Por Cristián Bastías
Durante marzo, el gobierno anunció su intención de adelantar la discusión del salario mínimo y envió al Congreso un proyecto de ley para reajustar dicho ingreso y dejarlo en
$ 205 mil. En ese entonces, la apuesta de La Moneda era tener aprobada la iniciativa el 1 de abril.
Sin embargo, los meses pasaron y hasta ayer no había luces de los plazos en los que el gobierno pensaba zanjar la discusión y lograr una aprobación del proyecto. Hasta ayer, porque el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, afirmó que esperan poder lograr un acuerdo durante próxima semana, lo que significaría, en el mejor de los casos, una aprobación de la propuesta durante agosto, algo inédito, ya que nunca ha pasado de julio la aprobación de un reajuste en esta materia.
“Lamentablemente no tuvimos el apoyo en el Congreso para poder aprobarlo antes de tiempo, nosotros queríamos aprobarlo el 1 de abril pero no pudimos, pero esperamos poder concluir esto la próxima semana e incluyendo un proyecto de institucionalidad laboral para poder tener una institución más permanente para la fijación del salario mínimo, que es algo que hemos comprometido y que tenemos virtualmente listo”, dijo Larraín.
Se insistiría en $ 207 mil
Consultado por la posibilidad de aumentar la propuesta del gobierno, Larraín afirmó que se están discutiendo alternativas, pero fundamentalmente “por las asignaciones familiares”.
Además, el ministro defendió el monto de los
$ 207 mil recordando que la propuesta del gobierno es resultado de una comisión de expertos y que incluso supera el promedio entregado por esa comisión.
Expertos divididos
A juicio del economista de la Universidad de Chile Joseph Ramos, esta demora en la aprobación del sueldo mínimo se debe básicamente a que “la estrategia negociadora del gobierno no fue buena. Hemos terminado con un reajuste del salario mínimo que no se va a aprobar sino dos meses después de lo normal y en torno a una cifra que no es lo que el ministro quería en un inicio”. En ese sentido, asegura que el proyecto hubiese tenido una aprobación mucho más rápida si desde el principio se hubiesen ofrecido $ 210 mil o incluso los $ 207 mil. “Si se hubiese ofrecido una cifra así, yo creo que hubiese salido y rápido”.
Una visión distinta tiene la economista de Libertad y Desarrollo, Cecilia Cifuentes. A su juicio, el ajuste es totalmente razonable y destaca que “es el más alto que se ha dado en 20 años por lo que creo que las motivaciones para el rechazo “son más políticas que económicas”.
Pero eso no es todo. Los especialistas también discrepan ante la institucionalidad que quiere implementar el gobierno para la fijación del salario mínimo.
Según Ramos, si bien proponer un mecanismo para calcular el reajuste del sueldo mínimo de manera fija “no es una mala idea en sí misma, no se puede esperar mucho de él, ya que en esta materia no sólo se contemplan elementos técnicos, sino que hay también elementos valóricos y políticos”.
Cifuentes, en tanto, asegura que este mecanismo sería lo “ideal”, ya que “es una variable económica y cuando reajustas más allá de lo razonable se empiezan a generar otros problemas. El alza de los sueldos también tiene perjudicados: Las PYME y los trabajadores poco calificados”, asegura.