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Desafíos tributarios en la era de digitalización de la economía

Por: Sandra Benedetto, colaboradora Centro de Estudios Tributarios U. de Chile | Publicado: Jueves 25 de octubre de 2018 a las 04:00 hrs.
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Sandra Benedetto, colaboradora Centro de Estudios Tributarios U. de Chile

Como ya hemos puntualizado previamente, la incorporación de un impuesto digital es un tema complejo, porque no sólo debe responder a nuevos modelos de negocios que están evolucionando vertiginosamente -tanto de bienes como de servicios-, sino además, plantear una solución a un problema que a nivel internacional aún sigue en discusión.

De hecho, medidas como la propuesta no están exentas de discusión en el contexto internacional. En efecto, la Comunidad Europea, los Estados Unidos y la OCDE no han logrado un consenso sobre las acciones a tomar en lo que concierne a la economía digital.

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La OCDE, a través de los diversos informes emitidos en el contexto de la iniciativa BEPS, ha insistido en que los esfuerzos actuales en relación a la economía digital debiesen estar focalizados en la implementación de dicho plan, relegando cualquier medida específica en esta materia -por ejemplo, incorporación de nuevos impuestos especiales- a una segunda etapa. Para este organismo, es en dicha instancia en que se podrían adoptar aquellas medidas internacionales que permitirían hacer frente a los desafíos de la economía digital, todo ello sobre la base del consenso de la comunidad internacional y de un mayor desarrollo doctrinario.

Lo anterior se explica porque hay consenso en que cualquier medida que se adopte supondrá modificar conceptos transversalmente aceptados en materia de tributación internacional, entre ellos, el "establecimiento permanente", "fuente de la renta", o el rol de los impuestos de retención, entre otros, requiriendo, por tanto, una discusión acabada y que cuente con el respaldo de los distintos actores involucrados.

En la discusión de un nuevo impuesto digital, no hay que perder de vista que el desarrollo digital sigue avanzando y creciendo a una velocidad sin precedentes, por lo que cualquier intento de regularlo supone el desafío adicional de diseñar una norma lo suficientemente sofisticada que responda efectivamente a la nueva realidad impuesta por la digitalización y la tecnología.

Sin embargo, pareciera ser que la discusión actual se ha centrado en un modelo de negocio específico, como es el caso de las plataformas digitales, desconociendo que estamos frente a un fenómeno omnipresente y ya instalado que no responde a la denominada "economía digital", sino más bien a la "digitalización de los negocios" en general.

Por esta razón, cabe preguntarse si se ha reflexionado sobre el impacto que tendrá en los negocios en general y en la recaudación en particular, fenómenos tales como el internet de las cosas, la revolución industrial 4.0", blockchain y la inteligencia artificial, entre otros. Lo anterior -demás está decir que ya está ocurriendo-, afectará la forma de hacer negocios, por ejemplo, con la personalización e inmediatez de bienes y servicios, optimización de tiempos de entrega, reducción en los costos de producción, entre otros.

En este contexto, pensemos por un segundo, ¿cómo la tecnología blockchain afectará las certificaciones y procesos de cumplimiento tributario? ¿Cómo la inteligencia artificial permitirá determinar certeramente las bases imponibles en operaciones transfronterizas? Y, ¿cómo lo anterior redefinirá el rol de los impuestos de retención en este escenario?

Debemos entonces plantearnos cuál es la correcta medida tributaria frente a un fenómeno tan radical como la digitalización de la economía. Creemos que ello requiere una mirada que aborde los verdaderos desafíos, siendo sostenible en el tiempo. Y cuando hablamos de tiempo, ya no podemos referirnos a un futuro como lo hemos entendido siempre, sino a un futuro que al momento de hablar de él ya es parte del pasado.

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