Crímenes contra mujeres latinoamericanas conmueven en Netflix

"Todos los argentinos de determinada edad seguimos el caso en su momento. Un asesinato en un country y con tantas vueltas de tuerca de la historia, hacía que fuera atractivo, curioso y preocupante", comenta Vanessa Ragone, productora y showrunner de Carmel, la serie documental de Netflix sobre el crimen de María Marta García Belsunce, una mujer de la alta sociedad bonaerense que apareció muerta en su casa un domingo por la tarde con cinco balazos en la cabeza. 18 años después, el caso sigue sin resolverse.

El viudo, Carlos Carrascosa, estuvo en prisión efectiva durante cinco años y luego fue absuelto. Tanto él, como los familiares de María Marta, su mejor amiga y el fiscal que entonces llevó el caso, Diego Molina Picó, se enfrentan a las cámaras para contar su versión de una historia que permanece abierta. En cuatro capítulos, que despliegan abundante material de archivo junto con entrevistas y recreaciones, Carmel -nombre del exclusivo condominio donde ocurrió el asesinato en 2002- se ha transformado en un éxito de audiencia y las redes sociales trasandinas explotaron con comentarios, especulaciones, burlas y memes sobre el caso.

Ragone cuenta que ella partió pensando en una película de ficción inspirada en el caso, pero dado que este sigue abierto y sus protagonistas vivos, optó por el género documental. "Confiábamos que la serie sería tendencia pero la verdad no nos imaginamos la repercusión que ha tenido. Yo me alegro que la gente comente, aunque lamento lo crueles que pueden ser las redes sociales. Eso excede nuestra voluntad", dice la realizadora argentina que fue también productora de la cinta ganadora del Oscar, El secreto de sus ojos.

El día que Netflix publicó el tráiler de Carmel, este alcanzó más de 200.000 visualizaciones en pocas horas. "Como documentalista hice un montón de documentales pero la masividad que da el streaming, no tiene comparación con nada. Para mí es desconcertante", comenta. Sobre el fenómeno de audiencia que han adquirido los nuevos títulos latinoamericanos de no ficción, Ragone agrega: "La realidad se nos está imponiendo. Estas historias son muy poderosas y superan cualquier ficción que uno pudiera inventar. El streaming presenta una nueva manera de aproximarse al público y un diseño de producción que permite crear un producto que se vea y escuche mucho mejor".

Las tres muertes de Marisela Escobedo

Como indica su título, tres veces murió Marisela Escobedo. La primera vez fue en 2008 cuando su hija Rubí, de 16 años, fue asesinada y su cuerpo desaparecido en manos de su pareja Sergio Barraza. La segunda fue cuando la Justicia, en sentencia unánime, y pese a contar con la confesión del autor del crimen, decidió absolver al imputado. La tercera, y definitiva, fue en 2010 cuando un balazo le quitó la vida mientras demandaba justicia frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua, México.

"Si ves esta historia en una película, no lo podrías creer", afirma la productora ejecutiva del documental Las tres muertes de Marisela Escobedo, Laura Woldenberg, repitiendo la idea de que la realidad puede superar a la ficción. El equipo de la producción dirigida por Carlos Pérez Osorio realizó un intenso trabajo de archivo y registro para reconstruir la historia de esta madre, que desolada por la muerte de su hija, decide buscar y perseguir a su asesino, para luego ver como este consigue escaparse gracias a un sistema corrupto y a su asociación criminal con el cartel de Los Zetas.

"Las cosas no han cambiado en México, todavía hay un grave problema de acceso a la justicia y violencia de género. Que el documental esté en una plataforma como Netflix permite que cientos de personas conozcan esta historia y se genere un debate público", señala Woldenberg. Desde que su estreno, a mediados de octubre, la cinta ha tenido repercusiones concretas, cuenta la productora.

El término feminicidio se incluyó en el código penal de Chihuahua, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos le dio tres meses al Estado mexicano para responder la denuncia en su contra por el doble asesinato de Marisela y Rubí, y el presidente Pérez Obrador se refirió al caso en sus conferencias matutinas, conocidas popularmente como "mañaneras". "Al estar en Netflix las cosas cambian incluso para los propios personajes. Y las historias se cuentan de una manera distinta para alcanzar a un público más masivo", agrega.

Coincide que las producciones documentales han cobrado una nueva vida a través de las plataformas de streaming, no solo por llegar a otras audiencias, sino que también por alcanzar niveles mayores de factura. "Es un momento muy interesante y tenemos la oportunidad de documentar nuestro presente y nuestro pasado, apuntalando realidades que nos resultan incómodas y dándole voz a quienes no la tienen", sostiene Woldenberg, quien también fue productora del documental 1994, el año que cambió a México. "Espero que este sea apenas el principio de una nueva generación que cuente las historias de nuestro continente, desde las más tristes, hasta aquellas que nos enaltezcan como cultura", suma.