El senador y presidente del PPD, Jaime Quintana, es enfático a la hora de defender su posición frente al debate de la reforma tributaria y sobre todo, ante la disparidad de visiones que existen en el bloque de oposición respecto a la forma en que debieran votarla. Es más y con tono institucional, recalca, que se trata de un acuerdo de partido que de paso permite -a su juicio- “articular un planteamiento unitario” al interior del conglomerado.
De ahí que aclara que no se trata de un apoyo gratuito, sino que está condicionado a la apertura del mismo gobierno a modificar ciertos aspectos, por lo que adelanta “no descarto un voto negativo”.
De paso, el representante de Temuco también advierte que en él en nada han influido las declaraciones y acusaciones de la dirigente estudiantil Camila Vallejo y que si de presiones se trata la que “debiese preocuparnos es la de Libertad y Desarrollo” y por ende de la UDI, sentencia.
- Ud. condicionó su voto a favor de la idea de legislar la reforma tributaria ¿También cambió de opinión como otros senadores que ahora anuncian su voto en contra?
- Me mantengo en la misma idea. Hay distintas posturas en la oposición. El PPD ha resuelto aprobar la idea de legislar sólo si el gobierno se abre a retirar el crédito tributario para la educación privada; modificar otro aspecto que como está redactado favorece fundamentalmente a los bancos y a las grandes empresas, así como abrirse también modificar vía tramos la rebaja del impuesto a la renta de las personas.
- ¿Qué le garantiza que el gobierno se abrirá a hacer estos cambios?
- Conversé con el ministro Larraín y Larroulet el martes en el Congreso, le expliqué que mantengo la disposición a aprobar la idea de legislar pero bajo esas condiciones.
- Pero hay senadores que cambiaron de opinión y que ahora están por rechazar…
- No descarto un voto negativo. He dicho desde un comienzo que no es una reforma, sino que un perfeccionamiento que tiene aspectos positivos y claramente, muchos aspectos negativos. Si el gobierno insiste con atar las cosas, como el Impuesto de Primera Categoría a las empresas con el Impuesto de Segunda Categoría a las personas, que una cosa lleve a la otra, parece una trampa. Además, si se insiste en el crédito tributario a la educación, obviamente, no tenemos como aprobarlo, lo hemos dicho desde un comienzo, sobre todo sin son disposiciones atadas. También hemos señalado que la gran reforma tributaria tendrá que tener lugar en el próximo gobierno. Si es así, este proyecto no debiera tomarnos un gran tiempo. Aquí ha habido un mal debate llevado por ambos lados, ha habido improvisaciones y cambios de posiciones en ambos lados. El gobierno ha ido modificando su postura permanentemente, yo espero que lo vuelva a hacer si quiere los votos nuestros.
- Entonces, ¿Qué va a primar, la coherencia o unidad de la oposición o la posibilidad de avanzar con un proyecto que permite recaudar recursos?
- Las dos cosas son importantes, convicción y cohesión. Podría ser pura convicción de que este fuera un mal proyecto, pero como tiene tanta nebulosa, los dos elementos son fundamentales y el PPD con la postura que ha adoptado permite articular un planteamiento unitario al interior de toda la oposición. Es más fácil alcanzar un consenso en la oposición a partir de una postura como ésta que hacerlo de la postura de un “si” o un “no” a todo evento. Nuestra postura permite acercar posiciones. Si tenemos este planteamiento es porque tenemos la convicción de que subir los impuestos no es una política precisamente de la derecha y que por sí solo, nos parece atractivo. Sin embargo, es un proyecto que tiene incorporado otros temas que son regresivos y dañinos.
- ¿Qué posibilidades tiene la oposición de instalar en las próximas presidenciales una propuesta de reforma tributaria de verdad?
- Esto va a ser sincerado en este debate, si realmente vamos a avanzar hacia un cambio tributario. Salvo la modificación del ´91, la Concertación muy poco, o casi nada, ha tocado los Impuestos de Primera Categoría, entonces también tenemos que hacernos una autocrítica al respecto. Siempre ha sido bandera de la izquierda el generar justicia distributiva y equidad social, y la principal herramienta para eso es pedirle a los que tienen más un mayor esfuerzo. Entonces, no entiendo cuando hay un aumento de impuestos, que se rechace, como si fuera una cosa menor. Ahora, si en el gobierno de Bachelet vamos a hacer una modificación sustantiva de la carga tributaria, no es lo mismo subir el Impuesto de Primera Categoría desde un 17% que desde un 20%.
- En esta dispersión de opiniones en la oposición ¿cuánto han influido las presiones de dirigentes estudiantiles como Camila Vallejo?
- En mí por lo menos no lo ha generado. Me parece que es un aporte. Si es por presiones, la presión que realmente debiese preocuparnos es la de Libertad y Desarrollo, incluso con posibilidad de veto, de intervenir en el debate con elementos que han sido incorporados entre la primera y segunda versión y que claramente es una presión abierta y encubierta. Sus puntos de vista han tenido que ser recogidos en el proyecto, esa es una presión grosera.
- Desde esa perspectiva la UDI tuvo un gran poder para influir en la iniciativa…
- Una vez más, LyD y la UDI tuvieron una gran capacidad de veto, de presión en este proyecto. De lo contrario se hubiese mantenido la negativa original de Jovino Novoa, que hoy ha hablado poco del tema y está dispuesto a apoyarlo, porque lo que pedían fue incorporado.