Por Cristián Torres Erpel
A sólo un par de meses de dejar el cargo que ocupa desde 1995 como decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Católica (UC), Francisco Rosende, aborda en detalle la coyuntura macroeconómica. Asegura que aún no es tiempo de hablar de desequilibrios y que medidas como la intervención cambiaria o los controles de capital no son los más adecuados.
- Con el 6,7% de Imacec de enero y las positivas cifras de los meses anteriores, ¿existen riesgos de sobrecalentamiento?
- Las cifras de actividad han sorprendido reiteradamente por estar por sobre las proyecciones que habían hecho los analistas y dan cuenta de una economía bastante dinámica. Esto ha venido acompañado de un dinamismo también marcado por la demanda interna. Son dos elementos que hay que mirar con cautela de manera de actuar oportunamente en tanto se vislumbre que esta combinación de factores pudieran, en el futuro próximo, provocar algún tipo de presión inflacionaria o alguna presión sobre los equilibrios macroeconómicos globales. No me atrevería a anticipar que estamos en presencia de desequilibrios en desarrollo sino que de señales que sugieren una tensión bastante preferente.
- ¿Es posible que estemos frente a un círculo virtuoso?
- No quisiera adjetivarlo. Aquí hay una combinación de un cuadro externo favorable que no se puede soslayar junto con una sensación de que la economía chilena pudo capear en forma muy eficiente, las dificultades más álgidas de las turbulencias externas, lo cual parece haber contribuido a un ambiente de expectativas bastante favorables. En el plano interno todavía está pendiente ir resolviendo temas que son bastante relevantes para asegurarnos que el crecimiento de mediano plazo se aumente en forma sostenida. Ahí quedan tareas pendientes en el ámbito de la energía y en el mercado laboral.
- La inflación sigue controlada, ¿existe algún síntoma que haga prever que esto empeorará?
- Desde luego que es un riesgo. Es una variable sobre la que hay poner bastante atención porque tenemos un escenario en que la demanda crece muy fuerte. Al mismo tiempo se ve que esto se manifiesta en niveles de empleo muy alto y presiones salariales. Por otro lado, hay ciertos indicadores de precio que si bien no configuran un cuadro inequívoco de presiones inflacionarias, sugieren estar atentos como es la evolución de los precios de bienes no transables.
- Las buenas cifras y el hecho que no se hayan traspasado los cierres de brecha a los precios, ¿implican un aumento de la productividad?
- Yo no tengo la respuesta a eso. Creo que es algo que el propio Banco Central ha insinuado en su último informe a modo de pregunta abierta. En un contexto de expansión fuerte de la demanda como el que hemos tenido, una de las válvulas por las cuales se canaliza esta expansión fuerte de la demanda es una caída del tipo de cambio real. Como esa caída ha tenido una de sus manifestaciones en una disminución del tipo de cambio nominal importante, no ha tenido consecuencias inflacionarias. Pero no vislumbro muy probable que el tipo de cambio nominal tenga caídas como las que tuvo en 2012. Lo más razonable es suponer que este año no vamos a repetir un cuadro de inflación como el año pasado, sino que más bien, vamos a estar en la parte alta del rango del Banco Central. Me parece que más cercano al 4%.
- ¿Observa eventuales movimientos de la tasa de interés?
- Aparte de las que ya ido produciendo el mercado como consecuencia de los cambios en las expectativas inflacionarias, ciertamente hay una pregunta bien de fondo porque hoy el Banco Central, al igual que los bancos centrales de muchas economías emergentes, está enfrentando un problema de escasez de instrumentos.
- El ministro de Hacienda aseguró que están estudiando medidas macroprudenciales ¿le parece adecuado?
- Desconozco que es lo que está planteando el ministro, pero si estimo que la intervención no es, en las actuales circunstancias, una herramienta efectiva para revertir la trayectoria que ha mostrado el tipo de cambio real porque detrás de eso lo que hay son movimientos de los fundamentos del tipo de cambio. Respecto de la idea de imponer encaje a los capitales no es una solución tampoco porque hoy lo que hay es una mezcla de términos de intercambio más eficientes con movimientos de capitales que normalmente han sido bastante eficaces en superar estas regulaciones. Me parece que hay un problema en términos de seleccionar un instrumento efectivo. Se debe pensar en instrumentos que logren un crecimiento de la demanda un poco más lento, junto con ello, un discurso que advierta que la situación externa sigue manteniendo turbulencias.
