Cultura

Alejandra Martí: Una ola creativa que abraza la ópera

Ópera Latinoamérica y el Centro para la Innovación y Experimentación Artística -que se lanzó la semana pasada-, son dos proyectos dirigidos por Alejandra Martí donde la cultura y las artes escénicas están abordadas desde la innovación, la creatividad y la colaboración.

Por: Sofía García-Huidobro | Publicado: Viernes 22 de enero de 2021 a las 16:00 hrs.
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Lo suyo es la gestión cultural y lo tuvo claro tempranamente. Alejandra (40) cuenta que desde niña tuvo inquietudes artísticas e incursionó en el piano, la acuarela y la fotografía. Pero también le entusiasmaba aportar valor a la cultura desde la gestión y la innovación. A eso ha dedicado su vida profesional.

Todavía recuerda que cuando entró a estudiar literatura con la idea de realizar un MBA posteriormente, una amiga le preguntó qué pretendía hacer con esos estudios, y ella le respondió: “Trabajar en el Teatro Municipal”. Entonces tenía 19 años y era difícil imaginarse que tiempo después aquella idea se concretaría. 

Pero antes de eso, Martí se graduó y luego vivió en Barcelona, donde cursó un posgrado de Dirección de empresas y trabajó en el Liceu Ópera Barcelona, en el área de recursos humanos. “Me tocó construir un nuevo organigrama, entrevistar a todo el teatro y conocer su proceso. Tenía 24 años y era mi primer trabajo, fue como el mejor MBA que pude haber tomado”, cuenta. Ahí, agrega, aprendió de innovación y de la importancia de establecer redes de colaboración con otras instituciones culturales.

Una alianza latinoamericana

Volvió a Chile el año 2006 y entonces postuló directamente al Teatro Municipal de Santiago. Ni siquiera pensó en otra alternativa, asegura. Partió como gerente de Nuevos Proyectos, con el desafío de atraer a nuevas audiencias, y llegó a ser directora de Desarrollo Institucional. Durante 11 años armó distintas áreas; le tocó liderar el proyecto del Pequeño Municipal, el Centro de Documentación de las Artes Escénicas, y crear un catálogo online y de streaming para llegar con las obras infantiles a teatros regionales, entre otras variadas funciones.

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El 2007 se fundó en Chile, Ópera Latinoamérica (OLA), asociación de teatros de América Latina. Como Alejandra estaba familiarizada con el funcionamiento de Ópera Europa, le vio futuro al proyecto y se ofreció para coordinarlo desde el Teatro Municipal. Dentro de los precursores de esta alianza, que hoy suma más de 30 teatros de 11 países, está, además del Municipal de Santiago, el Teatro Solís de Montevideo, Ópera Bellas Artes de México, Teatro Municipal de Sao Paulo y Teatro Mayor de Bogotá.

El objetivo primario de OLA era coproducir contenido de manera de compartir gastos y ser más eficientes y ofrecerles a los artistas mayor circulación regional. En el camino la vocación de esta organización fue creciendo, y su gestora también. En 2017 Martí dejó el Municipal y estudió un MBA en el ESE Business School de la Universidad Los Andes.

“Quise reciclarme profesionalmente y buscar herramientas de gestión, porque creo que así como en una fábrica de tallarines o clavos, los procesos productivos en las artes también tienen que ser inteligentes y eficientes. Volví a estudiar como una aspiradora absorbiendo todo”, comenta.

En paralelo OLA comenzó a desarrollar la plataforma escena.digital dirigida a productores, compañías, programadores, salas y artistas, y le pidieron a Alejandra que se mantuviera como directora ejecutiva. Esta labor además le resultaba más compatible con su MBA y sus tres hijos. Ella dejó en claro que uno de los ejes de su gestión sería la tecnología. “Yo tenía la visión de que Latinoamérica, un continente de 600 millones de habitantes, reúne grandes fortalezas y ventajas, como el idioma común”, dice.

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En escena.digital organizaron un catálogo online de producciones que en estos meses de pandemia han ayudado a visibilizar el trabajo de los respectivos teatros. Este proyecto, que funciona como startup y que obtuvo un fondo Corfo, se integra al modelo híbrido de gestión de OLA que la llegada del Covid-19 y el distanciamiento social ha acelerado notoriamente.

