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De la semilla a la mesa: la compra de Monsanto transformará el negocio agrícola

Bayer-Monsanto será una tienda de una sola parada que ofrece semillas, productos para fumigar y consejos para agricultores alrededor del mundo.

Por: Guy Chazan, Financial Times | Publicado: Martes 20 de septiembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Escuchando al director ejecutivo de Monsanto, Hugh Grant, la alianza de su empresa con Bayer es una unión hecha en el cielo.

Monsanto, dice, produce semillas y Bayer produce químicos para la protección de cultivos. “Cuando se juntan ambas plataformas, se desbloquean nuevos productos y se desbloquea la innovación a una escala totalmente diferente”, asegura.

La lógica industrial que condujo a la propuesta de Bayer para adquirir Monsanto, la mayor compra internacional jamás hecha por una compañía alemana, es simple. Una combinada Bayer-Monsanto será una tienda de una sola parada que ofrece semillas, productos para fumigar y consejos para los agricultores alrededor del mundo. Al mejorar el rendimiento agrícola, la empresa ampliada ayudará a resolver lo que llama uno de “los mayores retos” que enfrenta la humanidad: cómo alimentar a una población mundial que se espera crezca en 3 mil millones para 2050.

“Lo fantástico de esta combinación es que no se trata de los costos y de recortar significativa superposición”, dijo el director ejecutivo de Bayer, Werner Baumann. “Todo se trata del crecimiento y la innovación de dos organizaciones que son altamente complementarias (en términos de) portafolios de productos y cobertura regional”.

La lógica de una tienda de una sola parada no es solo la fuerza conductora detrás de la oferta de Bayer por la estadounidense Monsanto; también es una característica de otras dos operaciones de gran éxito que se espera que transformen la industria agrícola. Entre ellas el plan de Dow Chemical de comprar DuPont, que ha sido calificada como una fusión entre iguales, y la propuesta de ChemChina de adquirir la suiza Syngenta.

De acuerdo a Christian Faitz, analista de Kepler Cheuvreux, la motivación para todas estas compañías reside en la capacidad de vender semillas y químicos en un mismo paquete.

“Como una compañía integrada, se pueden dar instrucciones al encargado de los químicos que trabaje con su similar del área de semillas, por ejemplo, del maíz”, dijo. “Eso da la oportunidad como empresa de venderle a los agricultores las semillas junto con una mezcla de agroquímicos de sintonía fina. Y de prometerle que si utiliza ambos productos juntos va a tener un mayor rendimiento. Y para eso, se puede pedir un valor mayor”.

Millonaria recompensa

La recompensa potencial es inmensa: Bayer dice que el mercado mundial de los insumos agrícolas tendrá un valor de 120.000 millones de euros (US$ 135 mil millones) para 2025. Bayer-Monsanto comandará una gran parte de ello: sus ventas combinadas en el área de la agricultura fueron de 23.100 millones de euros el año pasado, comparado con los 14.800 millones de euros de la unión ChemChina-Syngenta, los 14.600 millones de euros de Dow-Dupont, y los 5.800 millones de BASF.

Este dominio del mercado puede ser bueno para Bayer y sus accionistas, pero aún no está claro si los agricultores o los consumidores se van a beneficiar. El acuerdo con Monsanto seguramente será seguido muy de cerca por políticos y reguladores de ambos lados del Atlántico, en medio de las preocupaciones de que los grandes jugadores en el mercado agroindustrial tendrán el poder para aumentar los precios a los agricultores y potencialmente suban los costos de los alimentos para los consumidores.

“Los riesgos regulatorios (para el acuerdo de Bayer y Monsanto) no son insignificantes”, dijo Peter Verdult, analista de Citi. “Estamos viendo rápidos procesos de consolidación en toda la industria y hay una obligación de vigilar si el suministro de alimentos en el mundo pasa a manos de unos pocos”.

Hasta el momento, los mensajes por parte de los reguladores han sido mixtos. El mes pasado, ChemChina despejó un gran obstáculo en su búsqueda por comprar Syngenta cuando el Comité de Inversiones Extranjeras, un panel gubernamental de EEUU que puede bloquear los acuerdos, aprobó la transacción.

Pero en Europa, las autoridades están tomando un enfoque más duro. El mes pasado, la comisionada de Competencia de la Unión Europea, Margrethe Vestager, abrió una investigación por la alianza Dow-DuPont, rechazando una propuesta que incluía un conjunto de concesiones para acelerar el pacto. Investigaciones similares podrían realizarse por el acuerdo de ChemChina-Syngenta o por la propuesta aceptada por Monsanto de Bayer.

En tanto, en EEUU, el director del comité judicial del Senado, Charles Grassley, programó una audiencia para esta semana sobre la consolidación en el sector agroindustrial, debido a las preocupaciones por las implicancias para los agricultores. En una carta a la división antimonopolio del Departamento de Justicia de EEUU el mes pasado, dijo que los acuerdos podrían tener “mayor impacto adverso sobre la competencia en la industria y elevar las barreras para el ingreso de compañías más pequeñas al alterar la estructura de la industria para semillas y químicos”.

¿Quién gana en verdad?

Otros han cuestionado la afirmación de Bayer de que la integración beneficiará a los agricultores. “El tamaño en sí mismo... no es una receta para el éxito”, dijo el jefe de protección a los cultivos de BASF, Markus Heldt. “Los agricultores quieren la libertad para escoger, quieren tener opciones y alternativas…no quieren ser dependientes de tres o cuatro (proveedores) a una escala global”.

A pesar de las declaraciones de Baumann y Grant de que hay pocas superposiciones entre sus empresas, Bayer y Monsanto tienen productos similares que podrían encender las alarmas con los reguladores. Por ejemplo, Monsanto produce un herbicida llamado glifosato, que se vende bajo el nombre Roundup, al igual que semillas que han sido modificadas genéticamente para ser resistentes al glifosato, llamadas Roundup Ready. Bayer tiene una línea similar de productos, llamada Liberty Link.

Las dos franquicias usualmente se usan en conjunto con las otras: algunas malezas se han vuelto resistentes a Roundup con los años, así que los granjeros la complementan con Liberty Link. Faitz, por ello, cree que Bayer tendrá que vender Liberty Link para que el acuerdo con Monsanto sea aprobado por los reguladores. La transacción también crearía el mayor proveedor de semillas de algodón en EEUU, responsable por casi 70% de las cosechas, según la consultora Verdant Partners. Faitz cree que Bayer tendrá que vender esa parte del negocio también.

Baumann reconoce que Bayer tendría que llegar a acuerdo con autoridades en 30 jurisdicciones diferentes, las principales en EEUU, Canadá, Brasil y la Unión Europea. Sin embargo, expresa confianza en que el acuerdo se concrete a fines de 2017.

En tanto, Grant subraya lo que ve como la belleza del acuerdo: la complementariedad de las empresas.

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