Déficit histórico de precipitaciones en la Patagonia está afectando la actividad agropecuaria

Hasta ahora, el déficit de precipitaciones parecía ser solo un fenómeno que afectaba al norte, centro y centro sur del país.  Un estudio del Instituto de la Patagonia de la Universidad de Magallanes (UMAG), constató un grave déficit en Punta Arenas y Puerto Natales, equivalente al agua caída durante tres meses, lo que está afectando directamente a la actividad agropecuaria del extremo austral del país.

El análisis indica que la precipitación acumulada este 2022, hasta octubre, es de 318 milímetros, es decir, inferior en 141.6 milímetros a un año normal. “Si no logramos pasar las precipitaciones de 1974 (359,9 milímetros), el 2022 será el año más seco en 52 años”, afirma Nicolás Butorovic, climatólogo del informe, y agrega, que el déficit es menor en Puerto Natales que en Punta Arenas. 

El alcalde de Punta Arenas, Claudio Radonich, explica que este déficit sumado al viento y la poca caída de nieve, incide en la calidad de los cultivos y la carne, y el ecosistema.  

“Somos una zona ganadera y tiene un impacto directo, las praderas están más secas, y se incorpora la baja caída de nieves, más el viento, la tierra no es capaz de absorber agua y mantener la humedad”, comenta Radonich.

Butorovic, en tanto, sostiene que los efectos en la ganadería y agricultura se verán más adelante, pero es probable que la calidad de los cultivos y la carne bajen, y se vean afectados los pesos de los animales. 

Impacto en el ecosistema

El alcalde afirma que el aumento de temperatura -este mes de 0,2°C-, ha traído nuevas plagas de insectos, como los pulgones y cambios en el ecosistema. Además, especies como los flamencos han migrado porque se han secado lagunas, permitiendo que animales cazadores tengan acceso a estas presas. 

Butorivic señala que si bien no se puede predecir cómo terminará el año en materia de precipitaciones, señala que hasta el 18 de este mes, no hay casi lluvias pronosticadas . “El año pasado, en Punta Arenas, diciembre iba a ser el más seco en 50 años y comenzó a llover el 27, la Patagonia siempre sorprende”, dice.