La confianza de los consumidores se desplomó en junio a su peor nivel desde que se tiene registro (mayo del 2012), pese a que la economía ya empezó a mostrar algunos signos de recuperación.
El Índice de Confianza del Consumidor (ICC), que elabora la GfK, cayó diez puntos en junio a 87 unidades, el más bajo en tres años. Un puntaje mayor a 100 refleja una tendencia positiva y por debajo de esta valla una negativa.
En Lima, que mueve la mayor parte del consumo del país, la confianza bajó aún más, once puntos, a 89 unidades. Aunque los consumidores al interior del país todavía están más pesimistas que los capitalinos, el deterioro de sus expectativas fue de sólo tres puntos a un piso de 85 unidades.
La encuesta, realizada entre el 20 y 23 de junio, se conoce en medio de una crisis política, y muestra un deterioro en los cuatro indicadores: situación económica del hogar, capacidad de ahorro, futuro del país y futuro del empleo para los próximos doce meses.
Llama la atención que 79% de la población sostiene que su situación económica personal se mantiene igual o mejoró respecto a hace un año, frente a 80% en mayo. Sin embargo, en el segmento A/B se observa una caída de catorce puntos a 20% entre los que dicen que su economía mejoró respecto al año anterior y ahora son más los que sostienen que en el mejor de los casos se mantendrá igual (59%).
En cuanto a la capacidad de ahorro, este segmento también es el más pesimistas, con 64% afirmando que es poco probable o imposible que pueda ahorra en los próximos doce meses, frente a 54% en mayo.
La última encuesta de GfK deja ver un creciente pesimismo en el futuro del país, sobre todo en la clase A/B, la de mayores recursos, y en menor medida en el segmento C, que finalmente son los que más contribuyen a la aceleración del consumo.