Hacienda insistirá con desintegración en proyecto de renta, tasa a empresas de 25% y a dividendos de 16%

Antes de lo esperado y de manera sigilosa, el Ministerio de Hacienda inició oficialmente este lunes el proceso de negociación prelegislativa ad portas del ingreso al Congreso del proyecto con cambios al impuesto a la renta.

Se trata de uno de los compromisos pendientes del denominado pacto fiscal. El protocolo de acuerdo que viabilizó el despacho del proyecto de Cumplimiento Tributario establece que en diciembre el Ejecutivo presentará ajustes al régimen de impuesto a la renta, pero en cuyo balance no se aumentará la recaudación neta del Estado. O sea, cualquier alza se compensará con bajas de otros tributos.

Este lunes, autoridades de Hacienda se reunieron con gremios de pequeñas y medianas empresas (PYME) para retomar las tratativas sobre el régimen impositivo del sector, instancia donde Teatinos 120 entregó varios detalles de lo que incluirá el proyecto final.

También se crea un impuesto a la primera distribución (IPD) con una tasa de 4%, que aplica a las utilidades distribuidas por las empresas sujetas al régimen general de tributación, independiente de quien sea el destinatario de las utilidades.

La cita fue encabezada por la subsecretaria de Hacienda, Heidi Berner, y los coordinadores de Política Tributaria del ministerio, Diego Riquelme y Nicolás Bohme. Participaron agrupaciones como Asech, Multigremial Nacional, Conapyme, Asexma y el gremio de proveedores de la salud (APIS), entre otros.

Acorde con la presentación, el Ejecutivo insistirá con la desintegración del sistema tributario, a través de un nuevo régimen dual. Esto significa que separará la tributación de personas y el de empresas. Esto ya era parte de la reforma tributaria original del Ejecutivo.

Hacienda reveló que la tasa de impuesto de Primera Categoría a las utilidades se reducirá de 27% a 25%. Los empresarios pedían al Ejecutivo una baja más pronunciada para llevarla a 23%.

Esto será compensado con nuevos impuestos: por una parte, se crea uno a las rentas de capital (IRC) con una tasa de 16%, a la que estarán afectos los propietarios de empresas que sean contribuyentes de impuestos finales, que será retenido al momento de realizar la distribución de dividendos.

El IRC era parte de la reforma tributaria original, pero en esa propuesta la tasa era de 22%.

También se crea un gravamen denominado impuesto a la primera distribución (IPD), con una tasa de 4%, que aplica a utilidades distribuidas por las empresas sujetas al régimen general de tributación, independiente de quien sea el destinatario de los beneficios. Será un impuesto que se retiene al momento de que las utilidades son distribuidas.

Así, Hacienda propone que la carga total que soporten las utilidades de las grandes empresas en el régimen general se ubique en hasta 39,5%, ubicándose levemente por debajo de la mediana de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Régimen PYME

El gran tema que convocaba a los asistentes era cuál sería el sistema tributario que propondría Hacienda para el sector. Aquí, el Ejecutivo se enfocó en la nueva tasa que aplicará para la tributación de las firmas del sector, que hoy se ubica en un 12,5% y que en 2025 debe subir al 25% que se ubicaba antes de la pandemia.

Junto con ratificar que ese guarismo debe aumentar desde el 12,5% actual, pero que será menor al 25%, Hacienda puso sobre la meta una gradualidad que esté condicionada al desempeño de la economía. Si bien no se habló de cifras, fuentes comentan que la tasa se situaría llevaría a un 17%.

Este sistema será totalmente integrado entre impuesto personal y corporativo, lo que significa que al momento de pagar su impuesto, el socio de una compañía podrá descontar como crédito la totalidad del gravamen pagado por su empresa.

Asimismo, se insiste con la creación de un sistema de “monotributo” para nuevos emprendimientos, con un impuesto único de UTM 1 al mes que sustituye a renta e IVA para los contribuyentes que tengan ingresos por hasta UF 1.800 el primer año y hasta UF 2.400 el segundo año.

Además, se establece un sistema de monotributo “social” con un impuesto que sustituye al IVA y renta de UTM 0,5 para microemprendimientos con ventas por hasta UF 310 y que estén en el 80% más vulnerable del Registro Social de Hogares (RSH).