China sacudida por protestas en medio de ira por política de Cero-Covid
Se prolongan las tensiones por segundo día después de que una vigilia termina en enfrentamientos con la policía en Shanghái.
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Se prolongan las tensiones por segundo día después de que una vigilia termina en enfrentamientos con la policía en Shanghái
Las protestas en Shanghái se intensificaron el domingo por la noche, conforme la policía se esforzaba por dispersar las grandes multitudes que se reunieron en la ciudad, como parte de un movimiento nacional que representa uno de los desafíos más atrevidos a la autoridad del Partido Comunista de China (PCCh) en décadas.
Los disturbios comenzaron el sábado por la noche y se centraron en una carretera que lleva el nombre de la ciudad china de Urumqi, donde el jueves se produjo un incendio mortal que cobró las vidas de 10 personas. Ese incidente, ocurrido en la región noroccidental de Xinjiang, avivó la indignación en las redes sociales y provocó una serie de vigilias en todo el país, pues la gente consideró que la tragedia era consecuencia de las restricciones por la pandemia de coronavirus, acusaciones que las autoridades negaron.
Tras despejar la protesta en las primeras horas de la mañana del domingo, las multitudes regresaron por la tarde. La gente continuó reuniéndose durante la noche, chocando ocasionalmente con la policía y gritando consignas contra el gobierno. El viernes se produjeron enfrentamientos similares en Xinjiang, mientras que estudiantes de todo el país celebraron mítines durante el fin de semana, incluyendo uno el domingo en la elitista Universidad Tsinghua de Beijing.
El PCCh ha tenido que lidiar con manifestaciones mucho más grandes en los últimos años, en particular las protestas masivas a favor de la democracia en Hong Kong en 2019, en las que millones de personas salieron a protestar en las calles del territorio.
Sin embargo, por su alcance nacional y su desafío directo a la autoridad del partido, el movimiento que se está reuniendo en contra de la política de cero Covid del presidente Xi Jinping no tiene precedentes desde las protestas de la Plaza de Tiananmén de 1989. Los manifestantes en la protesta del sábado en Shanghái pidieron abiertamente la "dimisión" del partido y Xi.
"Las protestas alcanzaron un nuevo punto durante el fin de semana, especialmente con la aparición de consignas pidiendo la renuncia de Xi. Anteriormente, eran contra la aplicación local de la política de cero Covid", dijo Steve Tsang, director del Instituto Soas de China de la Universidad de Londres.
"Creo que Xi recurrirá a la represión de alguna forma para impedir nuevas protestas contra la política y su liderazgo", añadió Tsang. "Abandonar ahora la política de cero Covid sería demasiado bochornoso y una señal de debilidad".
Basándose en el enfoque de Xi para la gestión de la pandemia, las autoridades han intentado eliminar el virus mediante confinamientos frecuentes. Shanghái estuvo cerrada durante más de dos meses en primavera. Los medios de comunicación estatales dijeron durante el fin de semana que el gobierno seguiría dándoles "prioridad a las personas y a las vidas" y que "no vacilaría" en su planteamiento.
El domingo, algunos manifestantes en Shanghái mostraron trozos de papel en blanco para simbolizar la censura — un gesto también utilizado por los activistas prodemocráticos en Hong Kong — y los clavaron en los árboles antes de que la policía los arrancara. Otros llevaban flores blancas, símbolo de luto en la cultura china.
"Durante los últimos tres años, la gente ha acumulado este tipo de ira", dijo uno de los manifestantes que pidió permanecer en el anonimato.
Un estudiante que se apresuró a asistir a la protesta de Shanghái el sábado después de verla en el Internet, dijo: "Sé que lo que estoy haciendo es muy peligroso, pero es mi deber". Otro dijo que el evento comenzó como una conmemoración pacífica de las personas que murieron en el incendio de Urumqi, pero "se salió de control".
Algunas personas reunidas en el lugar se quejaban de la falta de libertad y de lo que calificaron como el carácter poco científico de las políticas chinas contra Covid, que pretenden eliminar el virus mediante pruebas masivas, cuarentenas y confinamientos.
La política ha enfrentado una inmensa presión por el aumento de los casos, el descontento popular y la desaceleración de la economía. El domingo, las autoridades emitieron un informe en el que se reportaba el mayor número de contagios diarios registrado por cuarto día consecutivo, con una cifra cercana a los 40,000.
En otras redes sociales chinas, las imágenes de las protestas — inicialmente de grupos de personas en Urumqi desde el viernes por la noche, pero posteriormente de las de todo el país — circularon ampliamente, pero también fueron censuradas.
Los vídeos mostraban a los estudiantes reunidos en una vigilia en la Universidad de Comunicación de China, en Nanjing, mientras que también surgieron imágenes de una reunión similar en una universidad de Wuhan.
Circularon imágenes de grafiti en la Universidad de Pekín que incluían lemas como "No queremos pruebas PCR, queremos comida".
Sheena Chestnut Greitens, experta en China del Instituto Americano de Empresa, dijo que los disturbios generalizados podrían "convertirse en una seria prueba de las herramientas de control social desarrolladas bajo el mandato de Xi".
Las autoridades chinas están lidiando con brotes de coronavirus en muchas grandes ciudades, como Guangzhou y Beijing. Los anteriores incidentes de la enfermedad han sido reprimidos con éxito, pero normalmente se centraban en una ciudad o región, como en Shanghái y el delta del río Yangtze a principios de este año.
En Beijing, donde se han endurecido las restricciones en los últimos días pero las autoridades no han impuesto un confinamiento total de la ciudad, algunos residentes encararon a los funcionarios por el cierre de sus barrios.
Hubo señales de que la gente se inspiró en las protestas para oponerse a dichas restricciones en otros lugares de China. Un residente de la ciudad de Shenzhen le dijo al Financial Times que las manifestaciones celebradas desde el viernes habían servido de "inspiración", después de que fracasaran las negociaciones pacíficas con los funcionarios para levantar el confinamiento de sus vecindarios.
Dijo que él y sus vecinos se reunieron ante las puertas y gritaron "libéranos", tras lo cual los funcionarios locales cedieron. "Copiamos lo que hicieron los habitantes de Beijing y Urumqi y funcionó", dijo.
El principal asesor médico del presidente estadounidense, Joe Biden, Antony Fauci, quien dejará el cargo este mes, dijo que el enfoque de China hacia Covid-19 había sido "draconiano", con confinamientos estrictos sin ninguna vía para reanudar la vida normal.
"Entraron en un confinamiento prolongado sin ningún propósito aparente ni objetivo final, lo que realmente no tiene sentido en términos de la salud pública", dijo.
Fauci dijo que China no había hecho lo suficiente para vacunar a los ciudadanos de edad avanzada y que se había equivocado al rechazar las vacunas fabricadas en el extranjero. "Desde el punto de vista de la salud pública, no tuvo mucho sentido", dijo.