En entrevista con el diario local “Folha de Sao Paulo”, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó que no va a perder su mandato y desafió a sus adversarios políticos a sacarla del cargo. “Yo no voy a caer, no lo haré, no lo haré. Mi mensaje es claro. Esto es una lucha política”, dijo la mandataria durante la entrevista en el Palacio de Planalto.
A pesar de enfrentar un cerco político y la posibilidad de tener que afrontar procesos sobre los llamadas “pedaleos fiscales” e irregularidades en su campaña para la reelección, Rousseff dijo no tener miedo.
“No existen bases para hacerme caer, y lo van a intentar. Si hay una cosa a la que yo no le temo es a eso”, afirmó. La presidenta dijo además que los sectores de la oposición son “un poco golpistas”.
El lunes, Rousseff convocó a una reunión para controlar las repercusiones de un potencial rechazo a las cuentas del gobierno por parte del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) ante los pedaleos fiscales (el uso de financiamiento de bancos estatales para cerrar las brechas del presupuesto en 2014). El debate entre el TCU y el gobierno está programado para el 21 de julio.
Junto con sus principales asesores, la presidenta montó una operación de “defensa previa” ante este tema y pidió que los parlamentarios de la base aliada la defiendan en el Congreso.
La mandataria dijo a sus asesores que la tentativa de los opositores de empujarla a una impugnación es “golpista” y prometió defender su mandato “con uñas y dientes”.
Entre otros argumentos, sus consejeros le habrían recomendado a Rousseff una línea de defensa que sostiene que los pedaleos fiscales son un recurso utilizado desde la década de los ’90 por los gobiernos federales.
En la entrevista, la presidenta dijo que hará todo lo necesario para que la contracción de la economía sea lo menor posible y que va a acelerar el proceso de ajuste fiscal. “Vamos a acelerar y eso es lo que tenemos que hacer con el ajuste. Porque, cuanto más rápido lo hagamos, más rápido saldremos de eso”, afirmó al periódico paulista.