El secretario del Tesoro de EE.UU.,
Henry Paulson, expresó hoy su escepticismo acerca de las propuestas
para que el gobierno de su país intervenga en la crisis financiera
causada por las hipotecas de alto riesgo.
En un discurso ante la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Paulson dijo
que la mayoría de las propuestas que ahora se consideran en el
Congreso, y que en general buscan que el gobierno federal pague para
reducir los préstamos y refinanciar hipotecas, "no están listas para
salir a la pista".
Paulson dijo que la administración del presidente George W. Bush
no quiere apoyar medida alguna que pueda interferir con la
corrección necesaria en el mercado inmobiliario.
Entre 2003 y 2005 los precios de las viviendas subieron
rápidamente y, alentada por las bajas tasas de interés, la
especulación financiera se nutrió con hipotecas de alto riesgo y la
venta de "paquetes de hipoteca" en los mercados globales.
Los precios de las viviendas han caído durante más de un año y
muchos compradores, comprometidos en hipotecas con tasa de interés
variable, se encuentran ahora incapaces de pagar la cuota mensual y
con un valor de su casa en el mercado que es inferior al monto del
préstamo.
A su vez los bancos de inversiones y casas hipotecarias que
lucraron con el negocio, se encuentran con carteras de préstamos
desvalorizados o incobrables.
Paulson dijo hoy que solamente las personas que quieren conservar
sus casas pero no pueden hacer el pago mensual debido a un ajuste de
la tasa de interés, y que no pueden refinanciarla por la
depreciación de su propiedad, necesitan la ayuda del Gobierno.
Aunque el presidente Bush sigue también reacio a una intervención
gubernamental que ayude a millones de compradores de viviendas, su
Administración respaldó la operación por la cual el banco JP Morgan
adquirió la firma Bear Stearns para salvarla de la bancarrota.
Paulson señaló que, por primera vez desde la Gran Depresión de
los años 1930, la Reserva Federal ha puesto su facilidad de
préstamos a disposición de los bancos de inversión al igual que para
los bancos comerciales.
Paulson añadió que la Reserva necesita una mayor autoridad de
supervisión sobre las firmas de corretaje bursátil.