficios como elemento principal a la hora de reducir el número de huelgas efectivas.
En esa misma línea, el ex titular de la DT, Marcelo Albornoz, resalta que en Chile las huelgas efectivas son bajas en relación a las negociaciones colectivas con derecho a huelga. “Si tomamos los 6 años, el promedio de negociaciones colectivas en donde se hace efectiva la huelga, o sea, donde hay realmente manifestaciones de conflictividad dentro de la empresa, sólo representa el 23%”, detalla.
Respecto a lo que podría venir hacia adelante en materia de huelga una vez aprobada la reforma laboral, las opiniones son diversas.
Luksic anticipa una disminución de los conflictos, considerando que el escenario económico no mejorara el próximo año, “a lo que se suma cada vez más empresas con el ánimo de reforzar el diálogo”; Albornoz, en tanto cree que se verán más huelgas efectivas que antes dado que lo incentiva la nueva ley; mientras que Morales postula que es muy posible que la eliminación del reemplazo y la poca claridad en la determinación de servicios mínimos aumente la huelga, lo que dependerá de la interpretación de las nuevas leyes laborales y la evolución de la economía local.