El director ejecutivo de la alemana BMW, Harald Krüger, sufrió ayer "un colapso circulatorio" que provocó que se desmayara durante su presentación en el Salón del Automóvil de Frankfurt.
Fuentes de la compañía señalaron que Krüger, de 49 años, está estable y su estado no es preocupante, pero los médicos aconsejaron la cancelación del resto de las citas para que el ejecutivo pueda descansar. Krüger había indicado su indisposición antes de la conferencia de prensa, después de varios viajes al extranjero en las últimas semanas. "El ritmo de vida de un director ejecutivo de una automotriz es duro", señaló un asesor de la industria.
El ejecutivo sustituyó como CEO a Norbert Reithofer en mayo.
Mal momento
El suceso es un desafortunado giro para BMW. El salón bianual de Frankfurt es una cita en que tradicionalmente los fabricantes alemanes muestran en su mercado local sus puntos fuertes en ingeniería y promocionan sus últimos productos.
Actualmente, la automotriz alemana está mostrando la versión renovada de las berlinas de lujo de la Serie 7, que incluye tecnología como el reconocimiento de gestos y un control remoto para estacionarse.
La compañía superó la crisis financiera relativamente indemne y ha disfrutado de varios años de crecientes beneficios. Pero BMW (al igual que el resto de la industria) enfrenta desafíos en muchos frentes de forma simultánea, como la desaceleración de la demanda en China, las mayores exigencias de los clientes de conectividad en el vehículo y la amenaza de las empresas tecnológicas de Silicon Valley, como Tesla, Google y Apple.
Los tres grandes fabricantes alemanes (BMW, Daimler y Volkswagen) normalmente tratan de superarse unos a otros con sus prodigios en el Salón del Automóvil. Este año, BMW cuenta con la mayor pista cubierta de pruebas de la historia, con 400 metros y el mayor puesto, con 12 mil metros cuadrados.