Más actividad, menor inflación, cobre más alto y dudas sobre el empleo: el momento económico ad portas de la cuenta pública de Boric
Con vientos a favor llega al mandatario a su tercer discurso ante el Congreso Pleno. Los números de actividad, en medio de un escenario de inflación y tasas de interés en baja, han mostrado un repunte en estos primeros meses del año.
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Con un telón de fondo cubierto de matices llegará este sábado el Presidente de la República, Gabriel Boric, a su tercera Cuenta Pública ante el Congreso Pleno. Aún viudo de sus reformas emblemáticas -como pensiones-, el mandatario ha tenido que hacer frente a una crítica situación de seguridad en el país. Quizás, los puntos a favor vienen por el lado laboral -40 horas- y, especialmente, por las cifras económicas, que exhiben un mejor rostro que en los dos años anteriores. Una dimensión a la que también se sumará el acuerdo suscrito entre Codelco y SQM para explotar el litio.
Mejor actividad
Luego de una expansión de sólo 0,2% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2023, en un año que estuvo marcado por seis caídas del Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec), en el primer trimestre de 2024 el ritmo de crecimiento subió 2,3% anual, su mejor resultado en casi dos años.
Además, las proyecciones del mercado apuntan a que el crecimiento de 2024 será el mejor de la administración Boric hasta el momento -la mayoría se ubica entre 2,5% y 3%-, superando el 2,1% que se observó en 2022 de la mano de altos Imacec en los primeros meses de dicho año (7,6% en enero, 5,5% en febrero, y 5,9% en marzo).
El día del discurso de 2022, la actividad económica anotaba un alza de 5,3% en 12 meses. Hoy, el mercado espera que el Imacec de abril -que se conocerá este lunes- crezca sobre 3%.
Por el lado del consumo de hogares, luego de anotar descensos en todos los trimestre de 2023, el primero del presente ejercicio mostró un repunte leve de 0,6%. Ello se condice con unas ventas minoristas diarias que suman tres meses consecutivos con incrementos, luego de estar todo el año pasado en rojo; y una actividad del comercio que anotó en abril su mejor resultado desde inicios de 2022.
En el caso de la industria, el Índice de Producción Industrial (IPI) solo ha sabido de alzas estos meses, de la mano de una minería que anotó su mejor resultado en cuatro años en febrero.
Pero lo claro, es que la recuperación no es homogénea. El sector que aún parece al debe es la construcción. En el último análisis de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) se prevé una contracción de 1,3% para la inversión del rubro. Esto en un año en que el Banco Central proyecta que la formación bruta de capital fijo caiga un 2%.
Precisamente, toda la preocupación del sector empresarial hoy está puesta en que la inversión sigue de capa caída. En enero-marzo reciente descendió 6,1%, doce meses antes había subido 3,8%.
Algo de esta inquietud también persiste sobre el comportamiento del mercado laboral, que aún no termina de recuperar el estado prepandemia. Y si bien la tasa de desocupación bajó de 8,7% a 8,5% entre el trimestre móvil febrero-abril de hace un año y ahora gracias a una mayor creación de trabajos -más de 330 mil-, gran parte tuvo un perfil informal, o sea, más precario.
Cobre más alto
En el terreno cambiario, el 1 de junio de 2022 el dólar en Chile se ubicaba en $ 846, pero este valor sería solo el comienzo de un rally alcista hasta alcanzar un máximo de $ 1.051 el 14 de julio.
Pero hacia junio de 2023, el tipo de cambio bordeaba los $ 800.
En ambos casos, la divisa estaba por debajo de los $ 900.
Pero la duda es si esto persistirá y cuánto, porque en algunos días ha cedido desde ese nivel ante un inesperado incremento en el precio del cobre. El metal rojo ha subido este año, alcanzando un precio promedio de US$ 4,07 la libra en lo que va del año, según la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco).
A su vez, de la mano de una mayor demanda de China y problemas de oferta en otros países productores, hace unas semanas el precio del metal superó los US$ 5 la libra por primera vez desde marzo de 2022 en el mercado de futuros de Nueva York.
