Luis Larraín Arroyo, sigue dirigiendo con eficiencia Libertad y Desarrollo (LyD) uno de los centros más importantes de la centroderecha. Allí han tenido lugar dos importantes encuentros: el de fines del año pasado que aglutinó a todo el sector y donde expusieron Allamand y Golborne y el de esta semana, que reunió a los dos comandos de los candidatos. Hombre importante a la hora del debate de ideas, es claro y contundente a la hora de poner sobre la mesa los temas que, a su juicio, debieran estar presentes en un año electoral como éste: paz social, emprendimiento y desarrollo centrado en lo energético y educación.
- ¿En qué debiera poner énfasis el gobierno en éste su último año y que además, es electoral?
- Tanto para la presidencial como para las parlamentarias, el énfasis debe estar en soluciones a los principales problemas que aquejan hoy a los chilenos y que provengan de nuestra matriz de ideas. Advierto que una gran preocupación de la población está relacionada con la paz social y ahí incluyo la manera de abordar el tema de la delincuencia y las movilizaciones tanto estudiantiles como las derivadas del problema indígena que nos afectaron en 2011 y 2012 y que este año van a seguir. Pese a todas las políticas y acciones que se han implementado, desgraciadamente, no hemos tenido soluciones que nos dejen tranquilos en esta área.
- ¿Cuál debiera ser el discurso de la centroderecha en este tema?
- La centroderecha tiene que plantearse frente a las otras fuerzas políticas que hay en Chile, haciendo un pacto por la gobernabilidad y por la paz social. Es legítimo tener diferencias, que haya manifestaciones públicas, pero tienen que enmarcarse sobre la base de ciertos principios que deben respetarse: los derechos de las otras personas, la erradicación de la violencia y la prohibición del uso de armas y capuchas. Nuestra posición debe ser clara y conocida y debe responder a parámetros objetivos que no estén sujetos a las presiones políticas de un momento. Quien transgrede la ley tiene sufrir las consecuencias hacerlo.
- ¿Qué otros temas debieran abordarse con claridad?
- Hay otra área en la cual claramente hay un déficit, no sólo del gobierno, sino de la sociedad chilena, que en la comprensión y el entendimiento de que en Chile no tenemos comprado el futuro. El crecimiento económico no está asegurado. Hemos tenido buenos años de crecimiento económico y del empleo, pero eso no se regala, se compra con buenas políticas. Hoy en Chile está siendo cada vez más difícil emprender y un tema crítico es el de la energía. Acabamos de tener otro fallo de una Corte respecto de la Central Punta Alcalde y pienso que no se ha dicho con todas sus letras la verdad a los chilenos sobre lo que significa para el país frenar los proyectos energéticos.
- ¿Cuál es esa verdad?
- Hay posiciones que son muy respetables como la eficiencia energética y el uso de las energías renovables no convencionales, pero se ha tendido un manto sobre lo que es la verdad: Chile necesita aprobar grandes centrales hidroeléctricas y termoeléctricas pues si no lo hace se afectará el desarrollo de vida de todos los chilenos. Hay que tomar medidas ya y hacer los acuerdos políticos necesarios para que se puedan realizar los proyectos y aprobar las grandes centrales que Chile necesita. Este no es un tema sólo de la centroderecha, es de cualquiera que quiera gobernar. Creo que ha habido un retroceso en la discusión pública en cuanto a la ponderación del aporte que la empresa y el emprendimiento le hacen al desarrollo. Hay que virar ese eje.
- Pero el gobierno está avanzando en esta materia…
- Hay que poner más énfasis en las necesidades que tiene Chile de favorecer el emprendimiento y en lugar de estar buscando y poniéndole trabas a la empresa, incentivar la creación de otras nuevas. Para la etapa de desarrollo que tiene Chile, necesitamos más y no menos empresas. Eso puede significar, y me parece bien, ser incluso más estricto en materia de competencias.
- ¿Más regulaciones?
- Estándares más altos en el tema de competencia, lo que no significa necesariamente llenarnos de regulaciones. No más sino mejores regulaciones, pero siempre bajo una premisa inicial que es que un nuevo emprendimiento es bueno para el país pues es la única manera cómo podemos seguir desarrollándonos.
- ¿Y la desigualdad?
- Junto con la paz social y el emprendimiento, un tema importante para la centroderecha es el de la movilidad social, donde la educación juega un rol fundamental. Nuestra gran plataforma tiene que ser el mejoramiento de los niveles de calidad en todos sus niveles. Creo que ya se ha discutido lo suficiente y se debe pasar de la etapa del hacer. En algunos casos -a nivel escolar- estamos en un proceso en marcha y eso me deja bastante tranquilo. Un paso importante es el incremento de la subvención y sobre todo, la subvención preferencial a los alumnos de más bajos ingresos. Ha sido una política muy notable del gobierno. Tarde, pero también se ha cumplido con arreglar la institucionalidad del sector con la Agencia de Calidad y una Superintendencia de Educación que están hoy funcionando. Hay que centrarse ahora en la educación preescolar y en la universitaria.
- Más allá del tema del lucro, hay una fuerte presión contra las universidades privadas…
- Es importante tener claro que la oferta existente de cupos en las universidades estatales no es suficiente para todos los estudiantes en el ámbito de la Educación Superior. ¿Cómo resolvemos esto? No bastan las estatales y aquellas vinculadas a instituciones especialmente religiosas. Y aquí entra el lucro y la demagogia también. Una universidad requiere mucho capital y lo que se necesita es que haya un marco donde quienes realizan una inversión importante, puedan tener un retorno que sea razonable y que le permita pagar el capital invertido. Ello debe estar permitido pero regulado para que no se cometan irregularidades. El lucro en sí mismo es la base de una organización económica, lo que ha pasado es que se ha demonizado utilizándolo como sinónimo de inmoralidades.
"Sería imperdonable que la centroderecha no tuviera primarias"
- ¿Qué diferencias en el ámbito de las ideas existen entre la candidatura de Allamand y de Golborne?
- Todavía no se han producido los debates y creo que es importante que se hagan para conocer mejor esas diferencias. Detrás de ellos están básicamente los partidos políticos e independientes del sector y no existen mayores divergencias ideológicas entre unos y otros. La existencia de los partidos de centroderecha responde más a cuestiones históricas que de pensamiento y es legítimo que así sea.
- ¿Tienen sentido entonces los debates?
- A la centroderecha le hace falta una cultura de coalición y una tradición de debate, por lo tanto, cualquiera que sea el tema, estén marcadas o no las posiciones, creo que es importante que se haga, al igual que las primarias. Desde el 93 venimos insistiendo que debían realizarse y existir una legislación, que recién estrenaremos este año. Todo lo que signifique participación, debates, confrontación de ideas es absolutamente parte de nuestro ideal. Sería imperdonable que la centroderecha no tuviera primarias y ojalá que sean bien disputadas, haya movilización y que de esa manera, finalmente tengamos a un candidato validado por toda la Alianza.
- Unas primarias bien disputadas generarán, y están generando, fuertes divisiones. Aparte de afectar la unidad ¿puede incidir en los resultados finales?
- Muchas veces se tiende a dar más importancia de la que tienen a los conflictos internos entre candidaturas y la ciudadanía va a castigar los comportamientos que no son unitarios. En el sector, nos tenemos que acostumbrar a que al día siguiente al 30 de junio, que son las primarias, vamos a tener que empezar a trabajar por otro candidato, que a lo mejor no era el que nosotros teníamos. Y esa es una cultura que creo que la Concertación tiene bastante mejor trabajada que la centroderecha.