La agencia Fitch analizó los resultados de la consulta alternativa celebrada el domingo en Cataluña y destacó que alrededor del 90% de los votos se mostraron a favor de un Estado catalán, mientras que el 80% respalda además la independencia.
Eso sí, Fitch subrayó el carácter no vinculante del proceso y el hecho de que apenas votaran el 40% de los electores posibles, porcentaje que está muy lejos del 70% de unos comicios generales o del 85% registrado en el referéndum de independencia de Escocia.
A pesar de ello, la agencia de calificación financiera cree probable que el gobierno de Artur Mas utilice esos resultados para intentar impulsar la celebración de un referéndum formal, posibilidad que consideró incierta por la "feroz oposición" del Ejecutivo central a un proceso de esas características.
En este sentido, Fitch expuso tres posibles escenarios para la compleja situación entre Cataluña y el resto de España: más autonomía; la ruptura de Cataluña con España; o el mantenimiento de la incertidumbre.
El primer escenario sería, según la agencia de calificación financiera, el más probable: que los gobiernos central y regional acaben negociando mayor cuota de autonomía y descentralización para Cataluña. Fitch hizo referencia al precedente de País Vasco y Navarra, que gozan de amplias capacidades fiscales gracias a las que retienen la mayor parte de los impuestos que recaudan.
Según la agencia, el efecto de este escenario sobre la deuda soberana española sería "ligeramente positivo", ya que eliminaría una fuentes de incertidumbre y riesgo político a medio plazo. Además, ayudaría a estabilizar el rating de la comunidad autónoma, ya que, según Fitch, traería consigo previsiblemente un incremento de los ingresos fiscales de Cataluña.
El segundo escenario, que Fitch considera el menos probable, sería la ruptura, una situación que, advierte, tendría consecuencias para la calificación del reino de España.
A este respecto, resaltó que incluso una ruptura ordenada plantearía riesgos para la economía nacional. En el caso de una separación desordenada, Fitch recalcó que podría suponer para Cataluña abandonar la Unión Europea y la zona euro, "exacerbando los riesgos" tanto para la región como para España.
El tercer escenario analizado por la agencia de rating sería una continuación de la incertidumbre actual.
Según Fitch, la tensión prolongada entre el Ejecutivo central y el gobierno catalán podría provocar algunas fugas de depósitos a corto plazo, que afectarían especialmente a las entidades financieras catalanas; podría incrementar el costo de financiamiento, y también retraer las inversiones de algunas empresas como medida de protección.