En Cochilco elevaron su proyección para el valor promedio del commodity para 2024 de US$ 3,85 a US$ 4,3 la libra y desde US$ 3,9 a US$ 4,25 la libra para 2025.
A modo de contexto, en 2022 el precio promedio de la libra de cobre fue de US$ 3,99 y de unos US$ 3,84 en 2023.
La producción del commodity, además, se espera que se acerque a los 6 millones de toneladas en 2025, según la ministra de Minería, Aurora Williams.
Menor inflación
Otra buena noticia para el Gobierno es la moderación que ha exhibido la evolución de los precios internos. Boric llegó a su primer discurso ante el Congreso con una inflación que se ubicaba en 10,5% y que sólo era el anticipo de un peak de 14,1% en agosto de 2022.
Hoy lo acompaña un alza de 3,5%, es decir, un nivel ya cercano a la meta delineada por el Banco Central.
Pero esto ha sido un proceso doloroso, pues el ente emisor debió subir fuerte la Tasa de Política Monetaria (TPM).
En el discurso de 2022, el tipo rector se ubicaba en 8,25%, y seguiría subiendo hasta un máximo de 11,25% en la reunión de octubre de ese año, valor en el que se mantendría hasta 2023.
Actualmente, la tasa clave protagoniza una senda de bajas -de la mano de una menor inflación-, por lo cual el Consejo del banco ya la ha recortado en 525 puntos base para situarla en 6%. Y la entidad ha señalado que la TPM seguirá reduciéndose, lo cual se espera tenga un efecto positivo en el consumo, y dé aire a una economía que, según las proyecciones de Hacienda, debiese crecer un 2,7%.
Arcas fiscales: el reto de mantener todo bajo orden
Como en todo Gobierno, las arcas fiscales siempre son un frente de tensión. Los recursos son escasos frente a las numerosas necesidades. En el caso de la administración Boric, el desafío fue aún más evidente desde el inicio, dado el desajuste que provocó la pandemia, en cuyo marco hubo que aumentar el gasto y hacer uso de los ahorros.
Por lo mismo, desde el 11 de marzo de 2022 el plan fue contar con alguna fuente adicional de ingresos vía reforma tributaria -hoy pacto fiscal- para financiar nuevos proyectos, lo que aún no se ha logrado.
Pese a que esto no se ha materializado, el Presidente Boric se ha alineado con el objetivo de responsabilidad fiscal promovido desde el Ministerio de Hacienda y la Dirección de Presupuestos. Esto implicó normalizar la trayectoria del gasto público, que bajó más de 23% en 2022 para terminar en ese período con superávits efectivos y estructurales en las arcas públicas.
En 2023 el crecimiento del gasto fue de 1,1% real, pero el balance -en medio de una caída de ingresos- pasó a rojo. El déficit efectivo fue de 2,4% del Producto Interno Bruto (PIB) y el estructural de 2,7%.
Este deterioro mantiene alerta a la Dipres, pues el compromiso para este año es de un déficit efectivo de 1,9% del PIB y estructural de 2,2%, respectivamente, en un escenario en que el gasto público subiría 3,5%.
El ejercicio partió con el pie en el acelerador, según la ejecución presupuestaria para el primer trimestre.
Entre enero y marzo, los gastos totales del sector público se expandieron 7,7% respecto al mismo lapso del año anterior, una aceleración si se compara con la tasa de variación de 5,4% de 2023.
En medio de una caída de los ingresos del Gobierno Central de 10%, el déficit fiscal efectivo llegó a 0,8% del PIB.
Otro frente de preocupación de las autoridades es ponerle coto a la deuda pública, que ha aumentado en los últimos años.
Para el cierre del ejercicio presupuestario 2024 el stock de deuda bruta del Gobierno Central sería de 40,6% del PIB, inferior al 41,2% estimado en el Informe de Finanzas Públicas (IFP) publicado en febrero.