El precandidato de Chile Vamos y ex presidente Sebastián Piñera ha debido salir a dar explicaciones en reiteradas ocasiones en los últimos días, luego de que se difundieran comentarios que realizó en un evento de campaña con marcado tono machista.
La polémica se suma a una serie de casos que han provocado indignación en distintos países y que han tenido serias repercusiones para sus autores, lo que demuestra el cambio cultural que se está produciendo en la sociedad, que hoy no está dispuesta a tolerar esta forma de discriminación, ni siquiera como broma.
Así lo descubrió la semana pasada el ex director de Uber, David Bonderman, y hay que recalcar el prefijo "ex", porque sus comentarios precisamente le costaron el cargo a las pocas horas de emitirlo.
Las acusaciones sobre la cultura machista y denuncias de acoso sexual habían desatado una crisis en Uber, que había obligado a convocar a una reunión de emergencia. En el encuentro, tenía la palabra la directora Arianna Huffington, una reconocida emprendedora tecnológica, que estaba presentando a Wan Long Martello, la segunda mujer que llegaba a integrarse a la mesa directiva. "Los datos demuestran que una vez que una mujer entra a un directorio, es mucho más probable que una segunda mujer se sume", había dicho Huffington cuando la interrumpió Bonderman para rebatirla: "En realidad, lo que los datos demuestran es que es mucho más probable que pasemos mucho más tiempo conversando", dijo en tono jocoso. Un silencio total se impuso en la sala y al término de la reunión el director inmediatamente presentó su renuncia.
No hace falta ser un genio
Aunque esta clase de comentarios refleja una mentalidad anticuada, algunas de las mentes más brillantes han visto sus carreras golpeadas por ello. En 2015, Tim Hunt, el bioquímico británico galardonado con el Premio Nobel, se encontraba en Corea participando en una conferencia cuando fue consultado por la baja participación de las mujeres en la ciencia. "Cuando las mujeres están en un laboratorio hay tres cosas que pueden ocurrir", se apresuró a responder sin reflexionar. "Uno se enamora de ellas, ellas se enamoran de uno, o cuando uno las critica, se ponen a llorar". A las pocas horas, University College London (UCL) informó que el académico había perdido su cátedra en su facultad.
"Los comentarios de Hunt sobre las mujeres en la ciencia son chocantes y lamentables, pero es bueno que los haya hecho porque demuestran concluyentemente que el sexismo en la ciencia no es cosa del pasado", dijo Katherine Sleeman, expositora clínica del King's College London, según declaraciones recogidas por el diario inglés The Telegraph.
Una suerte similar corrió Bill O'Reilly, el presentador más influyente de la cadena de noticias Fox News, despedido en abril por presiones de los avisadores. Aunque su salida se concretó en medio de un escándalo de acoso sexual, la polémica había comenzado un mes antes, cuando se burló del peinado de la congresista demócrata Maxine Waters, diciendo que la parlamentaria de color había usado la peluca de James Brown, un comentario que fue considerado racista y sexista al mismo tiempo.
Suspensión indefinida
En Canadá el partido Progresivo Conservador (PC) ordenó la suspensión indefinida de su representante en el parlamento de Ontario, Jack MacLaren. Durante una cena de caridad sólo para hombres, subió al escenario para dirigir algunas palabras. Su colega del partido Liberal, Karen McCrimmon, participaba junto a otras mujeres como voluntarias en la organización. Según algunos asistentes, MacLaren la presionó en numerosas ocasiones para que se uniera a él en la tarima. Cuando finalmente accedió, se paró junto a ella pasando su brazo sobre su hombro, ridiculizó frente a todos sus políticas tributarias, e hizo un comentario sobre su apariencia física. Por último contó un antiguo chiste irlandés subido de tono, pero acomodándolo de manera que McCrimmon y su esposo fueran los protagonistas. Pero nadie en la sala se rio y el parlamentario tuvo que descender del escenario en medio de un embarazoso silencio.
La campaña electoral en EEUU no tuvo escasez de polémicas, y Donald Trump fue acusado en varias ocasiones de conductas machistas. Sin embargo, el último escándalo que estalló en la Casa Blanca no tuvo que ver con el mandatario republicano, sino con un diputado demócrata. Cedric Richmond provocó una disputa dentro de su propio partido luego de que comentara una fotografía de la asesora de Trump, Kellyanne Conway, que aparecía de rodillas en un sillón de la Oficina Oval, una posición sobre la cual Richmond dijo que le resultaba "muy familiar". Sus declaraciones fueron de inmediato vinculadas en Twitter con el escándalo de Monica Lewinsky, que sacudió a la administración de Bill Clinton. Su actitud fue duramente criticada, incluso por Chelsea Clinton, la hija del ex presidente.
¿Qué tienen en común Buffett y Piñera?
Más cerca de nuestro país, una polémica por chistes machistas vincula a dos empresarios millonarios. En marzo de este año, Warren Buffett, el gurú de las finanzas que generalmente sólo cosecha alabanzas, provocó la ira de las mujeres en Wall Street por sus comentarios durante una entrevista. A manera de introducción, el magnate preguntó a la periodista si conocía la diferencia entre un diplomático y una dama. "Cuando el diplomático dice sí, quiere decir quizás, y si dice quizás, significa no. En cambio, si una dama dice no, quiere decir quizás, y si dice quizás, quiere decir que sí", fue su acotación, que no le hizo nada de gracia a la entrevistadora.
Las redes sociales estallaron. Pedro da Costa, de Business Insider, lo llamó "chovinista" mientras que Fortune calificó la analogía como "una vergüenza".
Curiosamente, otro empresario millonario, en Chile, había generado indignación cinco años antes por el mismo comentario. Las declaraciones del entonces presidente Piñera fueron incluso recogidas por la BBC.
Estereotipos sociales
El tema de los chistes machistas no es para la risa. Diversos estudios de psicología clínica han demostrado que este tipo de comentarios contribuyen a perpetuar estos estereotipos y fomentan la tolerancia de la sociedad a estas actitudes.
"La aceptación del humor sexista lleva a los hombres a creer que este tipo de conductas cae dentro de lo socialmente tolerable", comentó a Science Daily Thomas E. Ford, miembro del departamento de psicología de la Western Carolina University.
Otro estudio elaborado en conjunto por la Universidad de Warwick y la Universidad de Georgia publicado en el US journal Archives of Sexual Behavior, encontró evidencia de que las frecuentes críticas a la habilidad de las mujeres para conducir y estacionar automóviles, tiene un fundamento real, pero no debido a sus capacidades motriz-espaciales, sino por un factor sicológico. Según sus autores, los doctores Zachary Estes y Sydney Felker, las permanentes burlas sobre este tema afectan su desempeño porque socavan su confianza detrás del volante.
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