Estas son las preocupantes cifras climáticas a tener en cuenta este 2023
En 2022, hubo importantes avances como la promulgación de leyes climáticas y la adopción de medidas más audaces para ayudar a los países en desarrollo afectados por catástrofes. Sin embargo, cuando se trata de las estadísticas vitales de la Tierra, el panorama sigue siendo menos prometedor.
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En 2022, Estados Unidos promulgó una ley climática sin precedentes y los países adoptaron medidas audaces en dos conferencias de las Naciones Unidas para ayudar a los países en desarrollo afectados por catástrofes y preservar lo que queda del mundo natural. Creció la inversión en energías renovables y también la popularidad de los coches eléctricos y las bombas de calor. Sin embargo, cuando se trata de las estadísticas vitales de la Tierra, el panorama sigue siendo menos prometedor.
Esta es la situación a principios de 2023:
Un comienzo chisporroteante
En las próximas semanas, los principales grupos de investigación climatológica publicarán sus conclusiones sobre la temperatura media mundial de 2022. En noviembre, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicó un primer borrador en el que preveía que el año 2022 sería el quinto o sexto más caluroso jamás registrado, 1,15 ºC por encima de la media de 1850-1900. Según el recuento de la OMM, los últimos ocho años serían los más calurosos desde que comenzaron las mediciones mundiales.
A juzgar por los primeros días de 2023, parece que la tendencia al calentamiento va a continuar. Según los meteorólogos, el año comenzó con uno de los inviernos más cálidos que se recuerdan en Europa. Después de que el continente batiera récords de calor estival por segundo año consecutivo en 2022, el día de Año Nuevo se registraron nuevos máximos estacionales en varios países europeos.
Los científicos afirman que las temperaturas podrían superar el límite inferior de 1,5 ºC del Acuerdo de París en una década.
Aumentan las emisiones
Las emisiones récord de gases de efecto invernadero que calientan el planeta están impulsando el aumento de las temperaturas. Se calcula que las emisiones procedentes de la quema de combustibles fósiles aumentaron un 1% el año pasado respecto a 2021, hasta 36,6 gigatoneladas de dióxido de carbono. Esa cifra es incluso superior a la de 2019, el año anterior a la pandemia que provocó un descenso sin precedentes -aunque temporal- de las emisiones, según el Global Carbon Project, una colaboración científica internacional que realiza las estimaciones cada año.
El uso del petróleo lideró el aumento de 2022, en concreto para la aviación, ya que los viajes internacionales recuperaron los índices anteriores a la pandemia. Tanto el petróleo como el carbón terminaron el año con mayor demanda que en 2021. Y la invasión de Ucrania por Rusia provocó una crisis energética en Europa que ha hecho que los países recurran a un combustible fósil más sucio: el carbón. El choque energético repercutió en todo el mundo, por lo que incluso China aumentó la producción de carbón para ayudar a satisfacer los mercados.
Los científicos del clima actualizan cada año el tamaño del "presupuesto de carbono", es decir, la cantidad de CO₂ que la humanidad puede emitir antes de perder incluso un 50% de posibilidades de mantener el calentamiento global por debajo de los objetivos acordados internacionalmente. Quedan unos nueve años de emisiones al ritmo de 2022 para tener la mitad de posibilidades de alcanzar el objetivo de 1,5C y 30 años antes de que disminuyan las posibilidades de cumplir el límite superior de 2C. Para que el mundo alcance las emisiones netas cero en 2050, los países tendrían que reducir las emisiones cada año a un ritmo "comparable al descenso observado en 2020 durante la pandemia de COVID-19", según el Global Carbon Project.
Las energías renovables están en auge
Se prevé que la inversión en energías renovables siga creciendo, pero no está claro cuándo esa expansión se traducirá en un descenso de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. BloombergNEF prevé que en 2023 la energía libre de carbono crecerá un 18%. Eso debería sumar más de 500 gigavatios de energía eólica, solar, de almacenamiento de electricidad, nuclear y geotérmica en 2023, pero las adiciones de electricidad limpia alcanzan los 1,4 teravatios al año en 2030 para encarrilar el camino hacia cero emisiones netas.
Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, al menos 18 países llevan más de una década reduciendo sus emisiones. Sin embargo, a medida que las cifras mundiales se difuminan en recuentos regionales y nacionales, el panorama se complica.
Avances en diplomacia climática
En noviembre, el Climate Action Tracker, un equipo de investigación que compara los índices de emisiones de los países con sus propios objetivos y con los mundiales, descubrió que, si bien no se había producido prácticamente ningún avance desde la conferencia de la ONU sobre el clima celebrada en Glasgow en 2021, el sistema de diplomacia internacional sobre el clima había registrado un progreso fenomenal y poco reconocido desde 2009.
"Si miras el sistema en su conjunto -las conferencias desde 2009 hasta ahora-, definitivamente han logrado algo", dijo entonces Niklas Höhne, científico de política climática en el New Climate Institute de Alemania que contribuye a Climate Action Tracker. "Ahora estamos en un mundo diferente".
La pregunta es: ¿cuándo se traducirá esa diplomacia en lecturas más positivas para las estadísticas vitales del planeta?
El "Catálogo de barcos" del clima
En el resumen del Rastreador de la Acción Climática se incluye un catálogo de cuatro páginas de las políticas climáticas actuales de 39 países, cada nación señalada con un icono de bandera. Argentina está acelerando un nuevo gasoducto y explorando petróleo en alta mar. Canadá tiene un nuevo plan climático, pero sigue adelante "como si fuera una agradable tarde de domingo y no una crisis climática". Irán no ha ratificado el Acuerdo de París. El Reino Unido, uno de los líderes ecologistas mundiales, fue criticado por unas políticas que sólo cubren el 40% de las emisiones relevantes y por una financiación climática "muy insuficiente".
Algo en esta lista, que se resume mejor como un tedioso desfile de logros insuficientes, recuerda un pasaje muy famoso de un libro muy antiguo. La Ilíada, la epopeya bélica original de Europa, trata al principio de impresionar a los lectores sobre la destreza naval de los griegos enumerando exhaustivamente a lo largo de varias páginas el liderazgo y las mercancías de los militares. El llamado "Catálogo de barcos" estableció la lista épica como una fuerza capaz de narrar historias.
Con el comienzo de un nuevo año, resulta difícil discernir si el "catálogo" climático constituye un relato inspirador de las ambiciones nacionales agregadas o una sátira de los esfuerzos que se quedan cortos.