Algunos en la oposición dicen que el ministro del Interior, Andrés Chadwick, es lo más parecido al llamado “panzer”, José Miguel Insulza, quien en sus tiempos de jefe de Gabinete era el que dialogaba y concretaba los acuerdos con la Alianza. Sin embargo, Chadwick dice en entrevista con DF y con cierto dejo de ironía, que “sólo nos parecemos en el volumen”.
No obstante, sí hay algo de ese modelo. Chadwick se ha reunido con todos los partidos políticos, oficia varias veces de vocero y está trabajando en mejorar la coordinación política con los partidos de la Coalición Por el Cambio. Y a pesar del impasse con el timonel de RN, Carlos Larraín, su “mano” en La Moneda se ha notado y para bien.
Además de esta coordinación política, está particularmente involucrado en solucionar el conflicto mapuche. Tiene diseñadas estrategias para todas las aristas que tiene este conflicto: terminar con la violencia y evitar que el crecimiento económico se paralice a raíz de las acciones de grupos organizados.
- ¿Por qué no se ha controlado el conflicto mapuche a pesar de la mano dura del gobierno?
- No es fácil enfrentar a grupos que desarrollan acciones de violencia y siempre en forma imprevista. Esto se ha visto en Ercilla, Vilcún, Padres las Casas o en Tirúa. Hemos buscado potenciar la zona con más dotación de Carabineros. Son grupos que si bien algunos tienen alguna organización jerarquizada como la CAM o los que se están organizando en muchos territorios, pero también hay mucha acción que obedece a jóvenes de comunidades que, en forma espontánea, ya sea por delitos comunes como robos o incluso delitos sexuales, desarrollan acciones.
- ¿Pero aún no se logra detener a los “cabecillas”?
- No hay que olvidar que en la cárcel de Angol está detenido (Héctor) LLaitul que es líder de la CAM y está acompañado de 5 a 6 dirigentes. Pero como la CAM es un movimiento organizado continúa desarrollando acciones bajo otros liderazgos y del propio Llaitul aunque este detenido. Esto es una acción permanente de mediano plazo que no se resolverá de la noche a la mañana.
- Hay críticas al actuar policial, al fracaso de las acciones de inteligencia y se plantea que no basta con una mayor dotación de policías en la zona. Por otra parte, el senador Alberto Espina (RN) dijo que la culpa de esto es que la Concertación entregó muchas tierras.
- Son cosas distintas, yo recibo y entiendo que pueden haber críticas. Sé de la angustia y el dolor de las personas que están en esa zona y que estén atemorizadas todo el día y eso constituye una exigencia para el gobierno. No vamos a bajar los brazos en el tema de la seguridad ciudadana y del orden público, pero sabemos que no es fácil. Sabemos que tenemos que enfrentar a un adversario poderoso, enfrentar acciones políticas que son complejas y sabemos que hay apoyos comunicacionales.
- ¿Hay financiamiento del extranjero de estos grupos?
- Uno tiene la impresión, aunque no tengo antecedentes fidedignos, pero creo que dada la capacidad de movimiento de acción y de organización tienen un financiamiento del exterior. Aquí hay recursos y uno se pregunta ¿de dónde salen esos recursos?
- ¿Se está investigando?
- Se está investigando, lo que sí en las investigaciones ya está absolutamente claro de que hay participación y apoyo de grupos extranjeros especialmente lo que hemos podido detectar son grupos argentinos y además si uno se mete a las página web de la CAM y de las distintas organizaciones uno puede observar ahí mismo los apoyos internacionales.
Crecimiento en La Araucanía
- Una serie de sectores productivos se han visto afectados debido al ambiente de agitación social en la región...
- Sin duda que la zona de La Araucanía es una de las más pobres que tenemos del país, pero la pregunta que habría que hacer es ¿cuánto más podría estar creciendo sin este conflicto? Siendo una de las zonas más pobres del país es aquella que ha tenido un crecimiento muy fuerte en los últimos dos a tres años.
- ¿Pero no teme que estos conflictos sociales inhiban la inversión en la región; del comercio, de las industrias?
