Tres números de pobreza para un mismo país: Argentina. Un relato oficial que habla de un 5%, la medición porteña la fija en un 12,1% mientras que un informe de la UCA y desde la misma Iglesia se habla de un número por encima del 25%.
La pobreza en la ciudad de Buenos Aires se redujo el año pasado y afectó a 12,1% del total de la población, según las cifras oficiales del último trimestre de 2014 difundidas por la Dirección General de Estadísticas y Censos del gobierno porteño.
Es la primera vez que el organismo de la ciudad publica estimaciones de pobreza propias en base a sus mediciones de inflación y las encuestas que realiza en hogares periódicamente.
Las cifras de la Dirección de Estadísticas que depende de la administración del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, se dieron a conocer en medio de la polémica que generaron las declaraciones de la presidenta Cristina Fernández en la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) acerca de que la pobreza afecta sólo al 5% de los argentinos.
Mediciones dispares
Pese al alza de la tasa medida por hogares, el porcentaje de personas indigentes se redujo de 2,6% a 2,4% entre fines de 2013 y 2014, mientras que el de pobres cayó de 12,5% a 12,1% en el mismo período.
Así de un total de más de 3 millones de personas que viven en Capital Federal, cerca de 368.172 no pudieron cubrir sus necesidades básicas en el último trimestre del 2014.
La semana pasada, la Iglesia Católica Argentina a través del arzobispo de Santa Fe y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, estimó que la pobreza en el país llega a 25%.
"Los números suponen estadísticas o parámetros diversos. En eso la Iglesia no se mete", aclaró Arancedo en declaraciones en una emisora de radio local pero, sin embargo, sostuvo que "la pobreza existe y se habla de dos dígitos siempre".
Asimismo, la última medición del Observatorio para la Deuda Social de la Universidad Católica (UCA) sobre pobreza "en torno al 25%", un número muy alejado de la supuesta realidad por la que fue premiado el gobierno.