No eres tú, soy yo
- T+
- T-
El video de 45 segundos está grabado desde las graderías de un gimnasio en San Antonio. Un ejecutivo con un marcado acento extranjero les anuncia a sus colaboradores que pese a que "buscaron todas las alternativas para que no pasara" y a pesar del "trabajo calificado de todos" "no hay clientes suficientes para hacer sostenible esta fábrica" y la decisión es por lo tanto, "definitiva e irreversible". Se escuchan murmullos de los asistentes y se corta la grabación.
El que habla es el gerente de Maersk explicando a los trabajadores que se cierra una de las fábricas de contenedores más grandes de la región y que quedarán más de 1.200 personas sin trabajo.
A los pocos minutos un senador por la región twitea que es "inexplicable actitud de la empresa". Bernardo Larraín le responde por la misma red social: "Como usted, senador solidarizo con los desvinculados pero más que reprochar a la empresa no le parece mejor preguntarse por qué después de solamente 6 años y de haber invertido US$200 mm Maersk cierra la fábrica ¿Por qué dejamos de ser competitivos para ellos?". Buen punto el del presidente de la Sofofa.
Quizás la mejor manera de empatizar con el dolor de las familias afectadas tiene que ver con no buscar culpas en las decisiones de negocios sino buscar qué cosas como país podemos hacer para asegurarnos que esas personas puedan conseguir nuevos trabajos. Mario Marcel, presidente del Banco Central, está semanas tras entregar el IPOM ligó con mucha claridad el futuro crecimiento a que se realicen reformas estructurales que potencien la productividad.
Partimos tras sus declaraciones a levantar qué temas son prioritarios y el consenso es bastante generalizado: modernización del Estado, mercado laboral más flexible para adaptarnos a la automatización y mejoras en el capital humano, entre otras. Una agenda centrada público-privada enfocada en esos puntos y no una culpabilización de empresas que se adaptan a su entorno competitivo podría ser a la larga mucho más apoyo a los ex trabajadores de Maersk.