Resulta sorprendente constatar que los políticos viven en una burbuja, y que aún cuando se esfuercen por ayudar a los más pobres, terminan siempre beneficiando a los más ricos. Algo que ha resultado muy patente a propósito de la reforma de Bachelet, cuyos objetivos son en principio loables, sin embargo, las propuestas concretas no lo son. Ocurre que la reforma en vez de simplificar el sistema lo enreda, pues reemplaza el FUT por cuatro registros que deberán convivir con él por un buen tiempo.
Con la reforma tributaria se modifica, por ejemplo, el sistema de tributación del impuesto personal a base devengada, utilizándose un concepto nuevo denominado “renta atribuida”, sin repararse en que la mayor morosidad la tienen los más pequeños.
Se reducen también los PPM, pero se obliga retener a las sociedades cuyos dueños no sean personas naturales y a las S.A. abiertas un 10% calculado no sobre la utilidad que se distribuye, sino sobre la que se devenga. Esto implicará que las AFP recibirán menos dividendos; que las sociedades tendrán menos caja y deban endeudarse más, y que el Fisco recibirá un préstamo, que en el caso que lo devuelva (a los afiliados de las AFP no se les devuelve ni siquiera el impuesto de primera categoría) lo restituirá sin intereses.
Con la reforma, se obliga a pedir autorización al SII antes de hacer compras en supermercados o comercios afines, cuando la transacción excede de una UTM. Sólo si el órgano fiscalizador está de acuerdo, y la compra está relacionada directamente con el giro, podrá usar el IVA crédito y el gasto. En caso contrario, perderá el crédito y por el gasto se pagará un 40% de castigo.
Se elimina además el crédito por contribuciones, es decir, las rentas de arriendo subirán. Se aumenta el impuesto de timbres, afectando a los que tienen menos, ya que son ellos los que más se endeudan. Se grava con IVA la venta de inmuebles, cuando el vendedor es habitual, ¿quienes hoy tienen casa propia? Los más ricos. ¿A quiénes se perjudica? A los que no tienen y quieren comprar. Se eliminan beneficios para los inversionistas. ¿Quiénes son los que más invierten? Las AFP. ¿Quiénes son sus afiliados? Los más pobres. Se eliminan los beneficios a los FIP. ¿Qué hacen los FIP? Invierten. ¿Qué ocurrirá?, sus inversionistas volarán a otros países que los beneficien.
Razones ejemplificadoras hay muchas. Sólo queda esperar que el gobierno las escuche.