Entre la década de los 90 y bastante entrados los 2.000, no era inusual que en determinadas industrias, como la consultoría o el sector financiero, existieran compañías que quisieran potenciar a sus talentos costeándoles la inversión que implica realizar un MBA, por dos años, en alguna de las escuelas de negocios más destacadas del mundo, conocidas como las Ivy League. ¿La inversión? Parte desde los US$ 100.00 en promedio, es decir unos $ 67 millones.
Esta denominación, que partió incluyendo a sólo las seis mejores universidades que además tenían estos programas de estudio –siendo el primero de ellos Wharton, de la Universidad de Pennsylvania, en 1881-, ha visto extendido su uso actualmente para referirse a los programas más reconocidos a nivel mundial. Así, la lista incorpora generalmente, además de Harvard, Stanford, Duke, Columbia, Tuck (Darmouth) y Cornell, a los programas de MIT, Kellogg, Berkeley, NYU y Yale.
Sin embargo, con varias crisis a cuestas, algunas quiebras y el crecimiento en el número de universidades que ofrecen estos programas, cada vez quedan menos empresas que hacen este tipo de apuestas. Según explica Alan Mac Donald, socio de la oficina de Santiago de Caldwell & Partners, los periodos de mayor abundancia para varios sectores quedaron atrás, y con ello la prioridad que se le daba a esta inversión. A ello, suma que para determinados cargos, la diferencia que implica contar con este tipo de "activos" ya no es tan importante como antes, explicando que existen varios programas realizados por universidades locales, que pueden cumplir con el objetivo que se busca.
De todas maneras, consigna un detalle no menor, al menos considerando la realidad chilena: varias compañías están expandiendo sus operaciones en el extranjero, por lo que contar con este tipo de talentos es un aporte bastante apreciado. "Viéndolo desde el punto de vista estratégico, poner a ejecutivos que hayan salido de estas universidades en la base de una compañía, juega a favor al momento de que se necesite resolver una situación que exija contar con personas capaces de manejar distintos factores culturales y sociales", agrega.
¿Y si quiero pagarlo yo?
Ahora, si las intenciones de un ejecutivo son postular sí o sí a estos programas, Mac Donald comenta que el análisis que se debe hacer al momento de postular debe ser mucho más acabado. "El desafío es mayor, porque la persona no sólo debe intentar quedar, sino que también es un factor crucial ver cómo lo paga. La mayoría se endeuda, o lo financia con dinero que tenía ahorrado, pero los menos son cofinanciados por la empresa", señala, agregando que de esta forma entran en juego otras variables.
Por ejemplo, la motivación que tiene cada candidato. "Las razones detrás de esto son importantes, porque la mayoría parte pensando que va a recuperar el dinero en corto plazo, y eso, la verdad, es que está por verse", afirma.
Habiendo establecido que el retorno de la inversión no es seguro, al menos en pocos años, el socio de la compañía de head hunting comenta que si las intenciones apuntan a lograr un aprendizaje de vida y establecer una red de contactos sólida, a nivel global, el foco es el adecuado.
Otro punto que destaca es reconocer el sello que tiene cada universidad en sus escuelas de negocios, y que el candidato tenga claridad de los elementos que le falta para avanzar hacia una próxima etapa en su carrera. Como ejemplo, menciona que MIT es reconocido por contar con un programa más enfocado a potenciar "el lado más ingeniero de cada uno", mientras que la Universidad de Chicago se destaca por Economía, mientras que Kellogg lo hace en Marketing.
"Por otro lado, siempre vale la pena postular a estos programas, porque al final uno tiene que considerar todos los factores. Antes, en la época de los baby boomers, que ahora tienen 50 años o más, la realidad era distinta. No habían muchas opciones de MBA locales, entonces quienes partían al extranjero llegaban con conocimientos y una experiencia que no era homologable. Pero ahora, ya el haber llegado a las llamadas Ivy League tiene un peso distinto, y siempre va a ser así", dice.