Las posiciones entre el gobierno y el empresariado se mantienen distanciadas. Así quedó de manifiesto luego de que el presidente de la comisión laboral de la Confederación de la Producción y Comercio (CPC), Rafael Guilisasti, señalara que el proyecto de reforma laboral no cuenta con un consenso muy amplio y ha tenido muchas discrepancias.
Durante su presentación en el encuentro desarrollado en la Sofofa, el también vicepresidente del gremio fabril manifestó que hay que diferenciar lo que fue el punto de partida del proyecto y lo que pasará en el Congreso, y cómo se lleven a cabo las discusiones con respecto al tema.
Sobre el rol que tuvo la CPC en los cambios planteados por el gobierno, dijo que "nos han hecho poco caso como gremio y hay que entenderlo así".
Sobre las discusiones que se han mantenido en la comisión de la CPC, Guilisasti se mostró convencido de que hay temas que se pueden mejorar.
"Me atrevo a sugerir tres temas a considerar que creo que son posibles de modificar en la propia tramitación con el principio de realidad política, entendiendo de que están los votos necesarios para que este proyecto se apruebe más o menos en los términos que lo ha enviado el Ejecutivo", dijo.
En ese sentido, el directivo planteó la posibilidad de unificar criterios entre la titularidad sindical en la negociación colectiva reglada y la adaptabilidad laboral.
"Mi primera demanda es hacer una simetría, de tal manera que si vamos a liberar las demandas de diálogo al interior de la empresa, las liberemos completamente para los dos principales instrumentos que tenemos. A mi modo de ver la adaptabilidad pactada puede ser un instrumento de mucha transformación y modernización en la empresa, en horarios, capacitación y otros beneficios, entonces para qué partimos tan restringidos", señaló.
Guilisasti además planteó observaciones a los nuevos poderes que entrega la agenda laboral a la Dirección del Trabajo (DT) dentro de los procesos de negociación.
"Aquí entra de manera fuerte un tercer actor que es la DT. Va a ser mediadora, puede incluso sugerir términos con los cuales concluye la negociación colectiva, tiene poderes completamente nuevos. Me gustaría que la DT se mantenga en la calidad de mediadora entre las partes. Lo segundo es que espero que la modificación de la DT no sea sólo aumentar la planta y nos quedemos un régimen de gobernanza donde no hay por lo menos una dirección colectiva con autoridades nombradas por los distintos poderes de la República", indicó.
Un tercer punto a modificar, según Guilisasti, es el mecanismo de servicios mínimos. "Estos no van a andar mucho y vamos a encontrarnos con bastante conflictividad en la predeterminación de esto (...) Propusimos un período de cinco días en el cual no se pudiera contratar, pero démosle otra vuelta porque tiene muchas implicancias el término de servicios mínimos", dijo.