- Por eso nos preocupa enormemente el tema. Vemos que es una zona que tiene demasiadas potencialidades para poder seguir creciendo y obviamente estamos conscientes que este conflicto lo debe estar deteniendo. Y a pesar de que esta región ha crecido más que otras. Este tema es súper complejo, es un tema histórico en que no ha habido capacidad por décadas y por siglos de poder buscar un camino. Como gobierno estamos claros que no lo vamos a lograr en 4 años. Hay que desarrollar un plan de largo plazo.
- La política de entrega de tierras de la Concertación tampoco logró parar el conflicto...
- Tuvimos la política de la Concertación que fue fundamentalmente comprar tierras y entregarlas. Y está claro que esa política no ha sido exitosa porque generó una serie de otros problemas: se compraron tierras que no estaban aptas; se compraron tierras a precios muy altos y se permitió además, que una comunidad mapuche que recibía una tierra podía subdividirse. Dentro de la misma Conadi tenemos denuncias de arriendos y subarriendos. La política que desarrolló la Concertación fue una política de parche en el sentido que creyeron o pensaron que con la mera entrega de tierras, el tema se iba a solucionar.
- ¿Qué líneas de acción tiene el gobierno?
- Tenemos dos líneas de acción: una que apunta al desarrollo integral de lo que hemos llamado el Plan Araucanía. Dentro de ese desarrollo hay infinidades apoyos y planes destinados a capacitar y a educar a las distintas comunidades. Y al mismo tiempo, hemos trabajado muy fuerte con la multigremial de la zona de La Araucanía que reúne a los principales dirigentes gremiales. Hemos tenido reuniones con el obispo y con el pastor evangélico, con los dirigentes de la Área de Desarrollo Idigena (ADIs) para hacer una alianza de apoyo mutuo entre el sector empresarial agrícola con las comunidades que son parte de la ADIs.
- ¿Están pensando en una mesa de trabajo?
- Se ha trabajado mucho. Ya nos reunimos con el sector empresarial. Tuvimos una reunión aquí (en La Moneda) hace unas semanas y que no fue muy publicitada. Estuvimos con todos los representantes de la multigremial de la Novena Región y con los presidentes de las mismas ramas de la Confederación a nivel nacional. Continuaremos trabajando la segunda semana de enero.
- Ahora, esos mismos encuentros también se hicieron en los gobiernos de la Concertación, especialmente, el entonces ministro José Antonio Viera Gallo y no lograron parar la violencia en la zona ¿Faltó seguimiento?
- Sí. Creo que faltó seguimiento y es lo que queremos hacer.
- ¿Es una copia entonces?
- Todos han entendido el mensaje que es que necesitamos hacer cosas distintas a las que se han hecho en el pasado para tener un camino que generar políticas de mediano y largo plazo que vayan dando soluciones al conflicto. Necesitamos incorporar al mundo empresarial; al mundo de las comunidades mapuches, a las ADIs y en este caso especial la ADIs de Ercilla. Pero ya tenemos un plan de acción que tiene muy entusiasmado al Presidente.
“No vamos a bajar los brazos”
- ¿Esto será a la par de endurecer las medidas de seguridad hasta aplicar la Ley Antiterrorista?
- Así es. Aquí tenemos que actuar por los dos caminos. Un camino es que mientras tengamos acciones de violencia, nosotros si vamos a ejercer nuestro deber de aplicar la ley y buscar y esperamos encontrar a quienes son los cabecillas. Creemos que son cerca de 120 personas las que generan temor. No vamos a bajar los brazos, no nos va a temblar las manos, si tenemos que aplicar las leyes especiales o bien nos iremos por las leyes comunes. Y vamos a desarrollar la mesa de trabajo. Queremos generar un plan y un proyecto que nos permita seguir con los traspasos de tierras que no se hagan a tontas y a locas. Se malgastó el dinero y para las comunidades no significó ningún avance. Queremos escuchar a los dirigentes de las comunidades. Tenemos que hacer seguimiento.
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