Opinión
2011: Un año de oportunidades
Ministro de Hacienda.
Por: Equipo DF
Publicado: Viernes 31 de diciembre de 2010 a las 05:00 hrs.
Por Felipe Larraín Bascuñán
Todas las proyecciones, nacionales e internacionales, sostienen que Chile crecerá al menos un 6% durante el 2011, absolutamente en línea con la meta de nuestro gobierno de crecer 6% promedio anual entre 2010 y 2013; crear 200.000 empleos promedio anual (2010-2014); aumentar la inversión a 28% del PIB en 2014; derrotar la indigencia en 2014, y sentar las bases para ser un país desarrollado en 2018.
El cumplimiento de estas metas no sólo depende de lo que hagamos como gobierno y lo que ocurra en la economía internacional. Requiere también de la confianza, esfuerzo y compromiso de todos los sectores del país con cambios que nos permitan dar el salto hacia el desarrollo y sobre los cuales hay consensos transversales. Hay miradas comunes sobre muchos problemas que nos hacen estar optimistas respecto de nuestras metas de inversión, creación de empleo y productividad. Para recuperar la inversión, ya han sido aprobadas e implementadas una serie de iniciativas como la Ley de Financiamiento de la Reconstrucción, que contempla un incentivo tributario a la reinversión de utilidades de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) y la reducción del impuesto de timbres y estampillas de 1,2% a 0,6%. Asimismo, la colocación de dos bonos soberanos de deuda, en dólares y en pesos durante 2010, por un total de US$ 1.520 millones, permitió obtener tasas de interés históricamente bajas. Ello contribuye a que las empresas chilenas puedan acceder a financiamiento más barato para el desarrollo de sus proyectos de inversión.
El segundo pilar lo constituyen una serie de medidas pro empleo. Destacamos, entre otras iniciativas: el plan de teletrabajo, que facilitará la incorporación al mercado laboral de personas que requieren horarios más flexibles; el bono pro empleo, que incentiva la intermediación laboral; el marcado énfasis en capacitación laboral, con 5 millones de acciones de capacitación durante el actual gobierno, y la creación de la Comisión Asesora Laboral y de Salario Mínimo.
Para incrementar la productividad de nuestra economía trabajamos en la Agenda Mercado de Capitales Bicentenario (MKB), que contiene un programa de reformas para los próximos cuatro años; en la modernización del Estado a través de reformas a la Alta Dirección Pública y otras iniciativas para potenciar los recursos humanos de la administración pública; mejoras a los gobiernos corporativos de las empresas públicas y, en general, a la gestión del Estado.
A lo anterior se añade el Sistema Integrado de Comercio Exterior (SICEX), que permitirá crear una ventanilla única para las operaciones de comercio exterior, y la ampliación del incentivo tributario a la investigación y desarrollo para la inversión que ocurre fuera de las empresas.
El año que dejamos atrás
Grandes contrastes para Chile fue la tónica del año que termina. Doce días antes que asumiera el gobierno del presidente Piñera vivimos el quinto terremoto más intenso del que se tenga registro en el mundo, seguido de un maremoto que cambió el borde costero de la zona centro-sur del país. Debimos soportar la dolorosa pérdida de más de quinientas vidas, cientos de miles de damnificados y pérdidas materiales cercanas a los US$ 30.000 millones. Cinco meses más tarde, un derrumbe sepultó a 33 mineros en la zona norte. La angustia y la incertidumbre del primer momento dieron paso a la firme decisión de seguir buscándolos sin escatimar esfuerzos. Casi al finalizar el año, un incendio de grandes proporciones terminó con la vida de 81 reclusos de la cárcel de San Miguel. Una tragedia que nos obliga a acelerar las decisiones y medidas para enfrentar esta realidad. Todos estos hechos dejan en evidencia la capacidad de los chilenos para salir adelante y superarse. El terremoto y sus consecuencias paralizaron gran parte de nuestro aparato productivo y agravaron el escenario económico que recibió este gobierno, y así la actividad cayó 2,3% en el tercer mes del año. Pero desde entonces la economía chilena atraviesa por un verdadero círculo virtuoso, con altas tasas de crecimiento, que incluso en algunos meses han sobrepasado el 7%; una elevada generación de nuevos empleos (más de 385.000 en los primeros ocho meses del gobierno del presidente Sebastián Piñera), y una inflación contenida cerca de la meta del Banco Central.
Estos avances son fruto de la convicción de que es posible avanzar, superar las trabas y cuellos de botella, y tomar decisiones necesarias que pueden no ser siempre comprendidas.
Pero las decididas políticas que hemos impulsado a favor del crecimiento, el empleo y la competitividad de nuestra economía provocaron un marcado vuelco en las expectativas de personas y empresas, con un efecto inmediato en el consumo de bienes durables, por una parte, y un sólido y sostenido aumento en la tasa de inversión, por otra. Esto hace que miremos 2011 tan expectantes como optimistas.