Por estos días, el histórico dirigente de la corriente “renovada” del Partido Socialista (PS), Ricardo Núñez, está escribiendo en paralelo dos libros. En el primero analiza el rol de su conglomerado en el gobierno de Salvador Allende y en el segundo recopila los aspectos más importantes de su vida para sacar a la luz su biografía.
Pese a esta labor, no deja de lado la coyuntura y ha seguido atentamente el proceso que está viviendo el PS y el escenario político que se vive actualmente en el país.
- ¿Cuál es su diagnóstico de la coyuntura política?
- Me preocupa lo que está sucediendo. La falta de diálogo y la polarización de todos los temas, llámese reforma tributaria, temas valóricos y temas vinculados en lo inmediato con el Presupuesto, están llevando a una polarización y dejando poco espacio al entendimiento.
- ¿De quién es la responsabilidad?
- En esto tiene mucha más responsabilidad el gobierno que la oposición. El gobierno siempre tiene que tomar la iniciativa en el diálogo y hacer algún esfuerzo porque el diálogo sea el camino a través de los cuales va construyendo los consensos necesarios. Si a eso se le agrega que lamentablemente el ministro del Interior ha tomado la determinación de endurecer la represión y, de alguna manera, retrotraernos a los duros momentos de la dictadura, genera en la población un alejamiento no sólo de la política, sino que de las eventuales medidas para que el propio gobierno pueda mejorar los niveles de diálogo y entendimiento. Esto es lamentable, la tendencia a la polarización que adquieren niveles de ideologización absurda, no hacen sino más difícil las tareas de gobernabilidad y, en consecuencia, las tareas del crecimiento y desarrollo económico. Sin gobernabilidad política, el desarrollo y el crecimiento se hacen muy difíciles.
- ¿Y cuál es el rol de la oposición?
- Nosotros, en la oposición, sí tenemos una responsabilidad. Independientemente que se haya o no proclamado a Michelle Bachelet por parte de las fuerzas de oposición, resulta que existe una alta probabilidad -diría que más del 50%- de que quien ocupe nuevamente La Moneda sea Michelle Bachelet. Si es así, es altamente probable que ella sufra de lo mismo que se está sufriendo actualmente, vale decir polarización, falta de diálogo, incapacidad de proyectar caminos comunes para enfrentar los actuales desafíos del país.
- ¿Entonces el momento que vive el país no se resuelve con el regreso de Bachelet?
- Por el contrario. La derecha, que la conocemos muy bien, es altamente capaz de tratar de curarnos con la misma receta con que hoy aparecemos curando al gobierno de Piñera. La receta es el buen camino que ha tratado de impulsar Camilo Escalona, él tiene una obligación como presidente del Senado y como dirigente político. Creo que ha hecho bien en intentar generar diálogo, que no son siempre encuentros para ir por el viejo camino del medio donde nadie queda contento, sino que para convencer a otros… pero lamentablemente ha sido objeto por parte de la propia Concertación de cuestionamientos. Pero al mismo tiempo, la derecha no ha hecho nada por generar ambientes y espacios suficientes como para que ese diálogo se materialice.
- ¿Qué otros focos de polarización ve?
- La carrera presidencial de la derecha está generándole más dificultades al gobierno, pero mucho más dificultades al país. Tengo la impresión que en eso ellos no aciertan a tener conciencia de lo que significa. Cuando una coalición de gobierno pretende continuar y tiene tres candidatos posibles, es obvio que los inversionistas y sectores económicos más relevantes se pregunten qué significa cada uno de ellos y cuál es el proyecto económico que tiene uno y otro y como ninguno se pronuncia, la incertidumbre en medio de la crisis mundial de la economía se hace mucho más patente. Además, en la oposición el retorno de Michelle Bachelet, que seguramente vamos a saber si se materializa o no después de la elección municipal, no está acompañado de un proceso de generación de las ideas fuerzas que se le propondrán a ella para que formen parte de manera sustantiva de su gobierno.
- Pero hay un debate interno sobre las propuestas…
- No estoy hablando del programa, que creo que cada vez adquiere menos importancia. Sino en cuáles son las líneas fuerza, los proyectos que van a hacer del gobierno de Michelle uno cualitativamente distinto al que tuvo. Estoy convencido que ella no quiere repetir mecánicamente los 4 años en que fue presidenta. En cuatro años es distinto, el mundo es diferente, tenemos un país felizmente más empoderado desde el punto de vista social, la gente sabe cuáles son sus demandas mas inmediatas y estratégicas…
- ¿Por tanto requieren una respuesta más radicales?