Con los teatros cerrados e imposibilidad de viajar, llegaron a cuestionarse si seguir adelante con OLA, pero optaron por enfocarse en el propósito de compartir prácticas y networking. “Toda la teoría de “subirse al carro de la tecnología” que veníamos desarrollando los últimos tres años, entró en práctica. Y fue bonito porque ya estábamos súper organizados”, comenta Alejandra.

Se trata de una plataforma de pago ya que la idea es generar sustentabilidad en el sector y no depender 100% de los aportes estatales o fundraising. Pero teniendo en cuenta el duro golpe que la pandemia significó para las industrias culturales, decidieron ofrecerle a los artistas un periodo de uso gratuito de seis meses. 

Durante este tiempo han construido una comunidad con más de 90 artistas de nueve países que participan de distintos encuentros digitales y charlas con grandes gestores internacionales, además de compartir sus archivos digitales. “Nos transformamos en HUB de soluciones. Casi un año después, muchos teatros nos agradecen la posibilidad de reinventarse”, afirma Martí. Agrega: “Uno de nuestros sueños del futuro es sistematizar el arriendo de teatros como Airbnb para que su uso sea más eficiente. La cultura tiene que hacer un upgrade respecto de sus procesos productivos”.

Experimentación transdisciplinaria

En paralelo a OLA, Alejandra ha sido la coordinadora e impulsora del Centro para la Innovación y Experimentación Artística (CEIA) que tiene como propósito facilitar y potenciar la innovación dentro de las artes. Es una iniciativa que se lanzó la semana pasada en conjunto con la Universidad Católica y el Teatro Municipal de Santiago, a los cuales se suman en alianza el MAVI y la Fundación Reimagina.

En enero de 2020 se adjudicaron un fondo de la Fundación Mustakis para desarrollar un prototipo: innovación en educación. La hipótesis es que los procesos creativos tras la producción de una ópera tienen atributos que pueden ayudar a formar habilidades socioemocionales en jóvenes de educación media, tales como creatividad, trabajo en equipo interdisciplinario, tolerancia y respeto.

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Para llevarlo a la práctica un grupo de estudiantes acompañan el proceso creativo de un equipo profesional de artistas y, luego, a través de instancias prácticas y teóricas, hacen su propia versión de este proyecto. Realizaron un piloto con seis colegios; el Instituto Nacional y el Mater Purísima de Maipú, entre otros, y el resultado es Miguel, una ópera digital o “ópera cine”, como le llama Alejandra, que se estrena hoy viernes 22 de enero a través de la plataforma Municipal Delivery, del Teatro Municipal de Santiago.

El traspaso a digital, sostiene la gestora cultural, trajo ventajas como el poder mezclar a alumnos de distintos colegios y que pudieran interactuar entre sí sin tener que desplazarse territorialmente. Ahora quieren implementar esta metodología en empresas privadas: “Para ayudar a los ejecutivos a pensar fuera de la caja”.

Explica además que los nuevos formatos permiten la creación de contenido transdisciplinario. Para la ópera-cine Miguel, Martí está utilizando mecanismos de distribución de cine: “Estoy negociando con festivales en Europa y Estados Unidos para poder transmitirlos en otras plataformas. También con Ondamedia.cl del Ministerio de las Culturas”. En CEIA, dice, buscan que las artes puedan contribuir al desarrollo del tejido social, usando la creatividad como un medio de aprendizaje y no meramente algo contemplativo.

Respecto del financiamiento de las distintas escenas culturales, Martí reconoce que es un tema complejo que genera grandes debates. “Un músico puede estudiar diez años, como un doctor, pero la sociedad difícilmente le pagará un sueldo proporcional porque la cultura no es entendida como necesidad básica. Por ende el rol subsidiario del Estado tiene que estar, pero no puede ser lo único. Creo que hay que repartir los huevos en distintas canastas”.

La gestora dice que bajo su punto de vista el Estado debe ejercer un rol articulador con el mundo privado para generar consciencia y nuevas oportunidades al sector. Mirando el lado positivo, ella observa que en el mundo artístico chileno existe gran capacidad emprendedora y resiliencia para salir adelante: “Hay que diversificar y generar nuevos negocios”.

MAS

Los países miembros de OLA son Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Estados Unidos, Guatemala, México, Perú y Uruguay. Uno de sus miembros fundadores, en calidad de persona natural, es Andrés Rodríguez, ex director del Teatro Municipal de Santiago. El directorio se reúne cada dos meses en forma telemática. El próximo encuentro presencial de OLA tendría lugar en Buenos Aires a finales de 2021, si el Covid-19 lo permite.

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