Fitch Ratings proyecta un 2020 “desafiante” para Itaú y Bci por volatilidad del tipo de cambio
Clasificadora de riesgo proyecta que “vamos a ver un primer semestre muy débil en materia de resultados” de la banca dado el actual contexto económico.
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El inicio de la década no ha sido fácil para la banca chilena considerando la crisis social que afecta al país. El director de Instituciones Financieras para América Latina de Fitch Ratings, Abraham Martínez, señala a DF que “nuestra perspectiva para el sector bancario en Chile y para la industria financiera no bancaria es negativa en 2020”.
¿Por qué? El ejecutivo de la clasificadora de riesgo explica que durante el transcurso del año proyecta que “vamos a ver un primer semestre muy débil en materia de resultados, sobre todo porque las colocaciones van a seguir a un ritmo lento”.
Se “van a materializar deterioros de cartera en los segmentos más sensibles y eso va a ser traspasado a los resultados de la banca con un tipo de cambio que va a seguir volátil y probablemente con un peso depreciándose”, afirma Martínez.
Con este panorama, el ejecutivo apunta a que “esto afectará a las provisiones de la banca por las colocaciones que están en dólares”.
Como también a aquellos bancos que tienen participaciones en el exterior relevantes como Bci e Itaú que ante “un tipo de cambio depreciándose obviamente les pega en sus balances y resultados. Es un escenario desafiante”.
Martínez también proyecta una aumento del apetito por riesgo del sector “hacia los segmentos más expuestos a la crisis y de crecimiento orgánico para 2020, yendo hacia un uso más eficiente de capital”.
Basilea III
Hacia el horizonte, uno de los desafíos que se avecina para la banca es la adopción de los nuevos requerimientos de capital alineados a los estándares de Basilea III que quedarán definidos a fin de año y cuya aplicación comenzará en 2021.
Sobre este proceso, Martínez asegura que “hay un grupo de bancos que requiere capital, no solo para cumplir el nuevo mínimo de 10,5% sino también, para cubrir como bancos sistémicos”. Uno de ellos es BancoEstado, pero destaca que la estatal ya inyectó US$ 500 millones.
La importancia de tener un nivel mínimo de capital superior a 10,5% -como establece la ley- es relevante, según Martínez, ya que ninguna entidad “va a querer estar por debajo porque si se está cerca de este rango y por alguna razón no se generaron utilidades en el año o quedaron muy cerca de ese número, se pueden activar restricciones para el pago de dividendos dada la nueva ley”.
Por ello, estima que “es probable que entre 2020 y 2022, aquellos bancos que estén más avanzados, estén en compliance desde el día uno con Basilea III”.
Pero, “aquellos que tienen un gap más grande como BancoEstado, van a tomarse probablemente todo el tiempo. Hay otras entidades como Itaú que van a enfrentar impactos por las reducciones que tiene de intangibles en Colombia que hoy no están rebajadas en el capital regulatorio”, sostiene.
Análisis del estallido
Uno de los aspectos menos conocidos de la crisis social fue su efecto en la liquidez del sistema financiero. Según Martínez, tras el 18 de octubre “durante cuatro o cinco semanas no hubo transacciones de primera emisión de bonos bancarios y esto llevó al Banco Central a intervenir la liquidez en dólares, que fue lo que primero se pensó donde había un nivel de impacto muy negativo, y que también tuvo que entregar facilidad de liquidez en pesos y aceptar depósitos bancarios y bonos bancarios como garantías REPO”.
Hace el alcance que ésta era una herramienta de liquidez que sólo había usado en la crisis financiera global en 2008-2009. “En consecuencia, se estaba dando cuenta de que la restricción de liquidez que hubo en el mercado no fue algo despreciable”, asegura.
Añade que el mercado secundario estuvo “muy apretado” en algunas semanas con niveles de spread que no se habían visto ni siquiera desde la caída del banco Lehman Brothers. En un par de días los niveles de spread llegaron a tasas de 300 puntos. “Desde la perspectiva de liquidez, sin duda fue una de las mayores presiones que enfrentó el sistema”, sostiene.
Martínez dice que “sin duda, hubo una crisis de liquidez en el mercado y eso nadie lo puede negar. Cuando se tiene un mercado de emisión de bonos cerrado durante un mes y tiene esos niveles de intervención del Banco Central, denota que hubo un problema grave”.
Sector corporativo
De cara al plebiscito constitucional del 29 de abril, la directora senior de Corporaciones de Fitch, Rina Jarufe, considera que se enfrentan a un ambiente desafiante para las empresas ya que “será un período largo y va a tomar tiempo. En la medida que se vaya discutiendo este tema, van a haber escenarios distintos pero si continúa y se reescribe la Constitución, las empresas se van a ir adaptando a un escenario con mayor incertidumbre y actuando de acuerdo a este panorama, pero siempre manejando expectativas y su plan de inversiones”.
Al momento de evaluar cuál es el sector que enfrenta mayores retos durante el año, Jarufe estima que es el retail. “Ahora enfrentan una demanda y un crecimiento menor a lo esperado de lo que se estimaba antes de la crisis, y que además, se verá afectada con las cifras de confianza del consumidor y del empresariado en niveles históricamente bajos”.
Uno de los que sorteará la coyuntura es el sector exportador, según Jarufe por un escenario internacional más favorable tras el acuerdo entre China y Estados Unidos.