Fintoc, la otra fintech chilena que quiere ganar su cupo en YC
Esta startup, que nació en marzo pasado, postuló a la aceleradora de Silicon Valley Y Combinator, una de las incubadoras más destacadas del mundo. ¿Qué hace Fintoc? Conecta a los usuarios con los bancos, para así, dicen sus fundadores, “ser la columna vertebral de las fintech en Latinoamérica”.
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Los fundadores lo explican simple pero la idea no es fácil de entender a buenas y primeras. Lo que está detrás de Fintoc es, en pocas palabras, “una API que conecta a los usuarios con el banco”.
“En Chile no había ninguna forma de conversar programáticamente con los bancos. Si tienes una aplicación que ordena tus finanzas, esa plataforma necesitará obtener información, es decir consultar la API del banco para sacar tus transacciones y armar los flujos. Ahí entramos nosotros”, dice uno de sus cofundadores, Cristóbal Griffero.
La
Cristóbal Griffero (28 años) comenzó en el mundo de la computación mientras estaba en el colegio, luego entró a Ingeniería Civil en la Universidad de los Andes e hizo su práctica en Platanus, firma de desarrollo de software. Ahí cambió todo. Creó una startup de arbitraje de criptomonedas que llegó a transar más de US$ 100 millones (PGB). Y cuando se dio cuenta que la norteamericana Plaid —empresa con la misma estructura que Fintoc—, fue adquirida por Visa por US$ 5.300 millones, decidió desarrollar una plataforma similar.
Ideó el negocio, empezó a hablar con la gente indicada y a comienzos de 2020 postuló a la incubadora de Platanus Ventures (iniciativa que se descuelga de Platanus).
Tenía todo listo. Lo único que le faltaba era un socio. Lo buscó, lo encontró y se le cayó a último minuto. Pero sucedió algo que cambió todo. “Un amigo de Platanus me dijo: ‘Acaba de postular alguien con tu misma idea, se llama Lukas Zorich’. Ahí me fui a negro, no quería competir desde el comienzo. Lo vi en LinkedIn y había estudiado en la Católica, trabajado en Google y tenía una pasantía en Harvard. Era una muy mala competencia para mí”, dice Griffero entre risas.
Por lo tanto, no quedó otra que improvisar. Habló con Pedro Pineda —cofundador y CEO de Fintual— que conocía a Zorich. “Contáctame con él, lo quiero conocer hoy para ver si podemos ser socios porque no tiene sentido estar matándonos desde el día cero”, le pidió entonces.
Desde esa primera cita Zorich dijo que quería tomar el área técnica y Griffero se inclinó por el brazo comercial. La reunión a ciegas había resultado. Había logrado su objetivo.
“Nos dimos la mano y le dije que necesitaba vacaciones. Me fui a Costa Rica, volví y mi vuelo fue el último en llegar a Santiago producto de la pandemia, en marzo pasado. Entonces toda la construcción de Fintoc se realizó habiéndonos visto una sola vez. Seis meses después nos reencontramos y fue rarísimo. Fue como toparse con un famoso”, bromea.
Hoy se ven prácticamente todos los días en sus oficinas ubicadas en Los Conquistadores, que comparten con Buda y Platanus.
El objetivo de Fintoc no es común en el mundo de las startups. Actualmente su anhelo es desarrollar la tecnología para potenciar los emprendimientos de finanzas en Chile y Latinoamérica. “Más que hacer fintechs, hay que sentar las bases para que se puedan desarrollar. Mientras todos están armando autos, primero hay que hacer la carretera”.
Lo de ellos, especifican, no es una relación directa con el usuario, sino que con las distintas compañías que necesitan facilitar los trámites bancarios. Actualmente trabajan con Fintual (Administradora General de Fondos), Comunidad Feliz (plataforma para administrar edificios y condominios), Puntoticket y Duemint (sistema autónomo de cobranza).
