Proceso constitucional: Partidos políticos se preparan para entrar al ruedo en nueva etapa de análisis de Comisión Experta
La tramitación en particular de las normas aprobadas en general la semana pasada requerirá de un esfuerzo mayor para darle forma al anteproyecto de nueva Constitución.
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La semana pasada fue intensa. Y no sólo en el Congreso hacia donde estuvieron puestas las miradas de la ciudadanía, atenta a la Agenda de Seguridad, sino también porque el proceso constitucional, con menos aspavientos, empezó a avanzar en los temas de fondo, aquellos que le darán forma al anteproyecto de la nueva Constitución. Con mucha menos presión, a sabiendas que el interés ciudadano no está en este segundo intento, la Comisión Experta se concentró en superar la primera valla del proceso: aprobar en general las propuestas de norma para comenzar a darle forma a la Carta Fundamental.
Para sorpresa de quienes sí han seguido con atención el devenir de la instancia, los comisionados no sólo fueron capaces de ponerse de acuerdo para consensuar las propuestas de norma que irán dibujando la nueva Constitución, sino que además las aprobaron todas por unanimidad. Sin embargo, lo hicieron conscientes de que esta era la parte fácil y que era necesario dar una señal de que el diseño elaborado por los partidos políticos está dando buenos resultados.
No obstante, en los debates previos a las votaciones, no fueron pocos los expertos que deslizaron o explícitamente lo adelantaron, que la próxima etapa no será tan de guante blanco, porque hay muchos temas que, a juicio de los interesados, no quedaron del todo resueltos, como por ejemplo lo relacionado a la democracia paritaria. De hecho, donde hubo más acuerdo fue en los temas relativos al sistema político, como por ejemplo las barreras de entrada para que los partidos políticos puedan aspirar a un escaño en el Congreso (5%) con el fin de evitar la excesiva fragmentación que actualmente afecta al Parlamento.
Sin embargo, en los partidos políticos no existe consenso en esta materia y pese a que estas semanas los parlamentarios estuvieron concentrados en los temas de seguridad, no por ello se desconectaron de lo que ocurría en la Comisión Experta. Muchos parlamentarios estuvieron siguiendo con atención el proceso de votación y tienen dispares miradas acerca de la fase que comienza en los próximos días.
Políticos profesionales al ruedo
Ya aprobadas las propuestas de norma en general, estas volverán a las subcomisiones donde los comisionados podrán ingresar enmiendas, con el fin de eliminar una norma, sustituir parte de ella o agregarle algún aspecto. Por lo que en esta etapa las negociaciones serán más complejas, sobre todo porque la Comisión Experta está prácticamente empatada entre cercanos al oficialismo y a la oposición y las enmiendas deben ser aprobadas por los 3/5 de los seis integrantes de cada subcomisión, es decir, cuatro expertos, por lo que la necesidad de convencer a un contrario es imprescindible.
Es aquí también donde entran en juego los partidos políticos. No hay que olvidar que este proceso es fruto de una negociación en el Congreso y que los comisionados responden a los partidos que los propusieron para el cargo. Y los parlamentarios ya se están preparando para intervenir. Ningún partido político quiere que el proceso se le escape de las manos, como ocurrió con la Convención Constitucional, donde los convencionales, incluso los escasos militantes, hicieron poco o nada de caso a sus dirigentes políticos, con el resultado ya conocido.
Y si bien hasta ahora los expertos tuvieron algo de manga ancha para plasmar sus ideas en la propuesta de anteproyecto aprobada en general, llegado el momento clave los partidos se preparan para entrar al ruedo. Un claro ejemplo de ello es el caso del Partido Socialista que tendría programada una reunión con sus tres comisionados para la semana que comienza, con el fin de “conocer el estado del proceso”, en el que algunos de sus representantes estiman que ha habido “acuerdos bastante sustantivos”.
Pero también hay sectores del Socialismo Democrático, donde incluso los más progresistas admiten que vienen saliendo de “una derrota estratégica” y que el triunfo del Rechazo los deja en una situación que sin duda marcará las negociaciones.
De hecho, con una cuota bastante alta de realismo político, reconocen que tendrán que ceder en muchas cosas para tener un proceso exitoso. Un parlamentario incluso admite que la propuesta de anteproyecto que se aprobó tiene una formulación muy parecida a la actual Constitución, pero se consuela con que “tiene matices distintos a lo que existe en la actualidad”. Lo que resta por ver es cuánto de esos “matices” se mantendrán o si será posible profundizarlos en la etapa que está por comenzar.
El fantasma del Partido Republicano
En la otra vereda, celebraron como un éxito del sector que lo aprobado en general “cambia poco o nada de la actual Constitución”, sobre todo porque los temas que en verdad importan a la oposición, como los derechos sociales y los económicos, no sufrieron modificaciones sustanciales. ¿Cuál fue la varita mágica para que eso ocurriera? Simple, advirtieron a su contraparte que o llegan a acuerdo en esta fase o tendrán que sufrir las consecuencias en el Consejo Constitucional, donde dan por sentado que el Partido Republicano llevará el pandero.
Y, claro, porque las encuestas ya dan cuenta de que el partido de José Antonio Kast podría llegar con bombos y platillos al consejo e instalar una cómoda mayoría en la instancia electa. Un temor que recorre las filas oficialistas, pero que también incomoda a Chile Vamos, donde algunos dirigentes preferirían no tener que verse arrastrados por la ola republicana a posturas más extremas que pusieran en tela de juicio su relato acerca de la importancia del diálogo y los acuerdos.
Así, tal como están las cosas hasta ahora, porque nadie tiene una bola de cristal para adivinar lo que puede traer el convulsionado escenario político en los próximos meses, todo indica que la nueva Constitución será la resultante de un estado de ánimo que permita avanzar “en la medida de lo posible”.