La firma avícola Pablo Massoud y Cía. Ltda. parecía haber dado vuelta la página con sus acreedores luego de que a finales de enero de este año aprobaron la reorganización de la compañía y un plan de pagos mensuales, evitando la quiebra de la firma. Tres meses después, el frenazo de la economía nacional obliga a los acreedores a volver a sentarse a evaluar sus opciones.
Fuentes conocedoras del proceso indican que la semana pasada la empresa contrató al asesor financiero que se había exigido en el acuerdo de reorganización de enero, siendo Carlos Schulze la persona elegida dentro de una terna y quien ya entregó un adelanto del informe al comité de acreedores. El contenido punta un panorama lúgubre para Massoud.
"Se ve muy difícil cumplir ese acuerdo", dice una fuente conocedora del asunto, agregando que si bien la empresa ya había expresado problemas para pagar una cuota, ahora, los acreedores deben evaluar una "modificación sustancial del acuerdo".
El trato de enero definió que el 30% de las obligaciones de la compañía ligada a la industria avícola se pagarían en cuotas mensuales por 60 meses, mientras que el 70% restante se pagaría en el mes número 61. La primera mensualidad se cumplió, pero la segunda se postergó.
"Lo que quieren es flexibilizar un poco más el plan de pagos que se tenía hoy día, o hacerlo más liviano", explica el gerente general de uno de los acreedores de la compañía, Tempus Asset Management, Claudio Díaz.
Se determinó que el pago de la segunda cuota se postergaría hasta que se emitiera el informe del asesor, el que luego sería revisado por el comité de acreedores. Ahora, con el adelanto del informe en mano, la comitiva se reunirá este lunes a discutir los pasos a seguir, que podría ser un cambio del acuerdo y del plan de pagos o, si no ven como viable la operación, ir por la quiebra.
Complejo escenario
La situación de la compañía, que ya venía complicada, se agravó recientemente por el cierre parcial que ha experimentado la economía nacional, en medio de las medidas de distanciamiento social con las que se intenta contener la propagación del Covid-19.
El efecto de las limitaciones del transporte ha impactado a la compañía. "Al frenarse las exportaciones por el tema del transporte de los grandes productores de pollo, el remanente lo tienen que vender en el mercado local", explica Díaz, donde la competencia es fuerte.
Fuentes cercanas al tema indican que la firma se encuentra en una situación de estrechez de caja, en un contexto en que deben comprar insumos al contado y reciben pagos con atraso.
Entre los acreedores de la firma cuentan bancos, fondos de inversión y tenedores de facturas, mercado en el cual se encendieron las alarmas luego de que la firma de Pablo Massoud cayera en cese de pagos en agosto del año pasado.
El empresario es propietario del Fundo Santa Rosa en Melipilla, especializado en la producción y comercialización de pollos broiler.