Conforme se acumulan las distorsiones en las variables económicas de Argentina, los inversionistas se están alojando en los plazos que les permitan captar la renta de los ajustes que probablemente realizará el próximo gobierno. Desde fines del año pasado, los fondos comunes de inversión (FCI) de renta fija acoplan sus plazos para captar la reducción de la brecha cambiaria, la baja de tasas de las Lebac y el alza de la Badlar y el menor rendimiento de los soberanos en dólares.
"Se está viendo una mayor duración en las carteras", dijo el portfolio manager de un fondo. "Si las expectativas son que con el probable cambio de gobierno se abren oportunidades para más adelante, se van corriendo los plazos de los bonos, con los que se gana más, y de las carteras. Hoy pueden ser de 1,5 y 2 años, cuando hace seis meses estaban entre 1 año y 1,5 año", explicó.
Lo que observan los inversionistas es que si los bonos en dólares hoy rinden un 8/9%, en dos años el rendimiento tendría que caer a un 6/7%. Dos puntos de tasa en un bono a largo plazo implica un fuerte avance de precio. La apuesta es a los Bonar 24, los Discount ley argentina. En cuanto a las tasas de interés locales, los inversionistas prevén que este año el rendimiento de las Lebac superará la tasa de devaluación, por lo que apuestan a las letras del banco central. Pero al estimar también una baja de las tasas, buscan las Lebac más largas para captar el rendimiento actual, de un 29%.
En tanto, los FCI prevén que suba la tasa que pagan los plazos fijos (hoy baja, en un 20%) para que el próximo gobierno pueda reducir los riesgos cambiarios si retira el cepo cambiario. Con esta visión, se invierte en tasa fija a corto plazo y en tasa variable a largo plazo.
Para adaptarse a los inversionistas, las empresas y provincias emiten bonos en pesos a un plazo de un año y medio o dos a tasa mixta: un tramo a tasa fija, otro a Badlar más un spread y otra serie atada al dólar.