Por Ángela Chávez M.
La bomba que detonó el pasado lunes 8 de septiembre, en el Subcentro de la estación Escuela Militar del Metro, junto con provocar una sensación de inseguridad en buena parte de la población y remecer la escena política, también acalló los -hasta esa fecha- fuertes rumores de un cambio de gabinete. Pero lo que no logró silenciar el explosivo que dejó a 14 personas heridas son los cuestionamientos a varios de los secretarios de Estado que han sido nominados para el ajuste ministerial que haría la presidenta Michelle Bachelet, dentro de las próximas semanas.
Es el caso de la titular del Ministerio de Desarrollo Social (MDS), María Fernanda Villegas, quien enfrenta un complejo momento dada la poca visibilidad de su gestión y por ende de su cartera. De hecho en la última encuesta Adimark la ministra marca un nivel de conocimiento ciudadano de apenas un 21%, seguida sólo por su colega de Bienes Nacionales, Víctor Osorio, con un 17%.
Pero a diferencia del ministro Osorio, el caso de Villegas se hace más delicado toda vez que está a cargo de una de las carteras que tiene como principal misión el diseño e implementación de políticas y programas destinados a enfrentar uno de los desafíos que están en el corazón del compromiso asumido por la mandataria, como es erradicar la pobreza y combatir la desigualdad, además de brindar protección social a las personas o grupos vulnerables y promover la movilidad e integración social, según consigna la página del MDS.
“Nada que mostrar”
Pero a juicio de unos personeros de palacio y algunas voces de la Nueva Mayoría, la ministra “no tiene nada que mostrar”, aún cuando el pasado viernes 12 anunció el inicio del pago del Bono de Logro Escolar que beneficiará a 161.776 estudiantes.
Que a la fecha no habría novedades en materia de la Ficha de Protección Social en lo que corresponde al proceso para superarla, en tanto instrumento de focalización para transitar hacia las transferencias monetarias, es uno de los principales reclamos, además de acusaciones de que objetivos como la desigualdad o un fortalecimiento de la red de protección social, no han sido relevados.
Si a lo anterior se suman las dificultades que ha presentado la ejecución del proceso de la Consulta Indígena para la creación del Ministerio de Asuntos Indígenas; el Consejo de los Pueblos Indígenas y el Ministerio de Cultura -respetando el Convenio 169- (ver recuadro), la ministra Villegas tiene más de alguna complicación, la que además se vería aumentada porque en el oficialismo también se le cuestiona que “no ha sido muy buena vocera” de los programas y beneficios ya existentes en materia de programas de protección social.
Este último aspecto es clave, acota un parlamentario de la NM, considerando que “mucha gente apoyó a la Presidenta porque le gustó su primer gobierno debido a que le dio seguridades y certezas. Hubo gente que nunca cotizó y obtuvo una pensión básica solidaria, por ejemplo. Hoy se han generado incertidumbres en materia educacional, seguridad pública, además de las inseguridades económicas y de empleo. La gente se siente vulnerable y por eso toma distancia del gobierno”, sentencia el legislador.
El apoyo político más importante
Las mejoras que ha venido presentando el proceso de la Consulta Indígena, dado que se habrían superado algunos problemas en el diseño, así como en la baja participación por parte de las comunidades, además del apoyo varios Lonkos que han ofrecido respaldar la iniciativa, podrían ayudar a que la ministra Villegas salga bien parada de este desafío, aunque ello no la estaría eximiendo de la lista de fusibles a sacar en el eventual cambio de gabinete.
Y es que a los cuestionamientos a la falta de manejo que ha mostrado, la titular de Desarrollo Social también adolecería de una red de conexiones políticas que podrían afirmarla en el cargo, aunque, contaría a la fecha con el respaldo más importante, el de la misma presidenta Bachelet, de quien se habría hecho cercana desde que se desempeñó entre 2009 y 2010 como Secretaria Ejecutiva de la Red de Protección Social-Red Protege y, de hecho, pese a su militancia socialista, Villegas - con un Bachiller en Teología en la Universidad Católica de Valparaíso- es considerada casi como una desconocida al interior de su propio partido, en el cual no se la vincula con ninguna de las facciones internas y tampoco tendría una vida de militante activa. Es más, algunos altos personeros del PS comentan de manera anecdótica que ni el timonel del partido la conocía muy bien cuando la nombraron en el cargo.
A ello se agrega, que tampoco se habría hecho de sus propias redes en el ministerio, porque además de contar con un jefe de gabinete vinculado al movimiento Revolución Democrática (RD), la secunda el subsecretario Juan Eduardo Faúndez, un PPD de la G-90, cercano al ministro del Interior y a quien le achacan tener aspiraciones por la titularidad del MDS.
Pero, como ha sucedido siempre en estos casos, la palabra final la tiene la presidenta de la República, también socialista y quien incorporó a Villegas en la delegación que la acompañará a Nueva York.
*LA CONSULTA INDÍGENA
El proceso de la Consulta Indígena para la creación del Ministerio de Asuntos Indígenas, además del Consejo para los mismos pueblos, arrancó el pasado 3 de septiembre no sólo presentando una serie dificultades en su diseño, sino que enfrentando un fuerte rechazo de los mismos consultados que junto con acusar un desconocimiento del tema y demandar un anteproyecto del ministerio a crear, repudiaron que ésta estuviera amparada en el Decreto N° 66, promulgado durante el gobierno de Sebastián Piñera y donde se establecen las etapas y los plazos propuestos para el proceso, que debiera durar 125 días. Así, además de calificar como "ilegítima" la consulta, varios de los dirigentes de las comunidades indígenas reclama- ron que no fuera vinculante y aprovecharan la ocasión para demandar la derogación de otro decreto (el N°40) que regula el mismo proceso para el caso del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. Mientras que en algunos lugares como Ercilla, los funcio- narios públicos a cargo de la iniciativa han debido salir arrancando ante la agresividad mostrada por algunos comuneros que rechazan el proceso.
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