Ricardo Lagos Weber y evaluación del primer año de Gabriel Boric: "Se han cometido errores no forzados, pero también ha habido aciertos"
El senador del PPD asume este año la presidencia de la Comisión de Hacienda y defiende a brazo partido que el Gobierno inicie un diálogo con la oposición para lograr los 2/3 que se requieren para insistir.
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Si se cumple el acuerdo administrativo al que se llegó en el Senado a inicios del actual periodo legislativo, este año le corresponde al senador Ricardo Lagos Weber (PPD) asumir la presidencia de la Comisión de Hacienda, donde todo indica que no tendrá una tarea fácil, aunque esta vez el oficialismo será mayoría y eso la puede alivianar.
Reconocido como uno de los parlamentarios de Gobierno más inclinados al diálogo, ha vivido con inquietud el devenir de la reforma tributaria y no duda en reconocer el “golpe político” que significa para el Ejecutivo el que se haya rechazado la idea de legislar coincidiendo casi con el aniversario del primer año de Gobierno; pero también fustiga a la oposición, destacando su postura pública y “toda la verborrea acerca de que hay que hacer modificaciones, tener políticas públicas financiables y llegar a grandes acuerdos… ¡Uno no llega a grandes acuerdos rechazando la idea de legislar!”, apunta.
En conversación con DF analiza este tema, evalúa el primer año de Gobierno y adelanta lo que espera de un cambio de gabinete, respecto de lo cual espera una “mejor distribución de las responsabilidades políticas de ambas coaliciones”.
“Ha sido un año de mucho aprendizaje, en especial para los integrantes del Frente Amplio”.
“Sé que en el Gobierno de Piñera hubo gente que fue muy egoísta, muy ruda, pero no todos fuimos así”.
-¿Qué significa para el Gobierno el rechazo de la reforma tributaria?
-Sin lugar a dudas que es un duro golpe político el que la derecha le ha propinado al Gobierno, al no apoyar la idea de legislar.
-¿Debería haber una autocrítica?, porque se dice que hubo un muy mal trabajo prelegislativo y que se aspiraba sólo a lo justo.
-No. La reforma se conversó más de ocho meses en la Cámara, se discutió en la Comisión de Hacienda, hubo modificaciones, más de 90 indicaciones y se trataba de aprobar en general, aprobar en particular lo que la derecha entendía que era posible y lo que no, no se aprobaba, y en el Senado ciertamente se iban a hacer modificaciones. Eso lo sabían todos los actores involucrados. Pero la derecha en pleno decidió votar en contra y esa es una señal política que hay que mirar, no se puede pasar por alto.
-¿De alguna manera, la oposición sinceró posiciones?
-Los cálculos de la derecha tienen que ver con sus problemas internos, la elección del 7 de mayo, el rol que juega Republicanos. Tienen el legítimo derecho de discrepar de la reforma, pero rechazar la idea de legislar es distinto a decir que hay temas que no les gustan, es decir que no les gusta nada de la reforma y eso no es lo que he oído de la derecha. Hasta los empresarios están dispuestos a aceptar temas de la reforma tributaria. Toda la verborrea acerca de que hay que hacer modificaciones, tener políticas públicas financiables y llegar a grandes acuerdos… ¡Uno no llega a grandes acuerdos rechazando la idea de legislar! Se llega a grandes acuerdos cuando se aprueba la idea de legislar y se va a la discusión en particular y eso no se quiso hacer. La derecha tomó una definición política que yo encuentro dramática y seria, no sólo porque no se puedan financiar ciertos bienes públicos, como la PGU; sino que además desde el punto de vista de la economía chilena hay que despejar el tema tributario de una vez para los próximos ocho años.
-¿Qué señal está mandando la oposición, que no va a pasar ninguna reforma emblemática en el Congreso?
-No ha dicho eso y no me pongo en ese escenario, no me lo imagino. La derecha está sacando sus cálculos, que es que tienen un problema con Republicanos. Creo que la derecha tampoco esperaba que el oficialismo no tuviera los votos. Pero lo que ha pasado es que estamos a días de cumplir el primer año de Gobierno con una reforma estructural rechazada. Sí, es un duro golpe para el Gobierno, sin duda.
