Caso Primus: las declaraciones y respuestas de los exejecutivos del factoring al Ministerio Público
Con dos días de diferencia, ambos imputados por las indagatorias de la Fiscalía, descartaron su participación en el “esquema defraudatorio” que acusa la firma de Raimundo Valenzuela.
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Con dos días de diferencia, a través de minutas y respondiendo preguntas del Ministerio Público, los exejecutivos de Primus Capital, Francisco Coeymans e Ignacio Amenábar, prestaron declaraciones en el marco de la investigación penal por el fraude denunciado por el factoring de Raimundo Valenzuela.
En ambos textos -a los que tuvo acceso DF- los imputados por las indagatorias que lleva adelante la Fiscalía descartaron su participación en el “esquema defraudatorio”. Ambos pidieron la reserva de sus respectivas diligencias, pero esta venció a comienzos de esta semana.
Coeymans –exgerente general- fue el primero en acudir a la Fiscalía Local de Las Condes el pasado 18 de diciembre acompañado de sus abogados del estudio Acosta & Cía. Su declaración quedó plasmada en un documento de 62 páginas.
Un día después, el 19 de diciembre, fue el turno de Amenábar, quien atestiguó a través de un escrito de 29 páginas entre su declaración y las preguntas del Ministerio Público. En este caso, también estuvo acompañado de un abogado de Acosta & Cía., además del jurista de Chaves Abogados, Sebastián Soto.
“Yo no participé en ese mecanismo defraudatorio de los cheques falsos como hoy se me acusa, y por lo que tengo entendido Francisco, según lo que me dijo, él tampoco lo ideó”, declaró Amenábar.
Por su parte, Coeymans apuntó en la misma línea: “Jamás he participado en la creación, ni he liderado ni formado parte de ninguna organización criminal que tuviera por propósitos defraudar a Primus ni enriquecerme personalmente”.
Coeymans a Fiscalía
En las preguntas, Coeymans reconoció operaciones con empresas creadas en un día. “Todos estábamos conscientes de que se operaba con ese tipo de empresas, eso lo sabían Guerrero, Valenzuela, Moore y Cárdenas”, añadió.
En tanto, sobre cómo llegaban los cheques falsos, replicó que fue “a través de los clientes de Marcelo Rivadeneira, desconozco dónde se imprimieron”, pero reveló que “por medio de las ejecutivas se ingresaban a Primus estos documentos”.
También indicó ante el Ministerio Público que efectivamente hubo operaciones con facturas ideológicamente falsas, documentos que “vienen de clientes de Marcelo Rivadeneira, de Andrés Otero, Pablo Jorquera y otros”.
En cuanto a sus facultades de prórroga de documentos, Coeymans reconoció que podía hacerlo “libremente” hasta antes de agosto de 2022, mientras que Amenábar también lo podía “hacer solo”, pero con tope. “Cuando excedía ese monto lo hacía conmigo o con (el área de) Riesgo”, comentó.
“En general lo que más se prorrogaban eran los cheques”, detalló.
El ingeniero comercial admitió que accedió a los sistemas para autorizar operaciones o prórrogas después de que se implementan las restricciones para operaciones sin giro. “Usé el perfil de Eduardo Guerrero. Una ejecutiva de nombre Daniela Vargas se consiguió esa clave”, reconoció.
También se le preguntó si es que recibió dineros relacionados con las operaciones de la cartera cuestionada. “No, pero hice negocios con clientes que fueron de los cuestionados”, aseguró.
La versión de Amenábar
Por su parte, Amenábar, exdirector comercial, afirmó en su testimonio que “todos sabían cómo se renovaban operaciones con cheques con prórrogas” y cómo “se generaban nuevas operaciones para las facturas vencidas”.
Las operaciones de la cartera cuestionada, dijo, comenzaron con la llegada del exdirector médico de la Clínica Las Condes, Rodrigo Mardones, como cliente a Primus.
“Por este señor Mardones fueron llegando los clientes cuestionados actualmente, como Guzmán, Rivadeneira, etc. De alguna manera se puede decir que este cliente fue el ‘inicio’ de la llegada de los actos que hoy se cuestionan”, acusó.
En tanto, apuntó que fue Rivadeneira quien “nos llevó los clientes que finalmente resultaron ser las empresas que nos cedían los cheques falsos, los que nunca se depositaban, se cambiaban por nuevos documentos”. Añadió: “siempre se pagaba algo, al menos los intereses y capital idealmente”.
“Quiero señalar que yo no veía presencialmente ni tenía en mi escritorio u oficina los cheques; quiero enfatizar en que el cómo llegaban efectivamente (materialmente) los cheques, era incluso producto de la relación directa entre las ejecutivas y el mismo cliente, que a veces hacía la entrega a ellas o ellos”, apuntó.
Amenábar disparó sus dardos: “Lo que sí tengo claro, es que sea quien sea que haya gestado esto, toda la gerencia encargada de controlar esto (operaciones, legal, tesorería) no dijeron nada, cuando ellos sí tenían contacto directo y responsabilidad al respecto”.
En su respuesta a las preguntas que le hizo Fiscalía aseguró que “jamás suplanté a alguien en el sistema” para prorrogar operaciones.