Víctima de la quema de casas en Lanalhue: “Pensé que era una película de terror”
Marian Schmid habla sobre el incendio que afectó su propiedad en la región del Biobío. "Vivíamos con temor, sí, pero nunca nos imaginamos esto".
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"Fue una cosa providencial. Me había devuelto a Santiago recién hace 3 semanas, después de haberme instalado con mis hijos 4 meses en nuestra casa en Lanalhue. Esto podría haber pasado con nosotros adentro. Y tampoco me explico cómo mi casa no se quemó por completo como la de mi hermano. La molotov que tiraron explotó, se empezó a quemar, pero nadie se explica por qué el fuego no agarró si la casa es entera de madera. Si mi casa quedó de pie, para mi fue una señal que yo tengo mantenerme igual y dar una pelea por esta causa.
La mañana del 28 de agosto me desperté por la cantidad de mensajes que tenía en mi teléfono. El chat que tenemos los vecinos del lago tenía más de cien. Habíamos creado el grupo hace un tiempo justamente porque veíamos que la cosa se estaba poniendo peligrosa en la zona. Pero jamás imaginamos que llegarían a Lanalhue.
Cuando vi las fotos y los audios de los bomberos evacuando con zodiacs a las personas en pijamas después de haber sido amenazados con metralletas pensé que era una película de terror. Entre ellos, una pareja de profesores de Concepción de 70 años que había puesto todos sus ahorros en su casa, veia desde lejos cómo se quemaba.
El día del ataque al Nono, el cuidador de las casas desde hace 20 años, le pegaron, le robaron la camioneta y lo dejaron amarrado en el suelo. El vio que más de quince personas entraban en camionetas con armas “largas” y bidones de bencina. En 10 minutos prendieron las casas y en 5 minutos ya no estaban. Es gente muy preparada que fue a destruir, a atacar y a infundir terror.
Nunca pensé que nos atacarían a nosotros. ¿Qué problema podríamos haber tenido? Somos gente muy vinculada a la zona, tengo familiares que viven ahí y la mayoría de los que tenemos casa en el lago queremos irnos a vivir allá.
El acceso a nuestras casas es muy complejo, los caminos, sobre todo en invierno se llenan de barro y sólo puedes llegar con una 4x4. Y la otra forma de acceder es por el lago en bote o zodiac. Nos tranquilizaba también que no somos grandes terratenientes, ninguno de nosotros tiene más de 5 metros mil metros cuadrados de terreno. No somos grandes empresarios, no tenemos relación con forestales, no hay reclamos de parte del pueblo mapuche ni la CONADI se nos ha acercado a ofrecernos comprar nuestras tierras.
La única razón que podría explicar por qué nos quemaron las casas es porque están todas muy juntas y son de madera por lo que prenderían fácilmente, como la de mi hermano que quedó en el suelo. Sólo para hacer daño y tener harta prensa.
La mayoría de las víctimas prefiere esconderse por el pavor que les da que se les vuelva a repetir, pero en mi caso yo prefiero dar la cara y de una vez por todas constatar el horror que se está viviendo en toda una zona que cada vez se amplía más.
Voy a vivir con miedo si doy la cara o si me escondo así que prefiero visibilizar este problema y que la gente se dé cuenta que esto no es una cosa puntual. Los chilenos tienen que entender que es un problema grande y serio y que no sólo afecta a la zona de la Araucanía. Esto afecta a los productores, agricultores y camioneros que abastecen a todo el país y que tienen que transitar por esa ruta tremendamente peligrosa. Los terroristas tienen tomado un cordón que va desde Tirúa en la costa hasta Curacautín en la cordillera que dividirá al país en dos por el cual va a ser imposible pasar. Por eso el miedo e inseguridad de los camioneros.
Definitivamente no hay estado de derecho. Ahí manda el terror. Los carabineros no se atreven a patrullar porque se topan con hordas de terroristas financiados y entrenados por narcotraficantes que quieren hacer suya la causa mapuche y confundir a la gente. Los alcaldes tampoco pueden hacer mucho porque varios ya han recibido amenazas de muerte. Y, El Gope no puede entrar a los predios porque saben que pueden salir muertos.
Hay una permanente sensación de abandono y desamparo porque las autoridades no le ponen fuerza para terminar con este problema. No puede ser que diputados de la zona por los que votamos se abstengan de votar a favor de leyes que tipifican como delito el robo de madera. ¡¿Como no va a ser deliro robar?!
De parte del ministerio del Interior hemos recibido un poco más de atención. Desde el verano han estado patrullando la zona con aviones y drones lo que te explica que es imposible acceder por tierra.
Cuando por fin pude llegar el domingo en la mañana no podía creer lo que veían mis ojos. El campo y las casas que nuestros antepasados habían adquirido en 1890 estaba convertido en cenizas.
Vivíamos con temor, sí, pero nunca nos imaginamos esto.
Esto fue un desplazamiento forzado. Pero no nos podemos acostumbrar.