¿Cuánto le aporta el crecimiento a las arcas fiscales? Economistas aseguran que cada punto agregaría hasta US$ 800 millones
Especialistas valoraron la decisión del gobierno de no insistir en el Senado con la reforma tributaria y la eliminación definitiva del impuesto al patrimonio.
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Uno de los principales ejes del pacto fiscal, dado a conocer la mañana de este martes por el Presidente Gabriel Boric, se relaciona con el aporte del crecimiento de la economía a las arcas fiscales.
Razón por la cual el Ministerio de Hacienda convocó a una comisión de alto nivel para zanjar esa discusión, para luego así definir las necesidades de financiamiento a través de alzas de impuestos en un proyecto que se ingresará al Congreso en marzo.
Otro de los puntos que llamó la atención en el anuncio fue que el Presidente confirmó que no insistirán en el Senado con la reforma rechazada en su idea de legislar en la Cámara de Diputados. “Me parece lo más sensato (...) Era un proyecto que afectaba negativamente el crecimiento, que es el factor más importante para aumentar la recaudación”, dice Gabriela Clivio, directora de Business Valuation en Mazars.
“El hecho de que no se insista en el Senado es la señal más clara de que el anuncio no cuenta con un respaldo político transversal, no tiene los votos necesarios para ser aprobado y, en consecuencia, la denominación de pacto es, al menos, discutible”, comenta tajantemente Hermann González, coordinador del área macroeconómica de Clapes UC.
En la otra vereda, Eugenio Rivera, director ejecutivo de la Fundación Casa Común, expresa que “es una lástima para el país que se haya rechazado la idea de legislar, pues los problemas que es necesario resolver no lo serán durante mucho tiempo”.
Pero desde varios sectores no olvidan las falencias de la propuesta rechazada por la Cámara de Diputados en marzo. Macarena García, economista senior de Libertad y Desarrollo (LyD), asegura que esta “hubiera impactado muy negativamente la economía de haber sido aprobada”. La analista añade que “es mejor tomarse el tiempo necesario para diseñar una reforma que sea adecuada, efectivamente duradera y que no afecte nuevamente el escaso crecimiento de la economía”.
En esa línea, partir priorizando medidas para combatir la evasión y la elusión “es lo que siempre se debía haber buscado, además de mejorar la eficiencia del gasto público y eliminar los programas mal evaluados”, manifiesta Clivio.
Para García, en este tema habría un “acuerdo transversal, por lo que parece bien que se avance primero en esta línea”. Eso sí advierte que le llama la atención que el Gobierno espere “recaudar lo mismo que antes en esta materia siendo que no se debiera proponer medidas que correspondan a las ideas matrices del proyecto rechazado”.
González también agrega advertencias y dice que “si no resguardan adecuadamente los derechos del contribuyente, será muy difícil que estén disponibles los votos de la oposición”.
Junto a este tema, Clivio propone insistir en “la reducción de los niveles de informalidad de la economía antes de poner sobre la mesa el alza de impuestos a los que se encuentran formalizados a nivel de personas y empresas”.
Impuesto al patrimonio
Sobre el impuesto que buscaba afectar a personas de altos patrimonios, y que fue parte de la propuesta de reforma tributaria, García es tajante: “Ese impuesto era muy dañino. Se generaban una serie de distorsiones a la economía, con alto costo de fiscalización y muy baja recaudación”, manifiesta, y agrega que fue una “decisión adecuada” por parte de la administración Boric el eliminarlo.
Clivio plantea que “es un impuesto que la experiencia en otros países ha dejado claro que no sirve para recaudar”. González se suma a las críticas por su “acotado efecto recaudatorio”.
En el lado opuesto a ellos, Rivera indica que "es un elemento de gran importancia para combatir la elusión y la evasión. Su abandono debilita esos esfuerzos".
Aporte del crecimiento
Clivio calcula que cada punto de mayor crecimiento del PIB agrega casi US$ 650 millones a la recaudación de impuestos.
Hermann González, de Clapes UC, estima que cada punto de crecimiento aporta del orden de US$ 800 millones a los ingresos fiscales y el efecto sería “acumulativo”.
“Cuando lo que se requiere es financiamiento para iniciativas de gasto permanente, este mayor crecimiento debe ser de largo plazo, no el de un año particular. Para ello, el tipo de medidas que ayudan son aquéllas que permiten aumentar la inversión, la productividad y la participación laboral”, explica su coordinador del área macroeconómica.
Los cálculos de García dan entre US$ 600 millones y US$ 800 millones por cada punto de mayor crecimiento. “Más allá del resultado, celebro que finalmente la autoridad se allane a considerar el crecimiento como una fuente permanente de recursos”, aplaude la economista.
Jorge Hermann, director de Hermann Consultores, asevera que es factible financiar el 2,7% de mayor gasto fiscal con la recaudación de la reforma antievasión por 1,5% del PIB, holguras presupuestarias en alrededor del 0,3% del PIB, más el resto que provenga de la eficiencia del gasto, “siendo innecesario subir impuestos en un contexto de lento crecimiento económico”.