Las mil caras de Jorge Awad: el señor de los directorios
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Natalia Saavedra M.
Jorge Awad Mehech es una de las primeras generaciones de hijos de inmigrantes sirios que se asentó en el país.
Su abuelo llegó de Siria cerca del año 1890 y su tío fue diplomático, lo que le valió, entre otras cosas, vivir en el Consulado de Siria, la que junto a sus cercanos convirtieron en su residencia familiar. A quienes lo conocen Awad les dice que se siente chileno, aunque ha mostrado un importante arraigo por sus raíces.
Hoy está en la palestra porque ha surgido como el más probable hombre de consenso para suceder a Hernán Somerville en la Asociación de Bancos. Pero no es su único rol. Awad ha ocupado cargos como director de empresas estatales como Codelco, y TVN y participa de la mesa del Banco de Chile y LAN Airlines, firmas de las que es presidente desde 2004 con un pequeño break.
Es además director de Prohumana y presidente del círculo más importante de empresarios del país: Icare. Pero ¿cuál es la clave del éxito que ha llevado a Awad a ocupar más de 40 puestos en diferentes directorios del país?Quienes lo conocen desde sus inicios dicen que no hay duda: es un gran conciliador de voluntades. Cercano a la Iglesia y formado en el Instituto Nacional, sus cercanos aseguran que se muestra por sobre sus intereses cuando se trata de tomar decisiones.
"Fuimos compañeros de colegio e indudablemente su afabilidad y calidez humana se mezclan con que es un hombre muy profesional y muy serio y es un gran aporte donde está. Fue buen alumno, fue profesor y ha estado vinculado a labores en la Iglesia, mostrando siempre una actitud positiva", recuerda su partner en la mesa de LAN y también institutano, el abogado Darío Calderón.
Otros que lo conocen añaden que es buscado por las empresas para sus gobiernos corporativos por sus contactos y trayectoria, la que inició a los 22 años.
"Jorge es un ejemplo, fue primera generación descendiente de sirios en el país, hijo único y siempre se distinguió en su colectividad", añade Calderón.
Quien también lo conoce de cerca es Emilio Rodríguez-Larraín, socio de LAN Perú, que manifiesta que no sólo en lo profesional conoce a Awad, sino también en el plano personal.
Aunque parezcan palabras de buena crianza, los elogios de sus pares continúan.
"Es un tipo estupendo y tiene una gran inteligencia. Es un hombre que sabe conciliar, que entiende los problemas rápidamente que está por encima del bien y del mal" indica el empresario.
Rodríguez-Larraín lo conoce desde hace más de diez años y no se queda corto en candidatearlo para la Asociación de Bancos.
"Ojalá que lo elijan. Es un gran líder que podría manejar la asociación muy bien, eficiente, es muy estimado en todos los círculos", manifiesta y agrega que "es muy vivo, inteligente, su personalidad, su carisma hace que la gente lo respete y lo aprecie".
Mas allá de su carisma, su rol en la construcción de los gobiernos societarios del país ha sido importante. En la segunda mitad de los ochenta fue quien por primera vez puso en la agenda la importancia de contar con directores profesionales en las compañías, cuando aún las empresas familiares no estaban tan abiertas a esta idea.
El director de Codelco, Jorge Bande, lo conoce desde que fue parte de esa mesa el año 95, pero su relación se afianzó hoy como compañeros del directorio de Icare. "Es muy participativo, tiene un liderazgo dentro de Icare e imprime un sello especial. Está 100% involucrado en la organización, en un momento de crecimiento y desafíos".
Bande agrega de Awad "que una de sus características es justamente que es una persona de una mirada muy amplia y cuenta con la confianza de diferentes sensibilidades".
S
u lado B
Awad no sólo es conocido en el círculo empresarial. Cercanos a la Iglesia Católica dicen que fue muy amigo del Cardenal Raúl Silva Henríquez, con quien tuvo una estrecha relación, que lo llevó a ser parte de la Universidad Católica, casa de estudios en la que ocupó los cargos de director general y vicerrector.
Su admiración fue abierta en materia política en la década del sesenta por Eduardo Frei Montalva y en su época universitaria participó de círculos de estudiantes junto a Jorge Navarrete, Reinaldo Sapag, Juan Villarzú y Jaime Ravinet.
Dicen que en esos años nació su vocación de servicio.
Es padre de tres hijas y su oficina de inversiones lleva el nombre de una de ellas: Inversiones Fabiola. Awad también se ha mostrado sensible frente a los conflictos de su colectividad y en 2003 decía frente a las tensiones de medio oriente que "duele que con todo lo que hablamos de modernidad no se hayan podido resolver los problemas de la fe. Yo tenía la esperanza de una solución dentro de la política de multilateralismo, creía que no iba a haber guerra".
Hoy, tranquilo, como se le ve habitualmente, ha señalado que está dispuesto a asumir el desafío de la banca. Y es que, al parecer, pese a su multiplicidad de roles, a Awad todavía le queda espacio en la agenda para hacerse cargo de uno de los gremios más relevantes del país y llevar las riendas en un nuevo desafío.