Las diferencias y similitudes entre la PGU y pensiones básicas en los países del “Top 10”
Entre los sistemas previsionales que ocupan las primeras posiciones del ranking Mercer, la mayoría ajusta sus montos por IPC o según salarios.
Por: María Paz Infante / Gráfico: Ignacio Flores P. | Publicado: Lunes 2 de diciembre de 2024 a las 04:00 hrs.
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Foto: Rodolfo Jara
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El impacto de la Pensión Garantizada Universal (PGU) ha sido transversalmente reconocido, pues ha permitido elevar en más de 100% las tasas de reemplazo de los quintiles de menores ingresos.
A poco menos de tres años de su creación, la PGU fue uno de los factores que llevó a Chile a posicionarse en el “Top 10” de los sistemas de pensiones del mundo, según el último Índice Global de Pensiones elaborado por Mercer y CFA Society.
Con un puntaje de 74,9, Chile se ubicó en la novena posición entre un total de 48 países.
El incremento en el indicador de “adecuación” -que es el que más pesa dentro del ranking y que corresponde a la arquitectura del sistema y su composición- se elevó desde 60 puntos a 71,2, explicado por el aporte de la PGU, el que ha sido destacado por la OCDE.
Gasto público y reajuste
¿Cómo funcionan los sistemas solidarios en los países mejor evaluados? Chile es uno de los de menor gasto público, con 3,9% del PIB al año 2050, según Mercer. Mientras que Finlandia y Noruega son los de mayor desembolso, con 12,7%.
Para el líder de Wealth de Mercer Chile, Joaquín Ramirez, “la PGU ha sido un avance importantísimo hacia la protección de pensionados y logró fortalecer el llamado Pilar Solidario”.
El experto explicó que la diferencia en el nivel de gasto, “tiene relación con las prioridades de cada país, y porque los modelos tienen un sustento mayor en gasto público que en la contribución individual. Lo importante es tener un modelo que permita mantener estos niveles de gastos de manera sostenible, pues si no, tiene un efecto contrario en cómo se evalúan los sistemas”.
En cuanto a la fórmula de ajuste a la pensión básica, algunos países lo realizan por el IPC, como Chile, donde en febrero de 2025 se elevará por sobre los $ 214.296 actuales. Mientras, otras naciones, como Países Bajos, lo hacen de acuerdo con el salario mínimo.
Ramírez aseguró que una de las mejoras que podría hacer Chile es “poder mantener el monto de la PGU asociado a algún parámetro, como por ejemplo, la línea de la pobreza o un porcentaje del sueldo mínimo”, aunque anticipó que “también tiene sus riesgos, pues el costo fiscal se puede desviar y arriesgar la sostenibilidad del modelo si no se mantienen ciertos lineamientos en el monto de la PGU”.
Añadió que lo que se observa en los países que lideran el ranking es que “toda mejora en el componente solidario requiere mayor gasto fiscal, por lo que lo que se está reforzando es el pilar individual para que el financiamiento de las pensiones sea sostenible y le quite presión al gasto fiscal”.