“Si me pregunta, yo creo que (Cristina Fernández) tendría que ser la presidenta del Partido Justicialista”. La frase del ex ministro de Defensa Agustín Rossi ante la agencia NA es un oasis en medio del desierto de la renovación del PJ. Desde el intendente de Chaco, el cristinista Jorge Capitanich, hasta el ex titular de la Cámara de Diputados Julián Domínguez, coinciden que la ex mandataria se mantendrá prescindente de la puja por la nueva conducción peronista. Pelea que tendrá su primera escaramuza en dos semanas, en la sede partidaria porteña, cuando se junte el Consejo Nacional para fijar las reglas de la batalla de la actualización de autoridades con unos mandatos que vencen en mayo.
Tras los cónclaves de San Juan, con once gobernadores presentes, y en Santa Teresita de un PJ bonaerense con importantes ausencias, se barajan dos escenarios: el primero, internas abiertas con voto de afiliados.
El segundo, una lista de unidad que evite más derramamiento de sangre pejotista post-derrota 2015.
En el primer caso, el salteño Juan Manuel Urtubey y Capitanich deslizaron sus intenciones de competir si bien ayer repitieron ambos, el término “consenso”. Con un liderazgo exiliado (de una Cristina Fernández que amenaza con regresar el próximo mes con una Fundación a Capital Federal), se reitera el nombre del ex mandatario sanjuanino José Luis Gioja, actual vice del bloque de Diputados, como síntesis para la nueva etapa justicialista.
“El peronismo tiene que construir su personalidad para este tiempo. Cristina está afuera de esta discusión porque ella misma planteó su decisión de no conducir el partido”, señaló Domínguez a El Cronista.