Solo cuatro de cada diez trabajadores cotiza para su pensión en América Latina
De acuerdo a un estudio de la Federación Internacional de AFP, en la OCDE la cifra promedia el 72%. En Chile el 51% de los afiliados ahorra constantemente para su pensión.
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Un estudio de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP) concluyó que en América Latina y el Caribe los cotizantes de los sistemas de seguridad social contributivos obligatorios (incluyendo a los sistemas de capitalización como a los de reparto) corresponden al 44% de la Población Económicamente Activa (PEA).
Lo anterior, implica que solo cuatro de cada diez trabajadores cotizan en algún sistema previsional, “fenómeno que está directamente relacionado con el grado de desarrollo económico y con la informalidad de los mercados del trabajo en la región”, señaló FIAP.
La cobertura cambia según el nivel de ingresos. En los dos quintiles de menores salarios, entre 1 a 2 personas cotizan por cada 10 trabajadores, mientras que en los dos quintiles de mayores recursos llega entre 5 y 6 por cada 10 personas.
En el caso de Chile, el número de cotizantes está levemente por sobre el promedio de la región. De un universo de 11,6 millones de afiliados al sistema previsional, 5,9 millones de personas cotizan, es decir, el 51% ahorra permanentemente para financiar su pensión.
En los países de la OCDE, la cifra bordea el 72%, de acuerdo a FIAP.
En Chile, de un universo de 11,6 millones de afiliados al sistema previsional, 5,9 millones de personas cotizan en forma permanente para su pensión.
Pensión complementaria
El bajo número de aportantes al sistema previsional en Latinoamérica tiene como consecuencia que solo el 40% de los adultos mayores de 65 años recibe una pensión contributiva, es decir, una jubilación fruto de su ahorro.
En ello, influyen factores como la alta informalidad y que “los sistemas de pensiones fueron concebidos para apoyarse en un mercado laboral asalariado formal”, explicó FIAP.
En el caso de las pensiones no contributivas, financiadas en su mayoría por los estados, se mejora la cobertura a 59%, pero aun así el 41% de adultos mayores continúa sin recibir ningún tipo ingreso.
Desde el año 2000 los programas de pensiones no contributivas han ganado terreno como un mecanismo compensatorio ante la insuficiencia de los montos promedio de las pensiones que entregan los sistemas contributivos. Sin embargo, su implementación tiene desafíos de diseño y de sostenibilidad, según FIAP.
Alcanzar los niveles de la OCDE, “implicaría casi duplicar el monto promedio de las pensiones, aliviando las presiones fiscales asociadas a la ampliación de programas no contributivos”, precisaron.
Un 41% de adultos mayores no recibe ningún tipo de ingreso en la vejez en Latinoamérica.
Reforma y cotización
En línea con la tendencia internacional, la reforma de pensiones del Gobierno propone la creación de un esquema complementario, que mezcla un mayor aporte para las pensiones actuales con cargo al empleador (6% de ahorro adicional) y las futuras a través de un seguro incremento de la pensión no contributiva conocida como Pensión Garantizada Universal (PGU).
Esta combinación ha generado dudas respecto a la eventual generación de desincentivos a la cotización, especialmente en los segmentos de menores ingresos, lo que podría elevar la informalidad y alterar la proporción de cotizantes en el sistema.
La FIAP cuestiona el aumento “discrecional” de la cotización hacia “un fondo colectivo de reparto nocional”, que no se considere un mecanismo de ajuste automático futuro en la tasa de cotización de las cuentas individuales conforme a la mayor expectativa de vida.
“Es muy probable que el aumento propuesto de la tasa de cotización de cargo del empleador sólo logre un aumento parcial de las pensiones, dado que una parte significativa tendría como efecto la compensación del daño previsional ocasionado por los retiros de fondos acaecidos durante la pandemia”, afirmó.