Investigador dice que aún se puede evitar un escenario catastrófico en que desaparecerían glaciares del centro y norte de Chile
De acuerdo con Fabrice Lambert, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 y académico del Instituto de Geografía UC, la situación de los glaciares podría variar mucho dependiendo de la zona del país.
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En un estudio recientemente publicado por los geólogos Jérôme Chappellaz y Carlota Escutia Dotti del Instituto Francés de Madrid, pronosticaron que la desaparición de los glaciares es “un proceso irreversible”, donde muchos de los ubicados en los Alpes o en los Andes desaparecerán en 2100.
Ambos expertos, en el caso de Chile, habían manifestado su preocupación por la evolución del glaciar Grey, en Torres de Paine, en el oeste de la Antártida, que estaría perdiendo gran parte de su volumen.
Sin embargo, de acuerdo a Fabrice Lambert, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 y académico del Instituto de Geografía UC, en Chile -que cuenta con 26.170 glaciares según el último catastro de la Dirección General de Aguas- es clave diferenciar entre los glaciares de la zona norte, centro y sur.
En esta línea, afirma que “en el sur, tenemos estos campos de hielo patagónicos que son muy largos y grandes y que no van a derretirse, no vamos a perder el campo patagónico sur y norte a 2100".
Lo que estaría siendo más crítico, es en la zona del norte y centro, porque "los glaciares, aunque puedan ser más en cantidad que en la zona sur, son mucho más pequeños y la subida de temperatura puede ser bastante alta”.
Para las proyecciones a futuro de los glaciares, el experto se guía con los RCP -trayectorias de concentración representativa-, medida adoptada por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), la cual determina el curso que han seguido los gases de efecto invernadero.
Las trayectorias describen cuatro diferentes futuros climáticos, los que se considerarían posibles dependiendo del volumen de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos en los próximos años. En ese sentido, el escenario más optimista en términos de GEI tendría un RCP 2.6, mientras que el más pesimista, sería de un RCP 8.5.
Lambert indica que “en el escenario de un RCP 2.6, la pérdida de masa de los glaciares a 2100 en los Andes del Sur será solo de un 30%, pero en el RCP 8.5, alcanzaría un 50%”.
En el caso de la zona centro y norte, el experto señala que “si no logramos bajar las emisiones de GEI y nos quedamos con un RCP 8.5, es muy probable que se pierdan la mayoría de los glaciares en el norte chico, norte grande, Chile central, pero no en el sur, porque en el sur hay glaciares mucho más grandes”.
Impacto en el ecosistema
Lambert menciona una serie de efectos en el ecosistema que podrían ocurrir tras el derretimiento de los glaciares.
En primer lugar, explica que este derretimiento, al ser un síntoma del cambio climático y del alza de las temperaturas, “la precipitación que cae en invierno cae más como lluvia y menos como nieve. Entonces lo que ocurre, es que hay un riesgo mayor de aluviones en las montañas".
Además, otro de los problemas que el experto detecta, está específicamente en las zonas donde residen las personas.
“Los glaciares, al crecer durante el invierno por la nieve, llevan agua a los ríos en el verano al derretirse. Si desaparecen los glaciares y también la cobertura de nieve estacional, al ser ahora mucho más cálido el invierno, nos quedamos sin este aporte de agua de los ríos durante verano. Y aquí llegamos a esta situación de escasez hídrica, donde falta el agua para la agricultura, para la industria, para las ciudades", dice.
Por último, Lambert señala que los glaciares, al ser fuente de muchos nutrientes para las zonas costeras a través de sedimentos finos que bajan con los ríos, si desaparecieran, “esta falta de nutrientes puede producir problemas en los ecosistemas costeros y que se produzca pérdida de biodiversidad”.
Para el experto, todavía estaríamos a tiempo para evitar estas situaciones de derretimiento. “Si logramos reducir los GEI, podemos evitar la mayoría de los escenarios catastróficos proyectados. Hay una diferencia muy importante entre quedarse por abajo de 2°C o pasar por arriba. No todo está perdido, pero requiere de un esfuerzo muy largo para lograrlo”, argumenta.