- ¿Es coherente un escenario de crecimiento en el país pero con un déficit de cuenta corriente que se va profundizando?
- Chile es un país que tiene una fortaleza a nivel de stock bastante relevante y que marca una diferencia con lo que pasa hoy en el mundo industrializado donde los niveles de deuda son muy altos y, por lo tanto, la vulnerabilidad que genera niveles de deuda es muy alto. En el caso nuestro eso no existe, gracias a la misma bonanza hay un intercambio, sumada a la prudencia en el manejo de las finanzas públicas que han tenido distintos gobiernos. Sin embargo, hay que mirarlas con atención porque una trayectoria creciente en el déficit de cuenta corriente puede provocar dificultades en el mediano plazo si no estamos atento a ello, y eso está reflejando exceso de gasto.
- ¿Cree que el Banco Central abordará señales de riesgos en la economía en el próximo IPoM?
- Algo insinúa el presidente del Banco Central en el discurso del miércoles, cuando señala que en el escenario interno también hay elementos sobre los cuales hay que poner atención. Algo ya se había dicho en el informe anterior y en intervenciones cuando el Banco Central llamó la atención o se hizo la pregunta en términos de si había una burbuja inmobiliaria. Plantear ese punto es de alguna manera decir que el cuadro interno puede mostrar señales de exceso de gasto. Ahora esa pregunta vuelve a estar abierta o sigue estando abierta cuando se mira lo que está pasando con el empleo, con las remuneraciones, con la demanda interna y debería requerir una consideración bastante detenida y un juicio del Banco Central en términos de que es lo que espera que ocurra con estas variables en el futuro.
Europa y EEUU en la mira
- Europa se ve mejor que hace algunos meses, ¿qué lecciones deja esta crisis?
- Hay muchos elementos detrás de lo que ha ocurrido en Europa. Partiendo por lo más global, hay una lección muy fuerte en términos de las consecuencias de ir trabando todos los mecanismos que generan crecimiento sobre la base de regulaciones, impuestos y deudas, porque al final, no hay nada mas desestabilizador para una economía que introducir trabas en la capacidad de crecimiento.
Esas trabas hacen que todas las expectativas que tiene la comunidad sobre mejores salarios se empiecen a canalizar por mecanismos artificiales, como, por ejemplo, la deuda, situación que finalmente colapsa y genera estos conflictos que son dramáticos en términos de los efectos que provocan en los ajustes y en las expectativas. Lo segundo, es que hay una cierta percepción de que se está saliendo adelante, pero naturalmente este es un paciente que está entre la UTI y la UCI. Pareciera, a juzgar por la evolución de la tasas de interés, que España, Italia y Grecia están siendo mejor evaluadas por el mercado ahora que lo que era hace algunos meses. Sin embargo, lo que hoy vemos es que los costos políticos asociados al proceso de ajuste, también plantean amenazas a la continuidad de los programas que están en desarrollo; el ejemplo más presente es el de Italia.
- Y en EEUU ¿son preocupantes los compromisos fiscales?
- En EEUU hay una mezcla de cosas. Me parece que hay una preocupación muy justificada en términos de cuál es la capacidad de crecimiento y de liderazgo de la economía norteamericana en el mediano plazo. Es una economía que tiene problemas estructurales relevantes vinculados con una cantidad enorme de compromisos fiscales, muchos de ellos vinculados al área salud, pensiones, que ya están generando alguna amenaza en términos de estabilidad macroeconómica, incluso si se resolviera, afectaría la capacidad de crecimiento.
Último año en la facultad
Rosende, quien ocupa el cargo de decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la PUC desde 1995, está decidido a finalizar esta etapa este año. "Termino formalmente el segundo semestre de este año", precisó.
Al ser consultado por cómo será el proceso para buscar un reemplazante, Rosende explicó que "en los próximos meses se dará inicio formalmente, al proceso de búsqueda y elección de un nuevo decano de acuerdo con los estatutos y de acuerdo con la institucionalidad vigente en la universidad y en la facultad", instancia que desde ya genera gran expectación entre los economistas.
- ¿Existe alguna posibilidad de que continúe en el cargo?
- Creo que es tiempo de hacer una renovación.