- Con la radicalidad democrática que nos caracteriza. Construir propuestas radicales con mucho diálogo, movilidad social, con un diálogo más creativo entre las organizaciones políticas, cuestión que creo no se está haciendo y que es difícil que se vaya a hacer porque –y esta es otra de mis preocupaciones- el sistema político chileno va en caída libre. Cuando los partidos políticos van perdiendo legitimidad es altamente probable caer en un populismo desenfrenado, en la demagogia o terminar presa de algún mesías de derecha o de izquierda. Ya mesías tenemos, que están actuando y operando en la TV todos los días: el señor (Franco) Parisi y Marco Enriquez-Ominami, que forman parte de ese espacio que no han sido capaz de llenar los partidos políticos. Ese es otro grave problema, porque el futuro gobierno de Michelle Bachelet, si es nuevamente apoyada por la mayoría del país, requiere de un sistema político sólido
- ¿Considera que la oposición sigue estando dividida?
- Si no tenemos visiones claras de cómo enfrentar la coyuntura y el camino a seguir, lo más probable es que el gobierno de Michelle no solamente tenga algunos díscolos como tuvo durante su gobierno, sino que puede terminar con partidos díscolos, con organizaciones, lo cual es preocupante.
-Entonces, ¿cómo se enfrenta esta situación?
- Ahí es donde el PS juega un rol muy importante. No existe un partido que tenga mas responsabilidad que el PS. No le exijamos a la DC o al PPD, porque la candidata va a ser socialista. Exijámosle al partido de la presidenta responsabilidad de generar ambientes de unidad, conductas de que quienes van a ser sus parlamentarios sean leales y que no nos ocurra como en el pasado, que los más díscolos fueron exactamente parlamentarios PS. Eso obliga a ser muy selectivo con los candidatos a parlamentarios…
- ¿Para eso se requiere un cambio en la cúpula del PS?
- Se requiere de un acuerdo dentro de los dirigentes que hay en el PS, para que elijamos no solamente al más leal de los militantes de una determinada tendencia, sino que el más leal de todos a un proyecto político que trascienda las tendencias y los grupos.
Fallo contra la Central Castilla: "Chile es un país atractivo aunque no le guste al señor (Eike) Batista"
-¿Por qué valoró el fallo de rechazo a la Central Castilla?
-El proyecto era malo, porque construir una montaña de carbón en 10 años, que era altamente probable que iba a contaminar el mar y también las pocas tierras fértiles de la zona, me parece un gravísimo error; segundo, porque ya existe un proyecto como Candelaria que está en condiciones de aumentar su capacidad energética y no había ninguna razón que para satisfacer a los inversionistas brasileños; tercero, porque el norte tiene una capacidad de generación por la vía fotovoltaica del orden de los 109 mil megawatts, vale decir ocho veces lo que actualmente consume el país y todavía no se genera ningún incentivo significativo para que se instalen en el norte; y cuarto, porque el gobierno no ha diseñado definitivamente un proyecto estratégico para resolver los problemas energéticos del país.
-¿En qué pie estamos en materia energética?
-Estamos frente a un gobierno y un Ministerio de Energía que está administrando proyectos y no está impulsando nuevos proyectos que resuelvan la demanda creciente que tiene Chile de generar energía limpia.
-A raíz del fallo se dijo que Chile es un país donde se está haciendo difícil invertir...
-Cuando el país tiene comprometido más de US$ 17 mil millones de inversión a corto plazo, particularmente en el sector minero, cuando sigue siendo uno de los pocos países que crece a tasas relativamente decentes en el mundo, cuando este gobierno ha logrado mantener un cierto equilibrio fiscal y la inflación en los niveles que está, es un país atractivo aunque no le guste al señor (Eike) Batista. Él no tomó todas las previsiones de un megaproyecto. No se impulsan proyectos comprando la conciencia de la gente, como lo hizo con los pescadores de la zona.
-Entonces, ¿la capacidad energética del país está en riesgo por un tema de fondo?
-Vamos a pasar un período difícil, donde la oferta va a estar muy ajustada a la demanda, por lo tanto, es altamente probable que si el Estado no subsidia a determinadas actividades de generación, el costo de la electricidad empiece a subir no solamente a nivel domiciliario, sino que también en industrias claves, como el cobre. Pero esto es un período no más, porque si se elabora -como espero- un proyecto que mire al futuro por las exigencias medioambientales, seguramente será un periodo breve, pero mientras se mantenga el actual nivel de indecisión en materia energética, con seguridad mañana lo único que vamos a tener es una ofensiva por parte de HidroAysén para sacar su proyecto.