A menudo se les menciona como el grupo al que se busca incorporar al sistema de seguridad social, debido a que tienen limitado acceso a la salud, protección de accidentes, cesantía y pensiones.
Los denominados “trabajadores informales” son un universo de personas al que cuesta identificar y seguir no solo porque no cotizan en el sistema de pensiones, sino porque también, en su mayoría no tributan ante el Servicio de Impuestos Internos (SII).
En el marco de la reforma previsional, el Gobierno los ha mencionado como eventuales beneficiarios del nuevo pilar colectivo solidario debido a sus bajos ingresos y pensiones. También, los ha identificado como contribuyentes necesarios de captar.
El director del Observatorio del Contexto Económico de la UDP, Juan Bravo, realizó un estudio a los trabajadores que cotizan y los que no lo hacen, en el universo de ocupados, que alcanza a 8,2 millones de personas. Lo anterior, con la base de los resultados de la Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI) del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Entre las conclusiones obtenidas por Bravo se destaca que, 2,3 millones no cotiza para su pensión (29%), encontrándose en este grupo a los trabajadores independientes -que incluyen personas que ejercen labores como “empleadores”, “cuenta propia” y “familiar no remunerado”- categorizados como informales previsionales, al no registrar aportes a su ahorro para vejez.
Entre los hallazgos, resalta que el 89,6% de los trabajadores por “cuenta propia” no cotiza, y tampoco lo hace el 54,8% de quienes ejercen como “empleadores”. Al desglosar por niveles de ingresos se evidencia que, si bien en los tramos hasta $ 400 mil el porcentaje de no cotizantes es superior a 90%, también es importante en las personas con ingresos de entre $ 400 mil y $ 800 mil, donde llega a superar el 80%, y entre quienes registran ingresos por hasta $ 1 millón, donde el 69% no ahorra para su vejez.
De esta manera, el comportamiento de ahorro para pensión en el segmento de "cuenta propia" se desmarca de la tendencia del total de ocupados, donde a mayor ingreso menor es el número de no cotizantes, siendo 83% en el tramo de ocupados, con ingresos hasta $ 200 mil; de 14% en personas con ingresos de entre $ 600 mil y $ 800 mil y, 9% entre quienes ganan entre $ 800 mil y $ 1 millón.
La mayoría de estas personas, además, ejerce su actividad económica sin registro ante el SII, siendo catalogados como informales en términos tributarios, dificultando por esa vía el cobro de cotizaciones para su vejez.
"Esto explica que las tasas de cotización para vejez sean tan bajas en el segmento de trabajadores independientes y, en particular, entre los trabajadores por cuenta propia, que son el de mayor ponderación dentro de los ocupados independientes", explicó Bravo.
Junto al grupo de trabajadores con empleos en jornada parcial -donde los que no cotizan llegan al 69% en mujeres y 75% en hombres-, constituyen los grupos en donde se concentran los mayores porcentajes de personas que no ahorran para su jubilación.
Bravo atribuyó la alta tasa de no cotizantes a las pocas oportunidades de obtener empleos asalariados bajo esta modalidad. Esta realidad, dijo el experto, choca con la meta de lograr una inserción laboral de mejor calidad para muchas personas que no pueden o no quieren trabajar una jornada completa, pero que sí estarían dispuestas a participar en el mercado laboral bajo un formato parcial.
Agregó, que "la inserción de quienes buscan trabajar bajo esta modalidad tiende a ocurrir en empleos por cuenta propia, los cuales tienen una altísima tasa de informalidad laboral y, en la mayoría de ellos, no hay obligación de cotizar para vejez".
Nuevos focos
Pese a que el foco de no cotizantes está en los por cuenta propia y los trabajadores de jornada parcial, actualmente, la única norma de incorporación de los trabajadores independientes al sistema se enfoca en quienes emiten boletas de honorarios, que representan solo el 10,3% del total de esta categoría.
En la última operación renta, al alero de la ley que los obliga a cotizar desde 2018, sólo 533 mil trabajadores a honorarios cotizaron en el sistema de pensiones y otras coberturas de seguridad social, pero el 9,2% lo hizo por el total de sus ingresos, mientras que el 90,8% cotizó por el 35% de sus ingresos como independiente, recibiendo cobertura sobre ese monto.
Según Bravo el diseño de regulaciones laborales “debe evitar encarecer el trabajo de jornada parcial relativo al de jornada completa”, como ocurre, por ejemplo, con la norma de sala cuna, que encarece relativamente más la contratación de mujeres en jornada parcial, frente a mujeres que trabajan a tiempo completo, detalló.
Dado las múltiples causas estructurales que explican la informalidad, el académico cree que debe ser abordada desde un abanico amplio de políticas públicas, que incluyan la fiscalización, con foco en reducir el empleo asalariado que se realiza de manera informal, que de acuerdo a la ENE de abril-junio pasado, registró 769 mil trabajadores que ejercen labores bajo subordinación, pero sin cotizaciones de vejez o de salud.
También, dijo que es importante aumentar el vínculo entre la entrega de beneficios y ayudas sociales, y la cotización, sobre todos en los segmentos de menor ingreso. Y, por último, mejorar los mecanismos de información e intermediación laboral.
No cotizantes en otras categorías
Siguiendo la categorización general de ocupados, el estudio de la UDP también concluyó que el 53% de quienes ejercen servicio doméstico puertas afuera tampoco ahorra para pensión, mientras que de las personas que trabajan “puertas adentro”, solo el 16,4% no cotiza. Otras segmentaciones son:
Educación: la tasa de ocupados no cotizantes es de 51,4% entre quienes tienen nivel educativo menor a secundaria completa, mientras que, entre los ocupados con educación superior completa, solo el 14,8% no cotiza.
Inmigrantes: el porcentaje de ocupados que no cotiza es similar entre chilenos e inmigrantes, pero existe alta heterogeneidad, dependiendo de la región en la que habitan. "Entre los inmigrantes que viven en las regiones del norte la tasa de ocupados no cotizantes es significativamente mayor que entre quienes viven en la Región Metropolitana y otras regiones de la zona central del país”, dijo Bravo.
Lugar de trabajo: la tasa de ocupados que no cotiza entre quienes realizan sus laborales principalmente en la vía pública es de 61%, y entre quienes lo hacen desde su propio hogar llega a 52,5%.
Actividad: en el comercio, el 43,1% de los trabajadores no cotiza, siendo similar la situación en el sector agropecuario-silvícola-pesquera y en la construcción. Pero en ramas como la administración pública y enseñanza, las cifras son considerablemente más bajas respecto al promedio nacional (4,4% y 6,8% respectivamente).
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