-Finalmente, el Presidente dijo que insistirá en la reforma tributaria…
-Me parece, que el Presidente usó la expresión “les tenderé una mano” a quienes rechazaron, porque entiende y, en eso, comparto con él, lo apoyo y aplaudo, porque en eso pensamos igual, que en esto un Gobierno tiene que seguir bregando por tener reformas. Tal vez no será el 100% de lo que yo quería, será el 80% o 75%, pero tengo que afirmar eso, conseguir ese 75% u 80%, cacarearlo y si lo logro seguir luchando para conseguir el 20% o 25% que me falta. Esa fue la señal el miércoles en la noche y tenemos que seguir caminando hacia adelante como Gobierno, porque la reforma es muy importante. Las reformas no son sólo para financiar bienes públicos, también son para generar paz social, para tener un pacto, y espero que no se postergue un año.
-¿Hay que retomar el diálogo?
-Espero retomar las conversaciones de manera razonable, una vez que se aplaquen los ánimos, que bajen los decibeles. Sé que en el Gobierno de Piñera hubo gente que fue muy egoísta, muy ruda, pero no todos fuimos así y muchos hicimos esfuerzos genuinos para llegar a un entendimiento que, al final, dio fruto; entonces, yo esperaría de la derecha ese esfuerzo. Y si ellos vieron que, en su minuto, un sector del Socialismo Democrático no tuvo la capacidad, cometió errores o estuvo débil para enfrentar ciertas pulsiones desde las posturas más extremas, que ellos no repitan un error que tanto criticaron. Esto va a requerir que el Gobierno haga ajustes y todos sabemos que se van a hacer, como ya hizo algunos en la Cámara. Habrá más conversaciones para llegar a entendimiento en temas importantes, hay voluntad. Mario Marcel no es una persona obtusa, él entiende de correlación de fuerzas, entiende la necesidad de distinguir lo medular de cosas que no lo son, para avanzar. Po eso encuentro que es un golpe muy injusto el de la derecha.
-Para insistir en el Senado se necesitan 2/3 que no están ahora, ¿a qué estaría dispuesto a renunciar usted para avanzar en la reforma tributaria?
-Esa conversación jamás la tendría por los medios. Primero tienen que aquietarse las aguas y explorar cuánta disposición hay para avanzar en una conversación tranquila, antes de embarcarse con algo institucional, con anuncios… Y si hay espacio para hacer una reforma razonable se hará y si no, no, no más; pero no se puede partir poniendo una línea roja. Además, le corresponde al Gobierno tomar una decisión en esta materia.
“A algunos se les sube mucho a la cabeza el resultado del 4S”
-En RN al menos ya dijeron que no respaldarán una insistencia y en el resto de la oposición tampoco hay ánimo para eso.
-Cuando cambian las circunstancias, la gente inteligente puede cambiar de opinión.
-¿Cómo queda el ministro Mario Marcel después de esta derrota?
-Con harta pega que hacer y va a seguir contando con nuestro apoyo, porque no hay dos opiniones acerca de que es un buen ministro, es una persona competente profesionalmente, con una trayectoria pocas veces vista en un ministro. Mirando para atrás, todo lo que aportó, todo lo que se la ha jugado y todas las loas que le ha hecho la derecha, por lo que su votación genera mucha irritación, cuando se dan el gustito bien mezquino de rechazar la idea de legislar ¿a quién? A Mario Marcel, expresidente del Banco Central, que se opuso a los retiros, que junto con los consejeros ayudó a hacer frente a la pandemia, al estallido… Y en la primera reforma importante empezaron a socavar. Parece que, a veces, a algunos se les sube mucho a la cabeza el resultado del 4S. Por eso llamaría a que las cabezas frías de la derecha ayudar a esto… que no vengan a buscar que la incompetencia del Gobierno, que Mario Marcel ahora no da garantías…
-Entonces, ¿qué evaluación hace del primer año de Gobierno?, ¿Este hito lo va a marcar?