Griffero lo resume así: “Nosotros conectamos a esas empresas y agregamos todos los datos para que no tengan que vincularse a todos los bancos por separado. Lo hacen una sola vez con Fintoc y listo”.
Por ejemplo, si una firma quiere introducir el PAC (Pago Automático de Cuentas) en su servicio pero quiere evitar el trámite con cada institución financiera, contacta a Fintoc y le pide que arme la infraestructura para que sus usuarios puedan conectarse con el banco a través de su plataforma directamente.
Es acá donde aparecen las API, que son, en palabras del cofundador, “un traductor que le permite a un programa computacional ‘conversar’ con otros programas. El traductor (API) define qué información pueden intercambiar y el formato de esta. Así, otro programa podrá preguntarle cosas a cierta API y sabrá de antemano el formato que tendrá la respuesta” (ver recuadro).
Y agrega: “La API de Fintoc te permite que cualquier programa computacional pueda ejecutar acciones sobre una cuenta bancaria (con previa autorización del usuario)”.
Solo en diciembre la API de Fintoc se consultó 100 mil veces y alcanzaron los 30 millones de registros bancarios.
La máquina comenzó a correr en marzo de este año con los 65 mil dólares que Platanus Ventures invirtió como capital inicial. Pero luego, en septiembre, vino el momento de oro.
En una ronda organizada por el mismo Platanus —donde también participaron Reversso y Milla— Fintoc realizó un pitch de cinco minutos. Todo de manera virtual hacia los aproximadamente cien asistentes: family offices, inversionistas ángeles y fondos de inversión. En un par de horas tenían en su cuenta corriente US $210 mil, cifra que superó todas las expectativas.
Pero no fue lo único.
“Algunos se quedaron con las ganas de invertir y a los días siguientes nos pusieron otros US$ 200 mil”, cuenta Griffero, quien añade que lograron “evitar la parte más dura para las startups, que es el financiamiento”.
Esto les permitió crecer rápido, contratar al equipo y trazar líneas para el futuro de la compañía, la cual ya está preparando su aterrizaje en México y Brasil.
De hecho, todo el equipo está con clases de portugués. “Es un mercado de 200 millones de personas que nos permitirá crecer mucho”, dice Griffero, quien ya se maneja con los conceptos más importantes para defenderse en territorio carioca.
A los pocos meses de andar realizaron la postulación más importante hasta ahora: Y Combinator (aceleradora norteamericana que trabajó con Dropbox, Airbnb y Rappi y con las chilenas Justo y Fintual). Idearon bien su estrategia, rellenaron el formulario y lo mandaron a Silicon Valley. “Era la mejor forma de entrar al mercado porque cuando uno queda ahí, llegan muchos inversionistas”, dice Griffero.
“Tienes que sorprenderlos. En el formulario preguntaron por las cosas que habías hackeado. Mi respuesta fue que había hackeado mi sistema nervioso tirándome mucho en paracaídas para perder mis miedos. Tienes que pensar que la persona que revisa la postulación ve 20 mil al año y tienes que lograr sacarle una sonrisa”, afirma el cofundador.
Por estos días están a la espera de la buena noticia. Aún no se sabe nada, pero todo indica que viene bien perfilada.
Y si ganan Y Combinator, que se ve muy posible, todos los proyectos que tienen en carpeta se van a acelerar. Mientras tanto esperan en junio de 2021 comenzar a desplegar sus banderas por Latinoamérica.
Recuadro: ¿Qué son las API?
Para entender lo que son las API, el cofundador de Fintoc ejemplifica: “Imaginemos que vamos a un restaurant italiano y queremos pedir una pizza margarita. En la carta se define el precio de cada plato, los ingredientes y qué podemos esperar de cada pedido que hagamos. El mesero es la API. Él abstrae toda la lógica del restaurant (preparar la masa, poner el queso, etc) en una instrucción simple como ‘Quiero una pizza’”.