- ¿Quién está defiendo hoy las ideas de centroderecha?
- Hemos tenido un déficit en la defensa de nuestras ideas y todos tenemos que hacer un mea culpa en ello: los partidos políticos, el gobierno y los institutos y centros de estudios. Incluso he reconocido que en algún minuto nos entusiasmamos mucho con llegar al poder, y no fuimos suficientemente fuertes en la defensa de las ideas.
- El mundo político y los partidos han dejado de lado el debate de ideas…
- Así es. Siempre en política hay algo de demagogia, es imposible que no la haya. Pero últimamente ha entrado más fuerte en todos los sectores, en la izquierda y en la derecha. Nosotros lo dijimos en su oportunidad y hubo gente a quien no le cayó bien. El gobierno ha mejorado mucho en eso. El discurso de hoy ha virado hacia emprendimiento como algo central. Y es que es la libertad de emprender es parte del ADN de la centroderecha.
- Es muy fácil que la demagogia se convierta en populismo…
- Aquí hay un hecho claro. La democracia representativa y la economía de mercado son dos sistemas que han funcionado. Alguien podría decir que para algunos funcionan mejor que para otros. Es verdad. Efectivamente, tenemos personas que son mucho más favorecidas que otras por lo que el tema de las oportunidades, donde la educación es central. Pero aquí hay gente que cree o que trata de vender una ilusión que es falsa; que todo se resuelve quitándoles a unos para dárselos a otros. Hagamos entonces una reforma tributaria, subamos los sueldos por decreto. Está archiprobado en todas partes del mundo que las cosas funcionan sólo cuando un país es capaz de crear riqueza. En Europa, que es una región que fue próspera, el Estado de Bienestar ha quebrado.
- La crítica al modelo se ha extendido…
- El populismo es dañino. Algunos llaman a no preocuparse de la creación y dicen “Chile crece al 6% y con eso estamos listos”. Pero si rechazan la Central de Punta Alcalde no va a crecer al 6%. Y si Chile, después de estar en los primeros lugares del mundo en el índice de atractivo para la inversión minera, baja al lugar 20, lo que va a suceder es que lo que está pasando en Antofagasta o empezó a pasar en Copiapó, donde las remuneraciones y el nivel de vida subieron fundamentalmente, se va a frenar.
- ¿Existe el peligro que pese a todo lo avanzado se vuelva atrás?
- Uno siempre tiene que asignarle alguna probabilidad a los eventos. ¿Existe la posibilidad?, existe. Chávez es una prueba de eso. Venezuela es el único país petrolero que tiene una deuda pública del 50% del PIB. Todos los demás tienen una deuda insignificante. Pero Chávez dejó a su país con una deuda tremenda porque sin preocuparse de generar riqueza, se dedicó a repartir dentro y fuera, a Cuba, Bolivia, Ecuador, a algunos en Chile. ¿Resultado? Una inflación en los últimos diez años, que es de más de 1.000% que nos hace recordar viejos tiempos en Chile. Sabemos que la inflación es lo que más afecta al bolsillo de los pobres que viven de un salario. Entonces, realmente, ¿puede ser que se vuelva atrás? Puede ser. Ahora, ¿estamos en peligro inminente de hacerlo? No, hasta el momento. Las dos coaliciones políticas principales se han resistido a ello.
- Pero estamos en período de elecciones…
- Hay señores que están blandiendo garrotes y diciendo que aquí hay que cambiarlo todo, llamar a una asamblea constituyente, cambiar el sistema económico y por lo tanto, el peligro existe. Son minoría, pero vamos a ver cuál es el espacio que las coaliciones políticas le dan a esos planteamientos. Por eso, a mi juicio, es importante lo que pase a futuro, por ejemplo, entre el Partido Comunista y la Concertación.
- ¿Es posible vislumbrar si un futuro gobierno de centroizquierda puede orientarse hacia ese camino más populista?
- No sabemos. Porque no se ha dicho nada. Uno oye algo distinto si escucha a Camilo Escalona o a Claudio Orrego o a Guillermo Tellier. Entonces, la verdad es que no sé. Tendremos que escuchar si es que Michelle Bachelet viene, lo que va a plantear.