La guerra y el Covid relanzan la energía nuclear como fuente de energía, según la ONU
Según estimaciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), este tipo de energía en 2050 podría llegar a suponer incluso 14% de la producción total.
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El cambio climático, el Covid-19, la guerra en Ucrania y el encarecimiento de la energía están impulsando la importancia de la energía nuclear para el suministro de electricidad, hasta el punto de que en 2050 podría llegar a suponer incluso 14% de la producción total, según estimaciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
"Esos factores están contribuyendo a que Gobiernos anuncien un mayor papel de la energía nuclear en sus estrategias energéticas y climáticas", señala el OIEA en un análisis publicado hoy sobre las estimaciones de consumo y producción de energía hasta el año 2050.
En ese documento, el OIEA, la agencia nuclear de la ONU, señala que con la nueva situación la producción de energía eléctrica en el año 2050 podría llegar a ser un 10% más de lo calculado hasta ahora, teniendo en cuenta el escenario más optimista.
En este caso, la capacidad de producción eléctrica de la energía nuclear será ese año de año 873 gigavatios, más del doble que en 2021.
De cumplirse esa estimación, la nuclear supondría dentro de tres décadas el 14% de la producción total de electricidad global, cuatro puntos más que ahora.
Esta es la segunda vez consecutiva que el OIEA revisa al alza sus perspectivas de un potencial aumento de la producción de energía nuclear desde el accidente en 2011 en la central nuclear japonesa de Fukushima, que provocó que muchos países anunciaran cierres de reactores.
Según el OIEA, esto refleja "un cambio en el debate mundial sobre la energía y el medio ambiente, en medio de la creciente preocupación por la seguridad energética y el cambio climático".
"Cada vez se reconoce más el papel de la energía nuclear como factor clave para la seguridad de suministro energético para evitar futuras crisis de suministro y de precios", señala el OIEA en su análisis.
Para alcanzar ese escenario, el OIEA reconoce que serán precisos cambios legales, avances en la gestión de los residuos nucleares y cuestiones de financiación y mejora de la cadena de suministro para la construcción de nuevos reactores en algunas regiones.
El OIEA también se refiere a desarrollos tecnológicos, como los relacionados con nuevos reactores modulares, de pequeño y mediano tamaño, más baratos, flexibles y seguros.
Sin embargo, el OIEA maneja otro escenario mucho más conservador, en el que se mantendría la tendencia actual, sin grandes cambios legales o en políticas energéticas, por ejemplo relacionadas con el cambio climático.
En ese caso, la capacidad nuclear no cambiaría sustancialmente en los próximos 30 años y supondría en 2050 el 7% de la producción eléctrica global.
El OIEA insiste en el papel que la energía atómica puede jugar en la reducción de las emisiones de efecto invernadero y la lucha contra el cambio climático.
De hecho, este organismo afirma que el uso de la energía nuclear ha evitado en el último medio siglo la emisión de 70 gigatoneladas de CO2 a la atmósfera, aproximadamente el doble de la cifra récord soltada a la atmósfera en 2021.