Alejandro Aravena pone a disposición sus proyectos para los refugiados
Después de recibir el Premio Pritzker en Naciones Unidas, el arquitecto chileno anunció que sus archivos y planos están disponibles para los diferentes gobiernos .
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El arquitecto chileno Alejandro Aravena, que acaba de recibir el Premio Pritzker en Naciones Unidas, puso hoy a disposición de los gobiernos de todo el mundo sus proyectos de habitabilidad sostenible para construir viviendas para los refugiados que se encuentran en campos de detención.
En rueda de prensa, pocas horas después de recibir el premio en la sede de la ONU en Nueva York, Aravena aseguró estar "disponible" para gobiernos y administraciones dispuestos a atajar la problemática de la vivienda.
"Ahí los tienen. Los archivos y planos. Una razón menos por la que decir que no es posible", señaló el premiado, que dijo que sus soluciones para la escasez de vivienda y falta de medios sirven para el caso de igual modo para inmigrantes que refugiados.
El galardonado arquitecto explicó que a partir de las 20:30 de hoy pondrá a disposición de todo el mundo a través de internet los planos de sus proyectos de vivienda social que le han merecido el premio.
Entre otros proyectos, la labor de reconstrucción de la ciudad de Constitución, una de las más devastadas por el terremoto y el tsunami que el 27 de febrero de 2010 sacudió Chile y dejó medio millar de muertos y unos 800.000 damnificados.
El arquitecto chileno dirige el colectivo ELEMENTAL, con sede en Santiago y que se centra en proyectos de impacto social e interés públicos.
Aravena, que compareció ante los medios portando orgulloso la medalla del Prtizker, alertó que solo con una construcción sostenible es posible encarar desafíos como los actuales 1.000 millones de personas que viven en áreas urbanas en condiciones infrahumanas.
"Para hacer frente a esta realidad habría que construir 1 millón de viviendas a la semana", dijo Aravena, que reivindica a los mercados un "cambio de paradigma" en la construcción.
A propósito de las dificultades de financiación para viviendas sociales en todo el mundo y especialmente en los países en desarrollo, para los que se orientan la mayoría de los proyectos que le han llevado al Pritzker, el arquitecto señaló que "lo que realmente sale caro es construir mal".
"Un edificio sostenible y adaptado al entorno lo disfrutan familias durante generaciones y también trae beneficios al conjunto de la ciudad", añadió.
En ese sentido, destacó que "la arquitectura es capaz de aportar el valor añadido de la síntesis a problemáticas muy complejas como la vivienda o la inmigración".
Al arquitecto le gusta pensar que la arquitectura es capaz de bajar de su aura elevada para aportar a los grandes debates del mundo global con sus lenguajes y soluciones propias.
De 48 años, director de la sección de arquitectura de la Bienal de Venecia y profesor visitante de la Universidad de Harvard, Aravena recibió la medalla del galardón de manos del presidente de la Fundación Hyatt, Thomas J. Pritzker.
La concesión del premio fue anunciada el pasado 13 de enero, y ya en ese momento se destacó la destreza de Aravena para combinar el arte con la responsabilidad social en sus creaciones, desde importantes edificios hasta viviendas sociales.
Al recoger el galardón, el lunes por la noche, Aravena recordó que la arquitectura no consiste tanto en acero, ladrillos o madera, "sino la vida misma".
El arquitecto dijo que recibía el premio con tres sentimientos marcados por tres direcciones: "Mirando para atrás con gratitud, hacia el futuro con libertad y en el presente con alegría y felicidad".
En su discurso, casi totalmente en inglés, el chileno afirmó que el galardón lo comparte con sus cuatro socios de ELEMENTAL y todo un equipo de trabajo que consolida "un montón de disciplinas que llegan a juntarse".
Además de Aravena, el Premio Pritzker, considerado como el Nobel de Arquitectura, lo han recibido también el mexicano Luis Barragán (1980) y los brasileños Oscar Niemeyer (1988) y Paulo Mendes da Rocha (2006).
También lo recibió, en 2004, la angloiraquí Zaha Hadid, la primera mujer galardonada, que iba a estar presente también en la ceremonia de este lunes en la sede de la ONU pero que murió el pasado 31 de marzo, a los 65 años, y a quien se recordó con emoción en la gala