En los últimos años se ha popularizado a nivel mundial el uso de los cigarros electrónicos, que en vez de humo, liberan la nicotina a través de un vaporizador.
Pero ese fue sólo el comienzo, porque la tecnología permite vaporizar casi cualquier cosa, incluso su café de la mañana o su bebida energizante favorita. Eagle Energy Vapor ha creado un dispositivo que permite a los adictos a la cafeína aspirar su dosis diaria del estimulante.
El vaporizador es el último en una larga lista de "alimentos aspirados". A fines de julio se instaló en el edificio de un antiguo monasterio de Londres Alcoholic Architecture, que ofrece un "bar-nube" donde los clientes pueden inhalar el alcohol vaporizado en el aire mientras conversan o bailan sin tener que beber. Según sus impulsores, tiene varias ventajas. Aunque la cantidad de alcohol absorbido después de una 40 minutos equivale a un vaso mediano, la substancia ingresa directamente al torrente sanguíneo, lo que significa que no afecta negativamente al hígado, y su efecto es mayor. El inconveniente es que hay que usar un traje especial para no arruinar la ropa.
El bar, que estará abierto hasta fines de enero, es una creación de Bompas & Parr, una compañía que experimenta con alimentos y que entre otras cosas reproduce obras de arte en gelatina.
Otro ejemplo de esta tendencia es la francesa "Aroma Vapologie", que ofrece pipas de agua similares a los narguiles, donde en vez de aspirar el humo del tabaco se pueden vaporizar las escencias de distintos alimentos.