-Este hito marca claramente, porque es muy serio lo ocurrido. Y es serio por muchas señales, por la marcha del Gobierno hacia adelante, por cómo se conforma; es serio porque va a generar una crujidera al interior de las coaliciones, tanto del oficialismo como de la oposición, porque la decisión que se tomó el miércoles va a obligar a tomar definiciones. Creo que no fue bien meditada por la derecha y que su cálculo era que se aprobaba con nuestros votos.
“Ha sido un año de mucho aprendizaje para el FA"
-¿Cómo resumiría este primer año?
-Ha sido un año de mucho aprendizaje, en especial para los integrantes del Frente Amplio que nunca antes habían tenido la experiencia de gobernar y de administrar un país. Esto ha significado que se han cometido errores no forzados, pero también ha habido aciertos muy importantes.
-En ese sentido, ¿qué ha sido lo mejor?
-Las medias que se tomaron en torno al aumento del salario mínimo, la indexación de parte del salario mínimo a la Canasta Básica de alimentos, el copago cero en salud; por acordarme de algunas cosas… Los planes de apoyo económico que se han ido aprobando y los que estamos discutiendo ahora. La forma como se encaró la situación en la Macrozona Sur con los estados de excepción; la infraestructura crítica, el despliegue de fuerzas militares en el control de la frontera norte… O sea, ha habido un Gobierno que no está paralizado y que ha tenido cambios, respecto de una parte de su coalición, que son bien significativos y marcan un punto de inflexión en algunas áreas en las que alguien habría pensado a priori que no podría ocurrir en un Gobierno del presidente Boric y está ocurriendo. Y si bien ha habido errores en materia de relaciones económicas internacionales, desde el punto de vista del contenido Chile se comienza a reencontrar con su política exterior, que ha sido exitosa tanto en materia de derechos humanos, de medioambiente y en materia comercial, porque en el gobierno del presidente Boric logramos que el TPP entrara en vigor.
Y, en materia de seguridad no es poco, es el presupuesto que más ha crecido en los últimos 15 años, creo, en este ámbito. O sea, se puso énfasis en eso, hace sentido porque se pone la urgencia ahí. Otra cosa es si va a dar resultado, si la opinión pública va a captar eso y va a sintonizar con eso, si alcanzan todas estas medidas para revertir la imagen, y nos ha costado, esa es la verdad.
-¿Y lo malo?
-Un error importante del Gobierno es haber apostado mucho al triunfo del 4S y que a partir de eso tendrían la capacidad de llevar adelante una serie de medidas, lo que se vio completamente frustrado producto del fracaso que fue eso.
-¿Eso sería lo peor que le ha pasado a este Gobierno?
-Eso no dependía directamente, pero el Gobierno jugó tanto con el resultado que quedó marcado por él.
-Se supone que habrá un cambio de gabinete, ¿qué tan profundo debería ser y cómo debería influir para darle un nuevo aire al Gobierno?
-Creo que el Gobierno tiene claro o al menos tiene un diagnóstico acerca de qué áreas requieren una mejor ejecución del presupuesto y en qué áreas hay que comunicar mejor lo que se hace; eso puede significar ministros (as) y/o subsecretarios (as). Yo no tengo candidatos y no es mi tema, pero si el Gobierno ha hablado de un cambio de gabinete inminente, espero que sea en función de que mejore la gestión de presupuesto, comunicacional y de toma de definiciones y eso acompañado de una mejor distribución de las responsabilidades políticas de ambas coaliciones que conforman está alianza.
-¿Eso significa que se fortalezca el Socialismo Democrático dentro del gabinete?
-Entiendo que a nivel de subsecretarías se va a hacer un esfuerzo en esa materia de generar un mejor equilibrio, siempre en función de contar con nombres que puedan hacerse cargo de la ejecución de las políticas, su definición y comunicación.