Bayer invierte en biotech chilena que busca crear semillas que capturen carbono
Andes, que cerró ronda de inversión por US$ 15 millones, busca combatir el cambio climático con microbios y bacterias mejoradas que incorporan en las semillas.
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En 2016 la bióloga Tania Timmermann y el ingeniero comercial, Gonzalo Fuenzalida, fundaron Andes, con la idea de trabajar con microbios y bacterias mejoradas para combatir el cambio climático. A poco andar, se instalaron en Emeryville, en California, Estados Unidos, donde cerraron una ronda de inversión por US$ 15 millones.
La serie A -que concluyó a fines de agosto pasado- estuvo liderada por Leaps, la rama de inversiones de impacto de los laboratorios Bayer y participaron seis inversionistas, entre ellos, Cavallo Ventures, de Willbur-Ellis, uno de los retailer de insumos agrícolas más grande de EEUU.
Timmermann, cofundadora y directora de tecnología de Andes, explica que los nuevos recursos los destinarán a desarrollar la tecnología que permitirá incorporar bacterias mejoradas en semillas para capturar carbono y "dejarlo fijado en el sueño hasta por 100 años".
Añade que invertirán en un equipo de biología sintética "de clase mundial" y con objetivo de que a fin de año Andes tenga a 20 personas trabajando en investigación de ciencia de transformación de la bacteria para distintos propósitos.
"El próximo año vamos a dar a conocer este modelo, ahora estamos trabajando la propiedad intelectual y recopilando más datos para validarlo, pero si llegara a funcionar tiene la capacidad de cambiar el curso del cambio climático", afirma la investigadora.
Comenta que el plan a futuro es abarcar otros sectores que también ocupan bacterias, pero siempre "con la finalidad de combatir el cambio climático", dice.
Semillas mejoradas
Este nuevo desarrollo continúa lo realizado con Microprime, la primera investigación de Andes. Se trata de una tecnología que incorpora microbios mejorados en las semillas de plantas, específicamente en maíz, para que puedan capturar y fijar el nitrógeno -fertilizante-en los cultivos, garantizando la absorción de nutrientes de manera más sustentable.
"Actúa como un seguro, porque el nitrógeno del campo que colocan los agricultores es sintético, si hay lluvias, percola hacia las napas subterráneas y se pierde, o sea, las plantas no lo alcanzan a percibir para cuando lo necesitan", explica Timmermann.
Salida al mercado
La startup se fundó con $ 400 millones de aportes de los fundadores y en 2017 cerraron una ronda de inversión US$ 1,7 millones en la que invirtieron Endurance Investment y FEN Ventures, junto con adjudicarse el fondo de Innovación Empresarial de Alta Tecnología (IEAT) de Corfo en 2018. En 2020 levantaron $ 5 millones en una ronda semilla liderada por los estadounidenses KDT Ventures.
Con los dos primeros levantamientos de capital trasladaron su operación a EEUU en 2018, país elegido porque concentra 90 millones de acres de maíz -principal cultivo en el que funciona la tecnología de Microprime-, talento científico especializado para la transformación de bacterias y mayor número de inversionistas dispuestos a invertir en biotecnología, explica Timmermann.
La investigadora señala que esperan salir al mercado con Microprime en 2023, bajo una modalidad de licenciamiento, en que las grandes casas de semilla de EEUU sean las que comercialicen la tecnología de fijación de nitrógeno.
Respecto de la tecnología de captura de carbono, Timmermann comenta que la idea es asociarse con agricultores de campos de maíz, soya y alfalfa para transformar los campos en "mega factorías de captura de carbono" y utilizar las mismas semillas que fijan nitrógeno. "Por como vemos nosotros el futuro, un agricultor va a percibir más ganancia por los créditos de carbono que por lo que genera su campo", señala.
Adelanta que esta tecnología la darán a conocer en seis meses y también consideran llegar a mercados sudamericanos, principalmente Brasil, Argentina y Uruguay, por los cultivos que se necesitan.
"No queremos dedicarnos a la comercialización, que obviamente es más costosa y no es nuestro expertise, sino que en la tecnología y en hacer las bacterias mejores año a año", explica la bióloga.